Disforia de género y transexualidad
La disforia de género se caracteriza por una identificación potente y persistente con el otro sexo; las personas creen que son víctimas de un accidente biológico y que están cruelmente prisioneras dentro de un cuerpo incompatible con la identidad sexual subjetiva. Aquellos con la forma más extrema de disforia de género pueden ser considerados transexuales..
El sexo, el género y la identidad
Sexo y género no son la misma cosa.
-
El sexo se refiere a la condición biológica de una persona: hombre, mujer o intersexual.
-
La identidad sexual se refiere al género al que una persona se siente atraída sexualmente.
-
la identidad de género es un sentimiento subjetivo de saber a qué sexo se pertenece, es decir, si la persona se considera varón, mujer, transexual u otra denominación identificadora (p. ej., intergénero).
-
El rol de género es la manifestación objetiva y pública de la identidad de género e incluye todo lo que las personas dicen y hacen para indicar a sí mismas y a los demás el grado de adherencia al género con el cual se identifican.
Las conductas de rol sexual caen en un continuo de masculinidad o
feminidad tradicional, aunque culturalmente se reconoce cada vez más
que algunas personas no se ajustan (ni se quieren ajustar
necesariamente) a la dicotomía hombre-mujer tradicional.
Las culturas occidentales son más tolerantes con las conductas no
conformistas de género (marimacho) en las niñas (lo que generalmente no
se considera un trastorno de género) que con las conductas afeminadas o
de "mariquitas" en los varones. Muchos varones juegan como niñas o
actúan como sus madres, lo que incluye probarse la ropa de su hermana o
su madre. En general este comportamiento es parte del desarrollo normal.
La no conformidad de género en los niños no se considera un trastorno y
rara vez persiste en la edad adulta o conduce a la disforia de género,
aunque los niños que manifiestan no conformidad pueden ser más propensos
a eventualmente ser homosexuales o bisexuales.
Disforia de género
Para la mayoría de las personas, hay congruencia entre sexo
biológico (nacimiento), identidad de género y rol sexual. Sin embargo,
los sujetos que tienen disforia de género experimentan cierto grado de
incongruencia entre su sexo de nacimiento y su identidad sexual.
La incongruencia de género en sí no se considera un trastorno.
Sin embargo, cuando la percepción de falta de correspondencia entre el
sexo de nacimiento y la identidad de género que uno siente provoca
malestar significativo o discapacidad , un diagnóstico de disforia de
género puede ser apropiado. El malestar es típicamente una combinación
de ansiedad, depresión e irritabilidad. Las personas con disforia de
género grave, a menudo llamadas transexuales, pueden experimentar
síntomas severos, inquietantes y persistentes y tienen un fuerte deseo
de una transformación médica y/o quirúrgica de su cuerpo para que esté
más alineado a su identidad de género. Sin embargo, etiquetar esta
condición como "disforia de género" puede aumentar la angustia; al
paciente se le debe transmitir que el término no debe interpretarse como
un juicio. La transexualidad parece ocurrir en aproximadamente 1 cada
11.900 recién nacidos y 1 cada 30.000 recién nacidas.
Algunos estudiosos sostienen que este diagnóstico es
principalmente una afección médica, relacionada con trastornos del
desarrollo sexual, y no un trastorno mental en absoluto. Por el
contrario, algunos miembros de la comunidad transgénero consideran que
incluso las formas extremas de no conformidad de género son simplemente
una variante normal de la identidad y expresión sexual humana.
Etiología
Aunque los factores biológicos (p. ej., dotación genética, medio
hormonal prenatal) determinan en gran parte la identidad sexual, la
formación de una identidad sexual segura y sin conflictos y el rol
sexual dependen también de factores sociales, como la relación emocional
con los padres y la relación que cada uno de ellos tiene con el niño.
Algunos estudios muestran una tasa de concordancia mayor para la
disforia de género en los gemelos monocigóticos que en gemelos
dicigóticos, lo que sugiere que existe un componente hereditario.
Pocas veces la transexualidad se asocia con ambigüedad genital (afecciones intersexuales [trastornos del desarrollo sexual]) o una anomalía genética (p. ej., síndrome de Turner, síndrome de Klinefelter).
Cuando la clasificación sexual y la situación en que se cría el
niño son confusas (p. ej., en casos de genitales ambiguos o síndromes
genéticos que alteran el aspecto de los genitales, como los síndromes de
insensibilidad a los andrógenos), los niños pueden no estar seguros
sobre su identidad o su rol sexual, aunque el nivel de importancia de
los factores ambientales sigue siendo controvertido. Sin embargo, cuando
la clasificación sexual y la forma en que se cría el niño son claras,
ni siquiera la presencia de genitales ambiguos puede afectar el
desarrollo de su identidad sexual.
Signos y síntomas
Síntomas de la disforia de género en la niñez
La disforia de género en la niñez suele manifiestarse a los 2 a 3 años de edad. Usualmente los niños hacen lo siguiente:
-
Prefieren vestirse como el otro sexo
-
Insisten en que pertenecen al otro sexo
-
Desean despertarse perteneciendo al otro sexo
-
Prefieren participar en juegos y actividades estereotípicos del otro sexo
-
Tienen sentimientos negativos sobre sus genitales
Por ejemplo, una niña pequeña puede insistir en que le crecerá un
pene y se convertirá en un varón; puede intentar orinar de pie. Una
varón puede fantasear sobre ser mujer y evitar los juegos de manos y las
competencias. El varón puede sentarse para orinar y desear que le
corten el pene y los testículos. En los varones, la angustia por los
cambios físicos de la pubertad a menudo es seguida por un pedido durante
la adolescencia de tratamientos somáticos feminizantes. La mayoría de
los niños con disforia de género no son evaluados hasta los 6 a 9 años,
momento en el cual la disforia de género ya es crónica.
Síntomas de la disforia de género en adultos
Aunque la mayoría de los transexuales presentan síntomas de
disforia de género o tienen la sensación de ser diferentes en la primera
infancia, algunos no los presentan hasta la vida adulta. Los
transexuales masculinos-femeninos inicialmente pueden vestirse como el
otro sexo y sólo más tarde llegan a aceptar su identidad sexual opuesta.
El matrimonio y el servicio militar son comunes entre los
transexuales que intentan alejarse de sus sentimientos de sexualidad
opuesta (transexuales). Una vez que aceptan sus sentimientos de
sexualidad opuesta, muchos transexuales adoptan un papel del sexo
opuesto convincente en público.
Algunos transexuales masculinos de nacimiento están satisfechos
con dominar esa apariencia más femenina y obtener tarjetas de identidad
como mujeres (p. ej., la licencia de conducir) que los ayuden a trabajar
y vivir en la sociedad como mujeres. Otros tienen problemas, que pueden
incluir la ansiedad, la depresión y una conducta suicida. Estos
problemas pueden estar relacionados con factores de estrés sociales y
familiares asociados con la falta de aceptación de comportamientos de no
conformidad de género.
Diagnóstico
-
Criterios clínicos del Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, quinta edición (DSM-5)
Diagnóstico en todos los grupos etarios
La disforia de género se manifiesta de diversas maneras en los
diferentes grupos etarios. Pero para el diagnóstico en todos los grupos
etarios, los criterios del DSM-5 requieren la presencia de:
-
Incongruencia marcada entre el sexo de nacimiento y la identidad de género que uno siente (identificación con el sexo opuesto) que ha estado presente durante ≥ 6 meses
-
Malestar clínicamente significativo o deterioro funcional que resulta de esta incongruencia
Diagnóstico en los niños
Además de las características requeridas para todos los grupos etarios, los niños deben presentar ≥ 6 de los siguientes:
-
Un marcado deseo de ser o la insistencia de que son del género opuesto (o algún otro género)
-
Una fuerte preferencia por vestirse con ropa típica del sexo opuesto y, en las niñas, resistencia a usar ropa típicamente femenina
-
Una marcada preferencia por los roles del sexo opuesto en los juegos
-
Una marcada preferencia por juguetes, juegos y actividades típicas del otro sexo
-
Una fuerte preferencia por compañeros de juego del otro sexo
-
Un fuerte rechazo a juguetes, juegos y actividades típicas del sexo que coincide con su sexo de nacimiento
-
Una fuerte aversión de su anatomía
-
Un fuerte deseo de los rasgos sexuales primarios y/o secundarios que concuerdan con la identidad de género que se siente
La identificación con el sexo opuesto no debe ser simplemente un
deseo de ventajas culturales percibidas propias del sexo opuesto. Por
ejemplo, un niño que dice que quiere ser niña sólo porque así recibirá
el mismo trato especial que su hermana pequeña es poco probable que
tenga disforia de género.
Diagnóstico en adolescentes y adultos
Además de las características requeridas para todos los grupos
etarios, los adolescentes y los adultos deben presentar ≥ 1 de los
siguientes:
-
Un fuerte deseo de no poseer sus rasgos sexuales primarios y/o secundarios (o en el caso de los adolescentes, prevenir su desarrollo)
-
Un fuerte deseo de las características sexuales primarias y/o secundarias que corresponden al género con que se identifican
-
Un fuerte deseo de pertenecer al sexo opuesto (o a algún otro género)
-
Un fuerte deseo de ser tratado como de otro género
-
Una fuerte convicción de que tienen sentimientos y reacciones típicas de otro género
El diagnóstico en los adultos se enfoca en determinar si existe
una angustia significativa o un deterioro evidente de las áreas
sociales, laborales u otras áreas importantes de funcionalidad. La
disconformidad de género no es suficiente para el diagnóstico.
Tratamiento
-
Psicoterapia
-
Para ciertos pacientes motivados, la terapia hormonal del sexo opuesto y, a veces, cirugía de cambio de sexo
Las conductas de disconformidad de género, por ejemplo vestirse
como el sexo opuesto, no requiere tratamiento si se produce sin una
angustia psicológica o un deterioro funcional concurrentes.
Cuando amerita tratamiento, éste está destinado a ayudar a los
pacientes a adaptarse y no a intentar disuadirlos de su identidad. Los
intentos de alterar la identidad de género en los adultos no han
demostrado eficacia y actualmente se considera poco ético.
La mayoría de los transexuales que requieren tratamiento son
varones de nacimiento que reclaman una identidad sexual femenina y ven
sus genitales y sus características sexuales masculinas con repugnancia.
Sin embargo, dado que los tratamientos han mejorado, la transexualidad
femenino-masculino es cada vez más frecuente en la práctica médica y
psiquiátrica; aunque en las culturas occidentales su incidencia es cerca
de un tercio de la transexualidad masculino-femenino.
El objetivo principal de los transexuales al buscar ayuda no es
obtener un tratamiento psicológico, sino hormonas y cirugía en los
genitales que les den un aspecto físico próximo al de su identidad
sexual. La combinación de psicoterapia, la reasignación hormonal, la
experiencia de vivir al menos un año con el género de identificación y
la cirugía de cambio de sexo puede curar el trastorno cuando éste es
apropiadamente diagnosticado y los médicos siguen los estándares de
atención para el tratamiento de los trastornos de la identidad sexual
aceptados internacionalmente, que pueden obtenerse de la World
Professional Association for Transgender Health (WPATH).
Aunque los pacientes con disforia de género ya no están obligados
a tener psicoterapia antes de considerar los procedimientos de
reasignación hormonal y quirúrgicos, los profesionales de la salud
mental pueden hacer lo siguiente para ayudar a los pacientes a tomar
decisiones:
-
Evaluar y tratar los trastornos comórbidos (p. ej., la depresión, los trastornos por consumo de sustancias)
-
Ayudar a los pacientes a lidiar con los efectos negativos de la estigmatización (p. ej., la desaprobación, la discriminación)
-
Ayudar a los pacientes a encontrar una expresión de género con la que se sientan bien
-
Si aplica, facilitar los cambios de roles de género y el proceso de declarar públicamente su identidad sexual
Transexualidad masculina-femenina
Hormonas feminizantes en dosis moderadas (como parches transdérmicos de estradiol
en dosis de 0,1 a 0,15 mg por día) más electrólisis, logoterapia y
otros tratamientos feminizantes pueden hacer que la adaptación al rol
femenino sea más estable. Las hormonas feminizantes tienen efectos muy
beneficiosos en los síntomas de la disforia de género, a menudo antes de
que haya cambios visibles en los rasgos sexuales secundarios (p. ej.,
crecimiento de pecho, disminución del crecimiento del vello facial y
corporal, la redistribución de grasa en las caderas). Las hormonas
feminizantes, incluso sin apoyo psicológico o cirugía, es todo lo que
algunos pacientes necesitan para sentirse suficientemente cómodas como
mujer.
Muchos transexuales masculino-femenino solicitan la cirugía de reasignación de sexo.
La cirugía incluye extirpar el pene y los testículos y crear una vagina
artificial. Se conserva una parte del glande peniano como clítoris, que
por lo general es sexualmente sensible y en la mayoría de los casos
permite mantener la capacidad del orgasmo.
La decisión de realizar una cirugía de reasignación de sexo a
menudo plantea importantes problemas sociales para el paciente. Muchos
de ellos están casados y tienen hijos. Un padre o un esposo que cambia
de sexo y de rol de género tendrá problemas importantes de adaptación en
las relaciones íntimas y puede perder el amor de sus seres queridos en
el proceso. En los estudios de seguimiento, esta cirugía ha ayudado a
determinados transexuales a vivir más felices y llevar una vida más
productiva y, por lo tanto, está justificada en aquellos casos muy
motivados y correctamente evaluados y tratados que hayan vivido
plenamente durante al menos 1 año en el rol del sexo contrario.
También ayuda participar en grupos de apoyo, disponibles en la mayoría de las grandes ciudades.
Transexualidad femenina-masculina
Las pacientes femenino-masculino a menudo solicitan inicialmente
la mastectomía porque es difícil vivir en el rol masculino con una gran
cantidad de tejido mamario; comprimirse las mamas a menudo dificulta la
respiración.
Luego, se puede realizar la histerectomía y la ooforectomía
después de un período de hormonas androgénicas (p. ej., preparados de
ésteres de testosterona de 300 a 400 mg IM cada 3 semanas o dosis
equivalentes de parches o geles transdérmicos de andrógenos). Los
preparados de testosterona profundizan la voz en forma permanente,
inducen una distribución de músculo y grasa más masculina, inducen la
clitoromegalia y promueven el crecimiento del vello facial y corporal.
Las pacientes pueden optar por uno de los siguientes:
-
Un falo artificial (neofalo) que se forma a partir de piel trasplantada de la cara interna del antebrazo. pierna o abdomen (faloplastia)
-
Un micropene que se forma a partir de tejido adiposo del monte de Venus y se coloca alrededor del clítoris hipertrofiado por testosterona (metoidioplastia)
La cirugía puede ayudar a algunas pacientes a conseguir una mejor
adaptación y satisfacción con su vida. Como sucede con los transexuales
hombre-mujer, estas pacientes deben haber vivido con su rol masculino
al menos durante 1 año antes de la cirugía genital irreversible.
Los resultados anatómicos de los procedimientos quirúrgicos para
la confección de un neofalo no suelen ser tan satisfactorios en términos
de función y de aspecto como los procedimientos para confeccionar una
neovagina en los transexuales hombre-mujer, lo que posiblemente resulta
en menos pedidos, comparativamente, de cirugías de cambio de genitales
por parte de los transexuales mujer-hombre.
Las complicaciones son frecuentes, en especial en aquellos procedimientos que implican prolongar la uretra dentro del neofalo.
https://www.msdmanuals.com/es/professional/trastornos-psiqui%C3%A1tricos/sexualidad,-disforia-de-g%C3%A9nero-y-parafilias/disforia-de-g%C3%A9nero-y-transexualidad
http://www.psicologosmontevideo.com/lic-psic-gonzalo-cosenza
Comentarios