Hablar, expresarse, comunicarse…
El devastador ritmo de la vida cotidiana nos suele poner ante la obligación de dar vuelta la pagina de algún tema rápidamente, urgidos por la necesidad de encarar o poner el foco en otra cosa. Un nuevo hecho, suceso, problema, situación, llama a la puerta y nos obliga a dejar atrás lo que teníamos entre manos para ocuparnos de lo que viene. A veces son cosas importantes (personales, de trabajo), pero la abrumadora batería de comunicaciones a que estamos sometidos (twitter, facebook, correos electrónicos, canales de noticias y demás) muchas veces le da valor a cosas que realmente no lo tienen tanto , y que terminan llevándonos a poner en un segundo plano a otras que si lo tienen y que a la larga nos provocan males mayores. Generalmente, solemos dejar para más adelante los temas más pesados , con la excusa (sana por cierto) de que merecen un tratamiento serio y que van a ser abordados en una mejor ocasión. Tenemos la chance de resolver el tema o de encarar su solución, aunqu