Cuando la pastilla reemplaza a la palabra
Por Beatriz Janin Cuando no se reconoce a la infancia con sus tiempos, cuando en la urgencia por resolver rápidamente todos los conflictos se diagnostica “de por vida”, reemplazando la palabra por la pastilla, se está ejerciendo violencia. Un niño no es un síndrome, sino un sujeto en estructuración. Esto también implica que todo niño debería ser escuchado cuando se consulta por él y que no sabemos de antemano lo que le ocurre. Y que los padres son también consultantes y que suelen estar desesperados por aquello que le ocurre al niño y que ellos también necesitan ser escuchados. Y que ni padres ni maestros son robots que pueden cumplir consignas, sino personas que hacen su tarea lo mejor que pueden y que también tienen historia y angustias. Podremos, entonces, ayudarlos a destrabar situaciones, a encontrar otras vías para enfrentar los conflictos, pero no podremos darles indicaciones normativas abstractas y generales. El chico rotulado y el niño ideal La autora cuestiona los diagnóstico