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Mostrando entradas de febrero 7, 2017

Neuronas contra la obesidad

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Gotas de grasa (teñidas de rojo) acumuladas por adipocitos cultivados en el laboratorio. Hasta finales del siglo XX no comenzó a comprenderse cómo funcionaba el “apestato” Probablemente todos estamos familiarizados con el hecho de que nuestro cerebro posee un “termostato”, capaz de detectar la temperatura corporal y de actuar en consecuencia para mantenerla si esta se aleja de un valor óptimo, que suele ser unos 37ºC. Una bajada de la temperatura corporal hace que el termostato dé las órdenes necesarias para poner en marcha mecanismos que generan calor, como los temblores musculares o la quema de grasa por parte del tejido adiposo marrón. La grasa almacenada por este tejido es “quemada” con el único objetivo de generar calor, y no trabajo útil, como el que se genera por los músculos al correr, moverse, o bailar un tango. Al contrario, una subida de la temperatura desencadena la formación de sudor para refrigerar al cuerpo. La temperatura no es lo único que el cuerpo ne