CÓMO MANEJAR LA RONDA DE PREGUNTAS EN NUESTRAS CHARLAS
Muchos oradores realizan excelentes presentaciones tanto en lugares públicos como en sus oficinas de trabajo. Abren y desarrollan su presentación como en los manuales y eso está muy bien. Luego dan un cierre fuerte, convincente, e inspirador. El detalle que puede arruinarlo todo es la práctica común que consiste en dejar para el último momento la ronda de preguntas y respuestas. Toda charla o presentación debe finalizar con un fuerte mensaje, algo que resuma lo dicho y le diga a nuestros escuchas qué deben hacer o qué puntos deben quedar claros luego de nuestra presentación. Sin embargo, un excelente mensaje de clausura puede verse diluido por una ronda de preguntas que, en ocasiones, deriva en temas alejados de nuestro foco de discusión. Una pregunta lleva a la otra, alguien cuenta algo que le pasó cuando venía de camino a la reunión y todos se ríen, y así sucesivamente. Finalmente, nuestro mensaje, el moño que envolvía nuestra presentación sobre las excelentes ventas que realizamo