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Mostrando entradas de abril 11, 2012

La perversión de las etiquetas (III): el paciente manipulador

por María Vázquez-Costa El mes pasado hablábamos de las etiquetas y el trastorno límite de personalidad (TLP). Una etiqueta frecuentemente aplicada a las personas con este diagnóstico, aunque también a otros pacientes con enfermedades mentales, es la de “manipulador”. La capacidad de manipular no es un criterio diagnóstico; hay enfermos mentales manipuladores y no manipuladores, igual que hay personas “sanas” manipuladoras y otras que no lo son. Sin embargo, esta expresión abunda en la literatura que discute y describe a las personas con TLP, hasta el punto de que podría suponerse el principal problema que estos pacientes plantean a los servicios psiquiátricos, o el principal criterio definitorio de su trastorno (Bowers, 2003). Los clínicos usan el término como una categoría supraordinada en la cual incluyen maneras de interactuar moralmente “malas”. Se trata de un juicio negativo, vago en contenido pero poderoso en efecto: inútil a nivel terapéutico, pero que sirve para inte