Cuando un fallo es la clave del éxito
¿Por qué estigmatizar y ocultar una realidad tan cotidiana como la equivocación? ¿Por qué no aprender a encajarla con naturalidad? Y lo que es más importante: ¿por qué no contemplarla como una oportunidad única de aprendizaje, de mejora y de éxito? Actitudes como el temor al fracaso, la inseguridad o el sentimiento de culpa frustran el inmenso potencial de crecimiento y desarrollo —tanto en el terreno empresarial como en el ámbito personal— que siempre va asociado a cualquier fallo. O lo que es lo mismo: el error positivo. A continuación un pequeño ejemplo: a finales del siglo XIX, en Berkshire (Estados Unidos), un empleado de una fábrica de papel olvidó recubrir con cola una partida de folios. A resultas de su error, el trabajador perdió su empleo, mientras que las hojas fueron consideradas inservibles y almacenadas. Sin embargo, el dueño de la compañía decidió utilizar uno de aquellos papeles para limpiar unas gotas de tinta. Su sorpresa fue mayúscula al constatar q