11 datos curiosos sobre el miedo
El miedo es una de las emociones que experimentamos con mayor frecuencia. Hay temores razonables y algunos irracionales, esos cuyo estímulo real carece de peligro o amenaza alguna. Un ejemplo de esto último serían por ejemplo las fobias, dimensiones que escapan a nuestro control y que afectan a nuestra capacidad para llevar una vida normal.
Sea como sea, lo cierto es que el miedo está ahí, en nuestro día a día, a la vuelta de la esquina. Es esa emoción poderosa y de raíces primitivas que habita en lo más profundo de nuestro cerebro para cumplir un fin muy básico: garantizar nuestra supervivencia. El único problema, claro está, es que muchas de esas angustias provienen de amenazas percibidas que no son reales.
La ciencia ha estudiado durante décadas la dimensión del miedo. De hecho, a nivel biológico constituye también la base de los estados de estrés, ansiedad y también la depresión. Conocerlos nos ayudará sin duda a comprenderlos mejor para empequeñecer su impacto y manejarlos con efectividad en el día a día.
“Tu miedo termina cuando tu mente se da cuenta que es ella la que crea ese miedo”-Anónimo-
1. El miedo origina fuertes cambios fisiológicos
El miedo pone en funcionamiento una serie de cambios en el cerebro. Esta emoción se refleja en el sistema límbico, que se encarga de regular las conductas relacionadas con la huida, la lucha y la conservación. Esto ocurre en un lapso mínimo.
La primera estructura que orquesta todas las reacciones relacionadas con el miedo es la amígdala. Así, tal y como nos revela un estudio llevado a cabo en la Universidad de Emory, en Estados Unidos, factores como el estrés crónico o los miedos irracionales vienen orquestados por esta pequeña estructura.
Es ella la que genera respuestas fisiológicas como acelerar el ritmo del metabolismo, aumentar la presión arterial, la adrenalina, subir el nivel de glucosa en la sangre, intensificar la tensión muscular o la dilatación de la pupila…
4. Los ojos reflejan el miedo
Ante una situación que genera miedo, la expresión del rostro cambia significativamente. Esto se refleja con especial nitidez en los ojos, que se abren y a veces parecen salirse de sus órbitas. Esa es una de las conclusiones de un estudio llevado a cabo en la Universidad de Cornell (USA).
La razón para que esto ocurra es que el miedo desata un estado de alerta. Esto a su vez hace que la persona quiera ampliar su campo visual y su sensibilidad ocular, para captar con mayor claridad de qué se trata la amenaza que acecha.
5. Al parecer, los zurdos son más miedosos
Una investigación realizada por la Sociedad de Psicología Británica sobre las diferencias entre zurdos y diestros, indicó que los primeros parecen ser más propensos al miedo. Carolyn Choudhary, directora de este trabajo, señaló que aunque el estudio aún no es concluyente, sí muestra una tendencia que debe estudiarse más a fondo.
Las personas zurdas experimentan un miedo mayor
La investigación consistió en mostrarle una película de terror a un grupo de individuos, algunos de los cuales eran zurdos. Al final se le practicó un test a todos los participantes. Los resultados indicaron que los individuos zurdos, en su gran mayoría, habían experimentado un miedo mayor.
6. Las arañas son el mayor miedo de los niños
Aunque la mayoría de las especies de arañas son completamente inofensivas, encabezan la lista entre los mayores temores de los niños. Así lo dejó en claro un estudio de Graham Davey en la Universidad de Londres.
No se pudo establecer la causa de este gran temor. Se investigó si los niños habían sido sometidos a condicionamientos (que los asustaran con arañas), pero muchos de ellos no tenían ese antecedente. Lo que sí pudo comprobarse es que casi todos tenían un pariente con temor a las arañas y que les aterraba el movimiento errático de estos bichos.
7. Hay miedos que son universales
Por extraño que parezca, hay miedos que están instalados en el ser humano sin importar la época o la cultura a la que pertenezcan. Todo sugiere que se trata de una respuesta a estímulos que todos los seres humanos perciben como amenazantes.
Así, por ejemplo, la ligirofobia es un miedo irracional a ruidos fuertes, agudos, normalmente repentinos, como los de las explosiones. Las personas que sufren esta fobia no pueden soportar el estallido de un globo, de petardos, cohetes, etc. Dependiendo de la intensidad de la fobia, ni siquiera pueden estar en presencia de globos hinchados por temor a que exploten
8. Miedos emocionales en todas las culturas
El anterior no es el único miedo universal. También, en todas las culturas, los niños experimentan temor ante la posibilidad de ser abandonados o quedarse solos, sin el amparo de un adulto. También en todas las sociedades hay un temor natural a los extraños: personas que visten, hablan, o tienen una apariencia desconocida para lo que es “normal” en la comunidad.
En todas las culturas occidentales y en varias de otras procedencias, los adolescentes experimentan miedo a hacer el ridículo frente a sus padres y, en general, temen a la opinión de los demás frente a lo que dicen, hacen o a la forma como se ven.
Y si de estadísticas se trata, se ha verificado que hay mayor probabilidad estadística de salir con un famoso, que de contraer ébola en América. Finalmente, y para combatir miedos injustificados, debes saber que en la mayoría de los accidentes aéreos sobreviven el 90% de los pasajeros.https://lamenteesmaravillosa.com/11-datos-curiosos-miedo/?fbclid=IwAR0qhlxCEvRPlQGA9va5scsabAcpILkyi-hTMOiAvxTPqBw-05UghPrhHCs
http://www.psicologosmontevideo.com/lic-psic-gonzalo-cosenza
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