El poder de saber decir no
¿No merece acaso la pena esos segundos del NO, en comparación con el
enfado y los auto-reproches de acabar aceptando algo que no se desea?
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Asertividad Negativa. NO - ¡NO! Una
simple palabra que muchas veces cuesta decir, y a la vez es realmente
necesaria. Nos invaden estímulos y propuestas constantemente, algunas se
quieren y otras simplemente NO; aunque no siempre se manifieste nuestra
negación. No es cuestión de egoísmo, ni de no pensar en el otro, sino
de encontrar ese equilibrio entre lo que nos demandan y lo que realmente
se quiere hacer.
Y aquí la gran pregunta… ¿No
merece acaso la pena esos segundos del NO, en comparación con el enfado
y los auto-reproches de acabar aceptando algo que no se desea? ¡Exacto!
Aunque como todo, es más fácil pensarlo en la teoría que llevarlo a la
práctica. Por eso los invito a practicar que cada vez que se sientan
obligados, desganados, pensando aceptar algo que en vuestro interior no
queréis, lo digáis…NO. Es cuestión de asertividad, de tener la seguridad
en uno mismo para poder manifestar lo que uno siente, opina, necesita y
defenderlo; ir ejecutándolo y cada vez sentirse más cómodo con poder
escoger lo que se quiere.
¿Cómo digo NO?
¿Y cómo consigo ese NO? Anota porque hay van pequeñas pautas para ir puliéndolo:
- Que sea breve, evitando entrar en justificaciones o explicaciones más elaboradas.
- Honesto, pues al final siempre acaban mejor las cosas claras y sinceras desde el principio, que nadando entre excusas.
- Firme, se ha dicho que no y esa será la respuesta que se dé.
-
Sin miedo: Desde pequeños aprendemos a agradar, al miedo al rechazo, a
la necesidad de dar lo que el otro necesita; pero ¿Dónde queda aprender
lo que uno necesita? Y ahí, es el momento perfecto de recordarlo, pues
evitar la consecuencia del miedo a no agradar al otro puede llevarte a
no agradarte a ti mismo.
Así que no
temas a usar tu derecho de manifestarte, invierte en lo que realmente te
haga sentir bien, porque eso SI merece la pena.
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