Validar las emociones de las personas puede ser tan importante como ayudarlas a lidiar con la depresión, el miedo y la ansiedad


Como personas, nos impulsa la necesidad de pertenecer, buscar conexiones con los demás y, en última instancia, sentirnos comprendidos. Cuando un intercambio es crítico, desdeñoso o minimizador, tiene el potencial de impactar negativamente los ejercicios afectivos, mientras que los intercambios interpersonales que transmiten validación y cuidado podrían ser beneficiosos para reducir la vulnerabilidad emocional y mejorar la calidad y satisfacción de la relación. Es posible que en un mismo periodo de tiempo, alguien se sienta triste, abrumado o enojado, cómo también esperanzado y curioso. Validar las emociones desagradables de la persona puede ayudar a fomentar una actitud positiva; aprovechar y nutrir las emociones agradables resulta tan importante como ayudar a una persona a lidiar
con su depresión, ansiedad y miedos (Benitez et al., 2020).

Metodología

Para examinar los efectos de la validación y la invalidación en lo que se conoce clínicamente cómo afecto positivo y negativo, el equipo de investigación realizó tres experimentos.

El afecto positivo se refiere a las emociones positivas y la expresión que nos permite ser curiosos, conectados y flexibles en nuestro pensamiento, explican los autores. El afecto negativo, por otro lado, se refiere a emociones negativas y expresiones que van desde el disgusto hasta el miedo y la tristeza.

Participaron en el estudio 307 estudiantes de pregrado, los cuales completaron cuestionarios que medían el afecto positivo y negativo al comienzo y al final del estudio y el estado de ánimo general en varios momentos durante los experimentos.

Se les pidió que pensaran y escribieran durante cinco minutos sobre un momento en el que sintieron una ira intensa. Luego describieron verbalmente esas experiencias a un investigador el cual, basado en asignaciones aleatorias, validaba o invalidaba sus sentimientos de ira.

Las experiencias de los participantes con la ira cubrieron una amplia gama: problemas con los compañeros de habitación, parejas románticas infieles, ser víctima de un robo o enojarse con sus padres.

Los experimentadores que escuchaban sus historias utilizaron guiones flexibles para responder. Los comentarios de validación incluían frases como “por supuesto que te enojarías por eso” o “escucho lo que estás diciendo y entiendo que te sientas enojado”.

Las respuestas invalidantes iban desde “eso no suena a enojo” hasta “¿por qué eso te enojaría tanto?”

Hallazgos

Los resultados mostraron que todos los participantes tuvieron una disminución en el afecto positivo mientras pensaban y escribían sobre su enojo. Sin embargo, cuando comenzaron a describir la situación a los experimentadores, el afecto positivo de los participantes validados coincidió o incluso excedió sus medidas de referencia.

De manera similar, los participantes del estudio informaron caídas en su estado de ánimo general al recordar el evento que provocó la ira, y solo aquellos que fueron validados informaron una recuperación del estado de ánimo al punto de partida. Los puntajes de afecto positivo para aquellos que fueron invalidados no se recuperaron mientras hablaban con los experimentadores.

Según cinco medidas del estado de ánimo en dos de los tres estudios, el estado de ánimo de los participantes se oscureció constantemente al considerar lo que les enojaba. Los estados de ánimo de los participantes validados se restablecieron a la normalidad, pero los estados de ánimo de los estudiantes invalidados, en general, continuaron empeorando.

No se encontraron diferencias significativas en las emociones negativas de los participantes, un resultado que habla del valor de enfocarse en proteger la positividad, señalaron los autores.

Si bien está investigación fue realizada con el objetivo de aplicar los hallazgos en un entorno de terapia, el equipo de investigación destaca que estos resultados también son relevantes para las relaciones: al procesar emociones negativas, el afecto negativos se activa, pero si alguien te valida, mantiene tu afecto positivo amortiguado. La validación protege el afecto de las personas para que puedan mantener la curiosidad en las interacciones interpersonales y en la terapia, explicaron. “Agregar validación a la terapia ayuda a las personas a sentirse comprendidas, y cuando nos sentimos comprendidos, podemos recibir comentarios sobre cómo también podríamos cambiar. Pero no es una cuestión exclusivamente clínica,” muchas veces, las mismas herramientas que ayudan en terapia, pueden servir en la parentalidad, las amistades o las relaciones románticas.

Referencia bibliográfica: Benitez, C., Howard, K. P., & Cheavens, J. S. (2020). The effect of validation and invalidation on positive and negative affective experiences. En The Journal of Positive Psychology (pp. 1-13). https://doi.org/10.1080/17439760.2020.1832243

Fuente: Eureka Alert

 

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