¿Cómo reconocer a una persona conflictiva o abusiva? ¡Antes de liarte con ella!


Conocer ciertos patrones de conducta que muestran las personas “patanas”( término usado México) -ya sea para elegir pareja, amistad, compañeros de trabajo, incluso a un líder de grupo- te facilitará desarrollar cierta conciencia y habilidad para detectar determinadas características de personalidad  y estilos ideológicos de los que hay que salir huyendo.
Quizás habría que especificar a qué me refiero con patan, pues el concepto podría tener muchas interpretaciones que dependen de la perspectiva y experiencia de quien lo definiera. La palabra patan tiene una connotación moralista de maldad, de defecto. Podemos usarla para apuntar hacia el efecto de las acciones de alguien, más que por sus intenciones al actuar (que no es cosa menor en tanto que el propósito de nuestras acciones da cuenta de nuestra integridad y postura ética). Un patán será quien, por razones de personalidad, o de uso del poder que tiene (o de ambas), realiza acciones que ponen en riesgo el bienestar, integridad física, social, emocional, económica o sexual, de otra persona.
Esta sencilla definición muestra no sólo la importancia sino la necesidad de desarrollar una habilidad social que nos permita reconocer a estas personas antes de generar compromisos o vínculos de algún tipo con ellas. No estoy hablando de discriminar y excluir por puros prejuicios, no estoy sugiriendo actuar en perjuicio de estas personas, pero sí de ponernos a salvo de sus conflictos, intenciones y abusos.
La capacidad de reconocer a personas muy conflictivas o abusivas, te ayudará a evitarlas y -habiéndote comprometido con ellas por diversas razones- no tener que buscar cómo aprender a manejar sus caracteres, o bien pedir ayuda para terminar con esos enredos.
Podríamos, entonces, en una clasificación simplificada, distinguir dos tipos de gente “difícil” que con frecuencia despliega conductas patanas: Personalidades Conflictivas y  Personas Abusivas (si juntamos ambas características estamos frente a un infierno):
Las personalidades conflictivas en general se relacionan con algún trastorno de personalidad, es decir, que por razones genéticas, orgánicas, ambientales, etc., han desarrollado un trastorno que predispone –sino es que casi determina- sus conductas. Todos tenemos algún estilo de carácter, y hasta los más sanos nos ubicamos en rangos de bastante neurosis, aún así, nuestras reacciones se distinguen marcadamente de quienes padecen trastornos de personalidad.

Aquí algunas señales de alerta:

  1. Personalidades rígidas: repiten una y otra vez patrones de conducta –mucho más que la gente promedio- aunque se les dé retroalimentación o se les pida que cambien. Estos patrones de conducta son muy limitados y generalmente no se adaptan a las diversas situaciones que se presentan en la vida. Por tanto son más predecibles que la mayoría de la gente, pues se muestran poco flexibles ante las demandas del momento y de los diferentes contextos.
  2. Son problemáticas. Tienden a ser agresivas y a escalar los conflictos desproporcionadamente. Pueden ser -o no- violentas, pero suelen mostrarse hostiles en situaciones de estrés.
  3. Culpan a los demás por sus errores –o de los diversos desafíos que las circunstancias sociales, económicas, emocionales presentan– sin reflexionar, menos aún asumir, su responsabilidad.
  4. Les cuesta integrar los “grises”, o los matices de las cosas: o es todo o nada, o alguien es bueno o malo. Son muy limitados para ver la complejidad de lo que ocurre.
  5. Dificultad para manejar sus emociones: les cuesta controlar su reacción emocional, se salen de control, gritan, lloran, critican, reclaman, juzgan, se alteran.
  6. Tienen reacciones que no corresponden a lo que se está presentando, y que el promedio de la gente no haría.
  7. Tienden a criticar a los demás sin fundamentos. Algo de otros los irrita, perturba o amenaza y hacen juicios de valor desde sus malestares y prejuicios.




Las personalidades abusivas, si bien pueden sumar algún trastorno de personalidad, generalmente son producto de un contexto social que favorece que abusen del poder que tienen. El poder existe en todas las relaciones pues siempre tenemos más o menos privilegios en los diferentes intercambios y grupos a los que pertenecemos, ya sea por, estatus económico, educación, raza, religión, edad, género, preferencia sexual, discapacidad, entre otras.
En los ambientes donde impera la ideología del patriarcado – que son casi todos- , y en el agresivo sistema neoliberal, lo que reina es la competencia y el sometimiento de quien tiene menos poder y privilegios. La sensación de superioridad de las personas abusivas se despliega en el  “derecho” que se dan a sí mismas de someter, controlar y maltratar a otros, a nivel socioeconómico, verbal, físico, institucional o sexual.

Algunas señales de alerta:

1.    Interrumpen.
2.    No escuchan.
3.    Han de ser protagonistas.
4.    Controlan con dinero.
5.    Usan la ironía y el sarcasmo.
6.    Culpan a los otros de provocar su enojo y sus errores.
7.    “Cortan cabezas para ser más altos”.
8.    Hacen esperar a la gente y no piden mayores disculpas.
9.    Eligen los temas de conversación que quieren e ignoran los  
       que no les interesan.
10.  Invalidan las emociones de los demás.
11.  Descalifican a los demás cuando no están “a su altura”.
12.  Ordenan las cosas de manera déspota y autoritaria.
13.  No dan las gracias.

Te dirás que estás características se parecen a las de las personas conflictivas, y en cierto sentido sí. La diferencia de estas personas abusivas es que pueden controlar sus conductas con personas que tienen un rango superior a ellos, por cualquier categoría que sea la que le “otorgue” privilegios especiales.
Quien discrimina y abusa de otra persona confirma su lugar de privilegio y poder como si fuera “normal” hacerlo, mientras que la persona abusada (¡no vayas a ser tú!), confirma su lugar de “inferior”, de “diferente” o de “anormal”.

Entonces, ¿qué hacer si ya estamos relacionados con una persona conflictiva o abusiva?
1. Tomar conciencia de la desigualdad de poder que existe para no ponerte en riesgo. Alguien con mayor poder puede desde maltratarte físicamente, hasta correrte de tu trabajo.
2. Apoyarte en los demás. Y debes informarte de las instancias legales o grupos que te brindan apoyo para denunciar y superar el maltrato, abuso u hostigamiento.
3. Hablar y darte tu lugar. Sólo basta con que expreses lo que necesitas. Por ejemplo: “Te pido que no me hables así” o “No me trates de esta manera”.
4. Aléjate. Si acabas de conocer a un “patán” (persona que te trata mal, no respeta tu tiempo y no muestra el mínimo interés en lo que dices), lo mejor es que te retires.


Difícilmente podemos saber con exactitud cómo es una persona al primer vistazo, mucho menos podemos saber, aún conociéndola mejor, cómo será su comportamiento en el futuro. Parte de la maravilla de lo humano es esa ambigüedad, el hecho de ser impredecibles. Sin embargo, sí es posible dar cuenta de ciertos detalles que denoten personalidades que lejos de ayudarnos a crecer y ser felices, seguro nos darán muchos dolores de cabeza –cuando menos-.
No te dejes llevar por palabras bonitas o por promesas mágicas; si notas que la otra persona tiene tendencias al abuso y al conflicto, piensa dos veces antes de sumergirte en un plan de vida con ella.
Los puntos dados aquí pueden serte de utilidad como una guía; por supuesto estos no incluyen todas las características y, de cierto modo, todos cumplimos con uno u otro punto sin que por ello se pueda decir que somos abusivos o conflictivos. Lo importante es cuidar de nuestras relaciones, cuidarnos a nosotros mismos para poder también cuidar a otros. No te dejes llevar por palabras bonitas o por promesas mágicas; si notas que la otra persona tiene tendencias al abuso y al conflicto, piensa dos veces antes de sumergirte en un plan de vida con ella. Mejor retirarte a tiempo que pasar una temporada en el infierno.

https://www.excelsior.com.mx/blog/una-vida-s1ngular/como-reconocer-a-una-persona-conflictiva-o-abusiva-antes-de-liarte-con-ella
http://www.psicologosmontevideo.com/lic-psic-gonzalo-cosenza

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