La Psiconeuroinmunoendocrinología (PNIE)

La calidad de vida del ser humano implica armonía entre cuerpo y mente; la psiconeuroinmunoendocrinología (PNIE), estudia al proceso salud-enfermedad a través de las interrelaciones entre: sistema nervioso (SN), sistema endocrino (SE), sistema inmune (SI) y la psicología del individuo. Al investigar las interacciones neuroinmunes en relación con el comportamiento y sus consecuencias clínicas, uno de sus principales objetivos es encontrar maneras de modificar favorablemente las respuestas neuroinmunoendocrinológicas mediante intervenciones terapeúticas que procuren el bienestar del sujeto desde esta  perspectiva integradora.

Sistema inmune: guardián de nuestra salud

El sistema inmune (SI) protege a nuestro organismo creando un escudo defensor: millones de células fungen como un ejército de incansables vigilantes, ellos construyen una barrera ante agresiones ambientales diversas y contra potenciales amenazas para la salud.
Nuestra inmunología es un sistema altamente especializado, posee muchos tipos de “escudos” para procurar la homeotasis del organismo de manera continua, algunos de ellos son: los fagocitos, que siguen el rastro químico dejado por las bacterias y cual auténticos estrategas en la guerra por la salud, rodean y destruyen al huésped enemigo; la glándula del timo, produce células T las cuales destruyen células infectadas con virus; la médula ósea genera células B liberando anticuerpos, quienes nos ayudan en la destrucción de microorganismos que ocasionan enfermedades o las células natural killer (NK),  linfocitos que eliminan células infectadas por diferentes patógenos e incluso tumorales, ¡así es!: el sistema inmune constantemente lucha contra un potencial ‘cáncer’ u otros padecimientos inflamatorios que acompañan a las enfermedades.
¿Cómo lo hacen? Identificando moléculas específicas (antígenos) y por supuesto: discriminando lo ‘ajeno’ de lo ‘propio’. Por eso, cuando hay fallas en éste sistema de reconocimiento, en vez de ayudarnos puede comenzar a atacarnos, sucede así con enfermedades autoinmunes: diabetes tipo 1, diferentes tipos de artritis, el lupus eritematoso sistémico (LES) y la esclerosis múltiple (EM), por citar algunas.
En el sistema nervioso central (SNC)  se producen neurotransmisores como: endorfinas, dopamina, serotonina e histamina, entre otros, éstas son drogas naturales que produce nuestro organismo,  tienen efectos directos sobre sistema inmune. Por otra parte, el sistema nervioso somático (SNS) contiene neuronas sensitivas que actúan como mensajeros, llevando información a través de las inervaciones autónomas, desde los receptores sensoriales en la superficie del cuerpo, pero también ubicados desde nuestra cabeza hasta las extremidades.

“Ama, cuida, nutre y entrena adecuadamente tu sistema inmune… Pues es tu aliado en la lucha para obtener alivio o incluso bienestar”.Podemos utilizar estos procesos, aprovechar las supercarreteras de información que son vías entre todos nuestros sistemas para mejorar nuestra calidad de vida, ¿cómo? Entrenando nuestro cuerpo y nuestra mente para generar respuestas neuroinmunoendocrinológicas favorables.

Antecedentes de la PNIE

Se reconoce al psiquiatra George Solomon como fundador de la psicoinmunología, debido a sus importantes investigaciones. Más adelante, en 1975, el psicólogo Robert Ader junto con el inmunólogo  Nicholas Cohen acuñaron el término de psiconeuroinmunología (PNI). Juntos, realizaron estudios experimentales tratando de modificar algunas respuestas inmunes mediante el condicionamiento clásico, identificando la estrecha relación entre sistema inmune y cerebro.

Conforme la ciencia fue avanzando, empezó a ser más evidente también la íntima asociación entre el sistema inmune y el endocrino. J. E. Blalock identificó un circuito bidireccional entre ambos (1985), éste tipo de comunicación, se da principalmente a través de sustancias como: neurotransmisores, hormonas, neuropéptidos y citoquinas (o citocinas) entre otros, mismos que contribuyen a la homeostasis del cuerpo.

Existe un estrecho vínculo entre la etiología, desarrollo, el  mantenimiento de las enfermedades del cuerpo y  problemas psicológicos comunes en nuestros días como: ansiedad, fatiga crónica, problemas de sueño, trastornos del estado de ánimo, depresión, falta de regulación emocional y exceso de estrés.

Todas las emociones son importantes y cumplen funciones específicas; sin embargo, cuando no hay un buen manejo de las mismas durante largo tiempo, podemos enfermar del cuerpo, pues tienen gran impacto en la fisiología humana: “La manera en que el individuo afronta una situación emocional produce variaciones significativas en la respuesta inmune” (Rosenkranz, 2003).

Lo que sentimos, pensamos y somos, está determinado, en gran medida, por el estado de nuestras glándulasNuestro sistema inmune tiene inteligencia y memoria, misma que está registrada en las células de nuestro cuerpo. La PNIE ha estudiado cuidadosamente los factores psicosociales capaces de modificar el equilibrio homeostático, los cuales pueden influir para que nuestro cuerpo enferme, algunos de ellos son:

Tipo de personalidad
Problemas de ansiedad
Conflictos de pareja
Aislamiento
Duelos no resueltos.
Altos niveles de estrés y preocupación excesiva durante largos periodos de tiempo (distrés o estrés crónico).

Estrés como objeto de estudio de la PNIE

La integración de los sistemas nervioso, inmune y neuroendocrino tienen como finalidad conservar la salud, hacer efectiva la lucha por la supervivencia y controlar diversas funciones para mantener el equilibrio del organismo. A su vez, el estrés es necesario en estos procesos, pues ayuda a adaptarnos psicofisiológicamente para afrontar las demandas que nos supone el diario vivir, impacta de manera muy específica sobre nuestro cuerpo, activando “señales de alarma” neuroendocrinas que influyen en el sistema inmune.

La relación entre el cerebro y el sistema inmunológico, se puede apreciar mediante el eje hipotalámico-hipofisario-adrenal (HHA), el cual desencadena conductas inmunológicas. Sin embargo, al estar un organismo expuesto constantemente a los efectos perniciosos del distrés, se ve alterado su equilibrio homeostático. Cuando nuestro cuerpo padece estrés crónico, la exposición continua a las sustancias que el cuerpo segrega de manera natural al prepararnos para la acción como: cortisol, glucagón y prolactina, entre otras, que a la larga resultan perjudiciales, intoxicando el organismo.



La psiconeuroinmunoendocrinología afirma que cuando acumulamos por mucho tiempo miedos, preocupaciones, angustia, ira, envidias, tristezas o incluso cuando cargamos con resentimientos por no haber perdonado a alguien que nos hizo daño en el pasado, esto puede contribuir a la aparición de padecimientos físicos y psicológicos.

Problemas de salud cada vez más comunes entre la población y sus complicaciones están siendo asociados con respuestas  psiconeuroinmunoendocrinológicas ante el estrés crónico, algunos de ellos son: problemas de sueño, cefaleas, colitis, gastritis, alergias, complicaciones de padecimientos autoinmunes, fibromialgia y otras enfermedades asociadas al dolor crónico, cutáneos, sobrepeso, alteración de niveles de glucosa en sangre y de la presión sanguínea, enfermedades cardiovasculares, como las coronarias, se vincula también con el proceso de ateroesclerosis.

PNIE y Terapias Neuroinmunoduladoras de Sanación

¿Cómo podemos ayudar a nuestro sistema inmune (SI) a regular nuestra salud? En primera instancia, a través de nuestra actividad consciente y mediante la voluntad, hay decisiones y acciones sencillas que con perseverancia podemos realizar para ayudar a nuestro cuerpo a lograr bienestar.

En el caso particular del sistema nervioso y el inmune es posible condicionar algunas respuestas mediante entrenamiento cognitivo, a nivel consciente, es decir, en estado de vigilia o se puede incluso descender a niveles más profundos de la consciencia en donde somos más sugestionables, como el estado alfa, beta, gamma, delta o theta para ‘implantar’  programaciones, como sucede con la hipnosis.

La PNIE, apoyándose en las neurociencias y en su afán por buscar mayor calidad de vida para los pacientes, ha investigado los efectos en el organismo algunas prácticas milenarias y novedosas terapéuticas para los mismos fines, se ha observado que al reducir el estrés, tienen la capacidad de propiciar un aumento en la respuesta neuroinmune y endocrina, fungiendo como herramientas de sanación complementarias, algunas son: meditación, yoga, musicoterapia, Tai Chi,  Qigong  (Chi Kung), biofeedback, la terapia de campos magnéticos pulsados y homotoxicología, entre otras.

A través de diferentes estudios, se ha puesto en evidencia los múltiples beneficios de practicar ejercicios de respiración, relajación, los efectos positivos de ciertos ritmos musicales en el organismo (musicoterapia), la importancia del movimiento corporal, de ejercer la una sexualidad sana, libre, responsable y satisfactoria, amar, jugar, reír, dar caminatas y estar en contacto con la naturaleza, así como con personas que apreciamos y con las que compartimos, intereses, sueños, compartir con los demás gratos momentos y disfrutarlos, a pesar de que a veces las circunstancias de vida pueden ser difíciles por mucho tiempo, siempre podemos encontrar motivos para tener gratitud y sonreír, cuando no podemos lograrlo es preciso buscar ayuda profesional.

Referencias electrónicas

http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1727-897X2017000600013
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-33252007000600013&lng=es&nrm=iso&tlng=es

Ader, Robert. Psychoneuroimmunology, Academic Press. 2007. ISBN 978-0-12-088576-3.

FUENTE: https://www.psicoactiva.com/blog/la-psiconeuroinmunoendocrinologia-pnie/
http://www.psicologosmontevideo.com/lic-psic-gonzalo-cosenza

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