El experimento de Loftus y Palmer sobre el valor de la palabra


Este experimento se ejecutó en el año de 1974, pero sus resultados aún contienen vigencia, ya que dejaron en claro que las palabras son capaces de dar forma a los pensamientos y a los recuerdos.
El poder de las palabras es impresionante, sobre todo cuando se trata de traer al presente hechos ya ocurridos, es decir, de reconstruir acontecimientos del pasado.

Algunos puntos sobre el experimento del Loftus y Palmer

Si algo dejó en evidencia este famoso experimento es que:
  • Al leer las noticias, estas impactarán de un modo u otro en los lectores dependiendo de las palabras que sean usadas.
  • Cuando se responden cuestionarios, estas respuestas pueden verse condicionadas por la manera en la cual son planteadas las preguntas, y
  • Los testimonios que puedan brindar los testigos oculares de un hecho, podrían verse empañados por los acontecimientos futuros, así como por la forma de interrogar que emplee quien dirige la recogida de datos.
El experimento de Elizabeth Lotus, en compañía de John C. Palmer dejó asiento científico para trabajar el tema que las distorsiones, las cuales pueden ocurrir de diversos modos.
Por ejemplo, un recuerdo original puede ser distorsionado si el sujeto, posteriormente, es expuesto a una información falsa sobre el hecho.
Esto explicaría el porqué algunos testigos de hechos delictivos suelen confundir el rostro del verdadero criminal tras observar fotografías de otros sujetos sospechosos.
El experimento de Loftus y Palmer han sido una muestra clara de cómo se pueden “recordar” cosas que jamás han tenido lugar en la realidad, y esto es muy interesante, no solo para ahondar en el tema de las distorsiones cognitivas, sino también en la forma en la que trabaja la memoria.
Los recuerdos también pueden ser falsos y, de hecho, pueden incidir de forma negativa en los comportamientos que una persona tenga a futuro.
En este punto hizo énfasis Elizabeth Loftus en el año 2013 cuando dio una conferencia titulada: “La ficción de la memoria”, en la que hizo alusión a varias situaciones en las que los recuerdos falsos fueron implantados, sobre todo en la etapa de la infancia.

 La memoria puede fallar

Fueron varios los experimentos de Loftus y Palmer, por ejemplo, en uno de ellos se les sugirió a los adulos que el hecho de no querer comer algunos alimentos se debía a que cuando eran niños habían enfermado tras comerlos.
Los estudios indican que los falsos recuerdos pueden incluir aquellos que han sido totalmente inventados y, por tanto, jamás han ocurrido, lo cual es diferente a cualquier error de memoria. En este caso se estaría hablando de una falsa memoria. oftus y Palmer consistió en exponer a un grupo de personas ante una misma foto de un accidente de coche.
Sin embargo, los resultados cambiaron a medida que cambió la pregunta del moderador.
Algunos verbos empleados fueron: “golpeados”, “colisionados”, “estrellados” y otras. El uso de estas palabras diferentes condicionó la respuesta de los participantes ante la pregunta de cuán rápido estimaban que iban los coches.
Mientras el verbo empleado por el entrevistador era más fuerte, tal como “estrellarse”, la respuesta respecto a la velocidad también se intensificaba, hasta el punto de que algunos creyeron haber notado “cristales rotos” en las fotos, tal como describen las investigaciones.
Para los fiscales, defensores y demás abogados litigantes, este experimento puede ser crucial al momento de examinar las respuestas de las personas que fungen como testigos de un hecho.
Dos hechos quedaron corroborados tras este experimento:
  1. El lenguaje puede modificar la percepción de la realidad y, por tanto, los recuerdos.
  2. Se pueden generar nuevos recuerdos.

El alarmante resultado del experimento de Loftus y Palmer

Los resultados del experimento de Loftus y Palmer son realmente asombrosos porque esta prominente mujer del mundo de la psicología demostró que se pueden generar recuerdos.
Loftus fue tan atrevida que llegó a convencer a varios sujetos de que cuando eran pequeños se habían perdido en centros comerciales, o de que habían visto señales de tráfico que jamás estuvieron.
El libro de Loftus, titulado ¿Quién abusó de Jane Doe? ¸ trató el caso de una mujer que había “recordado” ser víctima de abuso sexual. El problema es que dicho abuso jamás había sucedido.
El psicólogo norteamericano, Daniel Schater, consideró que el mal funcionamiento de la memoria podía deberse a siete puntos:
  1. Transitoriedad: pérdida de la información con el transcurrir de tiempo.
  2. Ausencia de conciencia: pérdida de memoria por falta de atención.
  3. Bloqueo: cuando hay otro recuerdo que interfiere.
  4. Atribución errónea: cuando se atribuye el recuerdo a otra fuente (como en el caso de un testigo de delito que culpa a un sujeto de forma errónea).
  5. Sugestión: cuando agentes externos influyen en la persona.
  6. Propensión o sesgo retrospectivo: cuando los recuerdos se empañan por los sentimientos.
  7. Persistencia: cuando hay información perturbadora que persiste.
Todo esto nos permite afirmar que, la próxima vez que creas estar recordando algo, mejor examina si realmente ha ocurrido en la realidad.

Referencias bibliográficas

  • Loftus, E. F. (2005). Planting misinformation in the human mind: A 30-year investigation of the malleability of memory. Learning and Memory.
  • Loftus, E. F. (2008). Elizabeth F. Loftus. In A history of psychology in autobiography, Vol. IX. https://doi.org/10.1037/11571-006
  • Loftus, E. F. (2019). Eyewitness testimony. Applied Cognitive Psychology.
  • Loftus, E. F., & Palmer, J. C. (1974). Reconstruction of automobile destruction: An example of the interaction between language and memory. Journal of Verbal Learning and Verbal Behavior.
  • Loftus, E. F. (1993). The reality of repressed memories. American Psychologist.

 https://www.psicoactiva.com/blog/el-experimento-de-loftus-y-palmer/
http://www.psicologosmontevideo.com/lic-psic-gonzalo-cosenza

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