13 Factores de riesgo suicida en adolescentes


Muchos adultos desconocen estos 13 factores de riesgo suicida en adolescentes y desestiman algunos signos que son importantes para la prevención.
Lo que muchas personas adultas piensan cuando un adolescente manifiesta que desea atentar contra su vida es que simplemente lo hace para “llamar la atención”.
Algunas personas también suelen creer que, si el adolescente pasa por un mal momento, pero siempre está sonriente es porque está bien y nada sucederá.
Lo triste es que estas creencias están lejos de ser ciertas. Más bien, la UNICEF ha informado que más de la mitad de los adolescentes que cursan estudios secundarios han tenido pensamientos suicidas.
De modo que, es necesario revisar los factores de riesgo suicida en adolescentes y frente a esta problemática plantear pautas de protección a fin de ayudarles a ver la vida de otra manera.
Algunos estudios señalan que, entre los principales factores de predisposición, se encuentran: los antecedentes familiares, los trastornos de conducta, la violencia domiciliaria y la depresión.
Es por ello que, algunas investigaciones plantean un abordaje directo a las familias de los adolescentes con conductas suicidas para disminuir este problema de salud, ya que los conflictos familiares también tienen preponderancia entre los factores.

13 Factores de riesgo suicida en adolescentes

Teniendo conocimiento de estos datos, es importante observar, no solo el comportamiento de algunos adolescentes, sino también otras señales del entorno.
Los 13 factores de riesgo suicida en adolescentes a considerar, son los siguientes:
  1. Una pérdida importante: esto puede incluir la muerte de una mascota, un familiar o un amigo. También incluye la ruptura con un novio o novia, la pérdida de empleo en uno de los padres, separación, divorcio, pérdida de la casa, entre otras.
  2. Un trastorno psiquiátrico: especialmente aquellos relacionados con el ánimo, como es el caso de la depresión.
  3. Intentos anteriores de suicidio.
  4. Consumo de alcohol u otras sustancias.
  5. Problemas relacionados con la orientación sexual y el entorno.
  6. Antecedentes de violencia doméstica, negligencia infantil, abuso.
  7. Historial de suicidio en la familia.
  8. Aislamiento, sensación de falta de apoyo.
  9. Ser víctima de acoso, o ser acosador.
  10. Posibilidad de manipular arma de fuego, u otras letales.
  11. Sentimientos de culpa o vergüenza.
  12. Baja autoestima.
  13. Dificultad para acceder a servicios, entre otras.
Frente a estos factores de riesgo suicida en adolescentes, se pueden adoptar actitudes que promuevan la comunicación y las conexiones emocionales sólidas.

Algunos ejemplos de factores protectores:

  • Conexiones emocionales fuertes: los adolescentes que tienen conexiones sólidas con sus familiares o amigos tienen menor probabilidad de incurrir en suicidio, ya que sienten que son amados y cuentan con apoyo. También, cuando tienen dificultades acuden a esas personas, que son importantes para ellos, en busca de ayuda.
  • No tener acceso a ningún tipo de arma letal.
  • Acceso rápido a intervención clínica, bien sea psicoterapia o tratamiento farmacológico, en caso de ser necesario.
  • Atención de personal adecuado para tratar trastornos mentales o de sustancias.
  • Buen sentido del humor.
  • Optimismo, en la creencia de que el futuro será mejor y las dificultades presentes podrán ser superadas.
  • Buena alimentación y hábitos sanos.
  • Empatía, entendida como la capacidad de ponerse en el lugar del otro, entre otras.
Si un adulto observa que el adolescente se comporta de forma más introvertida, con apatía, ansiedad o lo observa muy triste, entonces debe estar alerta. De igual modo, si nota que los hábitos alimenticios o de sueño han cambiado.
Un adolescente también puede estar perdiendo su capacidad para controlar la impulsividad si incurre en acciones temerarias, se ve implicado en conflictos o actúa de forma errática seguidamente. En estos casos, el adulto también debe prestar atención.
Si un adolescente, e incluso un niño, llegase a expresar frases como: “deseo desaparecer”, “quiero morir” o “todos estarían mejor sin mí”, entre otras, el adulto también debe tomarlo en serio.
Es necesario que los adultos fomenten en los adolescentes las habilidades para comunicarse y pedir apoyo cuando sienta que las situaciones escapan de sus manos.
También es importante comunicarles que existen muchas razones por la cuales vale vivir, pues, visualizar las cosas positivas puede aminorar el impacto que generan los hechos negativos.
Finalmente, hay cosas pequeñas y grandes que son hermosas. Promover la búsqueda del sentido en la vida es de mucha ayuda para los adolescentes que tienen o han tenido ideas suicidas. Asimismo, se les puede animar a participar en algún tipo de activismo social.
Los adultos jamás deben restar importancia a los sentimientos que expresan los adolescentes. Al contrario, deben prestar atención y estar siempre allí, con la escucha activa, que es el principal sostén emocional.

Bibliografía

  • Larraguibel Q., M., González M., P., Martínez N., V., & Valenzuela G., R. (2000). Factores de riesgo de la conducta suicida en niños y adolescentes. Revista Chilena de Pediatría.
  • Noa López, J., & Vázquez Miranda, M. (2010). Factores de riesgo de intento suicida en adolescentes. MEDISAN.
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  • Siabato Macías, E., Forero Mendoza, I., & Salamanca Camargo, Y. (2017). Asociación entre depresión e ideación suicida en un grupo de adolescentes colombianos. Pensamiento Psicológico.
  • Vargas, H. B., & Saavedra, J. E. (2013). Factores asociados con la conducta suicida en adolescentes. Revista de Neuro-Psiquiatria.

 https://www.psicoactiva.com/blog/factores-de-riesgo-suicida/
http://www.psicologosmontevideo.com/lic-psic-gonzalo-cosenza

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