¿Pelea por política? La ciencia dice que es normal, pero no vale la pena

 Por mucho que discuta, no cambiará nada. No dañe la reunión familiar. (Foto: Tomada de Internet) 


Es tiempo de elecciones y los egos están encendidos: nos cuesta trabajo guardar silencio ante una opinión diferente a la nuestra cuando los tópicos son política y religión, principalmente. Sin embargo, a menos que esté en una verdadera instancia decisoria, las discusiones sobre estos temas no son más que eso: confrontaciones por opiniones personales, así estén bien argumentadas.  La mejor opción siempre es no exaltarse y evitar a toda costa discutir con el abuelo que siempre ha tenido un partido favorito, con la tía que está pensando en otros temas más allá de la política, con el papá que cambia de pensamiento a cada rato, o con el primo que tiene sus intereses personales y bueno, así es como se vive la política en todas las familias.
Porque, seamos honestos, a menos que hagamos parte del Congreso, donde se deben defender los argumentos y creencias que representamos, al discutir con la familia por lo que pensamos en materia de política y religión no estaremos haciendo absolutamente nada: solo fomentaremos un resentimiento porque es lógico que la gente se apasione con estos temas: ¡lo dice la ciencia!
Un estudio de la Universidad de Harvard señala que hace miles de años el cerebro desarrolló un “sistema de alianzas”que les permitió a los primeros seres humanos determinar con quiénes podían formar comunidades y con quienes no. Cuando encontramos a alguien que desafía esas bases, lo vemos como un enemigo y sentimos la necesidad de defender esos “principios”.
Pero, ¿no deberíamoshaber cambiado ya? David Pietraszewsk, investigador de la Universidad de California, Estados Unidos, realizó un estudio en el cual encontró que para nuestros cerebros la afiliación política es como una membresía a un grupo y que lo aceptamos en la medida en que pase la prueba: y entre esas pruebas está qué tanto estamos de acuerdo con esa persona en materia de política, por ejemplo.
¿Se puede superar? El investigador señala que sí, pero que lo que realmente se requiere es cooperación que corte transversalmente las anteriores divisiones, y mientras más mejor.
La psicóloga Valeria Sabater explica que “en ocasiones quien guarda silencio ante la crítica, la envidia o la provocación, no es por falta de argumentos ni valentía. Lo que ocurre es que cuando la ignorancia habla, la inteligencia calla, ríe y se aleja”.
La experta señala que a veces las peleas por política o religión tienen un trasfondo mayor al de simplemente argumentar un punto de vista: “una de las razones por las que nos cuesta tanto aceptar las críticas es porque las personas necesitamos sentirnosaceptados y reafirmados. Un reproche es la pérdida de ese sutil equilibrio personal hilado por el orgullo. Ahora bien, cuando una crítica tiene como sustrato la más profunda de las ignorancias, no hay riesgo alguno para nuestro autoconcepto”.

Sin embargo, Sabater es contundente en lo que se refiere a que no debemos desgastarnos: “todos deberíamos asumir que hay discusiones que no valen la pena”. 



Se sabe que no es fácil, pero “con el tiempo las heridas se curten, uno madura y entiende por fín muchas cosas. Entiende quelas personas no cambian, y que quien no ha querido dar el paso de la ignorancia al conocimiento es porque no quiere. Ante estas conductas no queda otra más que asumir la batalla perdida y mantener la dignidad que propicia que nuestra alma esté tranquila. Esa que entiende que al final es mejor callar, sonreír con inteligencia y poner distancia”, concluye Sabater. 


https://www.vanguardia.com/entretenimiento/galeria/pelea-por-politica-la-ciencia-dice-que-es-normal-pero-no-vale-la-pena-EDVL425357

http://www.psicologosmontevideo.com/lic-psic-gonzalo-cosenza

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