La disonancia cognitiva: qué es y cómo funciona


La disonancia cognitiva, o tener dos pensamientos, creencias o actitudes contradictorias pueden llegar a causar gran malestar. Es importante detectarla y saber cómo funciona.
La disonancia cognitiva en psicología es cuando entran en conflicto dos pensamientos o valores que tiene una persona. Es decir, cuando existe un conflicto interno entre dos cogniciones simultáneas que a priori son incompatibles o cuando un comportamiento propio choca directamente contra las creencias personales.
¿Te ha ocurrido alguna vez pensar una cosa y hacer otra? ¿o tener dos sentimientos contradictorios y que eso implique malestar y no saber cómo actuar? El significado de disonancia es la falta de correspondencia, conformidad o igualdad entre dos cosas, en este caso creencias o emociones.
Saber que es malo fumar y no dejarlo, saltarse la dieta o ser infiel dándose cuenta de que eso choca con nuestros valores son momentos en los que se está experimentando una disonancia cognitiva (cognitive disonance, en inglés) y para los que se buscan mil y una excusas para minimizar el malestar que nos causa.

¿Cómo funciona la disonancia cognitiva?

Y, ¿qué ocurre cuando se da esa disonancia cognitiva? La falta de armonía interna suele dar como consecuencia que la persona sienta incomodidad, tensión o ansiedad puesto que se está rompiendo de alguna forma nuestra coherencia interna. Otro de los posibles efectos es el cambio de actitudes y comportamientos respecto a una situación, la racionalización de esas actitudes que chocan con las creencias, el autoengaño o la autojustificación de la mentira (buscar el lado bueno de por qué lo hacemos y creérnoslo).
Por otro lado, es relevante destacar que la disonancia cognitiva solamente existe cuando las personas son libres para actuar/pensar de una determinada forma, en el caso de que sean obligadas a hacerlo, esa simple obligación ya funciona como justificación y no se da la disonancia.
En cualquier caso, las personas no suelen sentirse a gusto con las disonancias cognitivas por lo que intentan evitarlas utilizando los medios que tienen a su alcance. No obstante, estas circunstancias también pueden utilizarse a nuestro favor para el autoconocimiento y mejorar las herramientas que disponemos para nuestro crecimiento personal.

La teoría de la disonancia cognitiva de Festinger

La teoría de la disonancia cognitiva fue publicada por primera vez por el psicólogo social estadounidense Leon Festinger en su título A theory of cognitive dissonance (Teoría de la disonancia cognoscitiva) en el año 1957. La teoría de Festinger formula que el individuo desea lograr siempre la consistencia dentro de sí mismo y que lo normal es que sus opiniones, conocimientos y creencias vayan en consonancia con cómo actúa. A pesar de ello, afirma Festinger, resulta más interesante analizar las excepciones a la conducta habitual: cuando existe una inconsistencia o disonancia interna que lleva a un malestar psicológico. El autor de la teoría de la disonancia cognitiva añade que las personas actúan de dos formas diferentes y complementarias respecto a esta:
  1. La disonancia, al ser psicológicamente incómoda, provoca que la persona la evite pero si ya la siente, trate de reducirla para conseguir la máxima coherencia.
  2. Además de intentar eliminarla, la persona evita con todos sus sentidos las informaciones y situaciones que puedan aumentarla y aumentar así su malestar.
Respecto a la magnitud de este conflicto entre dos creencias o comportamientos opuestos, Festinger afirma que esta disociación será mayor cuanto más importantes sean para el individuo estos elementos. Es decir, si afectan a valores fundamentales, la disonancia cognitiva será grande mientras que si solo se muestran en pequeños detalles rutinarios esta disonancia será mínima.

Teoría de la disonancia cognitiva
Asimismo, la teoría de la disonancia cognitiva concluye que para eliminarla o reducirla hace falta analizar esa magnitud.
“La presencia de la disonancia da ocasión a que surjan presiones para reducirla o eliminarla. La fuerza de la presión que se ejerce para reducir la disonancia está en función de su magnitud.”
Así pues, cuanto mayor sea el conflicto, mayor el impulso, la motivación o la acción para evitarlo, reducirlo o eliminarlo y volver a sentirse en concordancia.

Cómo reducir el conflicto interno

La teoría de Festiger incluye también algunos apuntes sobre cómo reducir las disonancias cognitivas y añade que existen varios condicionantes para conseguirlo. La eficacia de los esfuerzos dirigidos a reducir la disonancia depende de:
  • La resistencia al cambio de esas creencias y los elementos cognitivos disonantes y la posibilidad de encontrar información y opiniones que lleven hacia la coherencia.
  • La resistencia de esos elementos cognitivos a la realidad.
  • El elemento disonante menos resistente a la disonancia de los dos o varios que entran en choque es el que cambiará.

El experimento de Festinger y Carlsmith

Leon Festinger y Merrill Carlsmith, ambos especializados en psicología social, llevaron a cabo en la Universidad de Standford un experimento sobre la disonancia cognitiva en el que implicaron a 71 estudiantes. En el estudio investigaron las consecuencias cognitivas de realizar actos que no desean y chocan radicalmente con sus pensamientos y sensaciones.
Para el experimento de Festinger y Carlsmith se pidió a los jóvenes que realizaran una serie de tareas intencionalmente monótonas y sin sentido. Posteriormente, se les preguntó si les había parecido aburrido y, tras analizar los resultados, un grupo se fue y a los participantes restantes se les ofreció la posibilidad de ejercer como formadores del siguiente grupo que iba a encargarse de realizar las tareas. Su misión consistía en transmitir las bondades de las tareas con pasión y amablemente, es decir, les propusieron mentir pagándoles a un grupo 1 dólar y a otro 20 dólares. Tras unos días, se les preguntó en una encuesta qué les había parecido la actividad en conjunto. Los resultados dieron a conocer que los únicos a los que les había parecido divertida fueron los que recibieron un dólar.
La conclusión del estudio sobre disonancia cognitiva de Festinger y Carlsmith revela que en ese grupo se dio un ejemplo de disonancia ya que llegaron realmente a creerse que la actividad era divertida: al recibir tan poca compensación tuvieron que cambiar su pensamiento para justificar su mentira. En cambio, los participantes que recibieron 20 dólares contaban con una justificación externa para su comportamiento, consecuentemente, tuvieron menos sensación de disonancia. En definitiva, cuando no hay un componente fuerte de justificación para los elementos (ideas, actitudes, comportamientos) es más sencillo cambiarlos y ajustarlos con la coherencia interna.

El autoengaño en psicología

El autoengaño o la  justificación de la mentira es, como hemos visto, uno de los recursos más habituales cuando experimentamos una disonancia cognitiva. En psicología esto se explica porque tener dos pensamientos contradictorios (que hayamos hecho algo incorrecto, que nos hayamos equivocado o que tengamos actitudes contrarias a nuestras creencias más sólidas) nos supone malestar y para paliarlo buscamos razones que justifiquen nuestros actos y así reducir esa ansiedad. Aunque esas razones sean mentira y nos lleven a la autojustificación de una forma más o menos consciente. La disonancia cognitiva explica nuestra tendencia al autoengaño.

Ejemplos de disonancia cognitiva

En la vida cotidiana hay infinidad de ejemplos de disonancia cognitiva y no todos tienen el mismo peso en las personas ni causan los mismos estadios de tensión interna. Hay ejemplos de actitudes y creencias contradictorias que pueden ser leves y con los que la persona aprende a convivir sin grandes problemas y los hay más complicados en los que puede llegar a tener consecuencias psicológicas importantes. En este caso las personas pueden necesitar buscar soluciones para no sentirse atrapados en esas disonancias, aprender a comprenderlas mejor y llegar a asumirlas con naturalidad sin que supongan un estrés añadido. De hecho, algunas corrientes señalan que las disonancias ayudan a veces a superar malos tragos (o momentos que no se han buscado y se han visto forzados a vivirlos, como una ruptura) buscando justificaciones que hagan sufrir menos.
Un ejemplo de disonancia cognitiva

La autojustificación en llevar una vida saludable

Por ejemplo, en el caso de saltarse la dieta, que implica querer adelgazar o llevar una vida sana, comerse una pizza y después sentirse mal, la disonancia cognitiva no es tan grande porque no afecta a valores internos. Lo mismo ocurre con ir al gimnasio: si tenemos el pensamiento firme de ir con regularidad y no lo cumplimos, la disonancia interna aparecerá. Nuestro impulso a reducir y posteriormente evitar esa disonancia cognitiva dependerá de la motivación que tengamos para llevar esa vida saludable que hemos pensado y planeado. La autojustificación en forma de “por un día no pasa nada”, “tenías cosas más urgentes que hacer” aparecerá y, con ella, la tranquilidad.

El autoengaño en la infidelidad

Uno de los ejemplos de disonancia cognitiva más representativos es el que padecen las personas infieles. Por un lado, saben que no están actuando correctamente y que sus pensamientos, su conciencia moral, las actitudes aceptadas en la sociedad y sus actos no siguen ninguna coherencia. Todo eso les causa ansiedad pero al mismo tiempo buscan excusas y razones para autoengañarse y que esas discordancias se alineen. Es muy común buscar los problemas en la pareja, la edad, el tiempo o causas externas como el alcohol para justificar la infidelidad y sentirse así mejor con sí mismos y con lo que están haciendo.

La disonancia sobre dejar de fumar

La disonancia cognitiva en el ejemplo de los fumadores es uno de los temas que también se trata en la teoría de la disonancia cognitiva de Festinger. El autor analiza por qué las personas siguen fumando a pesar de que está demostrado que es malo para la salud. Y básicamente, lo hacen porque encuentran todo tipo de justificaciones para no dejar de fumar aunque estas supongan un claro ejemplo de autoengaño.
Disonancia al dejar de fumar
Según Festinger, las razones para no dejar este hábito pueden ser variadas y van desde que les gusta tanto fumar que les vale la pena correr el riesgo hasta que las posibilidades de enfermar no son tantas (“no me va a tocar a mí”) o también que mejor vivir haciendo lo que les gusta y que no se pueden evitar todo peligro (“de algo hay que morir”), y finalmente que dejar de fumar implicaría otros efectos como pasarlo mal o engordar, lo que también sería perjudicial para la salud. La mente se esfuerza de todas las formas posibles para evitar la disonancia cognitiva.
La disonancia cognitiva en psicología es, pues, un efecto muy común en el que juegan las contradicciones del ser humano que, aunque intenta ser coherente con sus actos, no siempre lo consigue.



https://www.mundopsicologos.com/articulos/la-disonancia-cognitiva-que-es-y-como-funciona 
http://www.psicologosmontevideo.com/lic-psic-gonzalo-cosenza

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