La relación entre Sinestesia y Aprendizaje


Al contrario de lo que creemos, cada persona percibe la realidad de forma distinta. Muchas de ellas mezclan percepciones ¿cómo? : percibiendo sabores cuando escuchan números, sintiendo formas y texturas cuando saborean alguna comida, o incluso, viendo colores cuando escuchan música; a este fenómeno se lo conoce como sinestesia.
La sinestesia es un fenómeno perceptual, posterior a un estímulo específico inducido que desencadena una percepción concurrida (Jäncke, 2014a; Ward, 2013a). El estímulo inductor puede ser de diversa naturaleza, así como también la percepción concurrida (Jäncke, 2014b). En otras palabras, es
un fenómeno en donde un estímulo específico puede activar dos percepciones distintas.
La sinestesia ha sido estudiada desde el siglo XIX por Georg Sachs, el cual publicó el primer trabajo sobre dicho fenómeno. Describió su propia sinestesia y la de su hermana como una asociación entre números y colores (Ward, 2013b). A partir de numerosas investigaciones en este siglo, se llegó a la conclusión de que la sinestesia no era un fenómeno patológico. A partir del siglo XX existió un rápido crecimiento en el entendimiento de la sinestesia y sus diferentes modalidades perceptuales (Ward, 2013b).

¿Por qué se forma la sinestesia?

Con la llegada de investigaciones genéticas y un mejor entendimiento del cerebro y sus procesos mentales, se han formulado diversas teorías que pretenden explicar las causas de este fenómeno perceptual (Shriki, Sadeh, y Ward, 2016; Ward y Banissy, 2017). Una de ellas es el aprendizaje como base funcional de la sinestesia (Watson, Akins, Spiker, Crawford, y Enns, 2014; Yon y Press, 2014). Donde en principio, el cerebro de los recién nacidos no limita la percepción desde sus diferentes inputs sensoriales, y muestran una percepción fusionada y solapada.

Cómo los dominios sensitivos se mezclan en la corteza cerebral

Posteriormente, este desorden sensorial debe organizarse con la maduración cerebral en el aprendizaje. En las primeras etapas pre escolares, el aprendizaje se realiza por asociación. Esta desorganización sensorial juega un papel importante, ayudando a emparejar categorías previamente aprendidas con otras en proceso. Un ejemplo de esto es la generación interna de letras coloreadas. Estas ayudan a discriminar letras parecidas, y así sucesivamente con el objetivo de dominar la categoría del estímulo (Watson et al., 2017). Esto significa que los aprendizajes obtenidos en diversas gamas sensitivas son más significativas que aquellas obtenidas de una forma concreta y directa.
Una vez que se haya terminado de dominar estas categorías en dicho proceso y que la maduración cerebral haya conseguido diferencias y limitar las barreras sensoriales (Jäncke, 2014b; Watson et al., 2014), ya no es necesario la utilización de la sinestesia para el aprendizaje. No obstante, en algunos casos quedan despojos de esta unificación entre áreas corticales, prolongando a la sinestesia hasta la edad adulta y fijándola como un proceso perceptivo arraigado de esta persona (Deroy y Spence, 2013; Jäncke, 2014b).

¿Cuáles son los efectos del aprendizaje en personas adultas con sinestesia?

En estudios sobre este tema, se remarca que los procesos cognitivos del aprendizaje en personas sinéstetas son medidos cuidadosamente en dos grandes funciones: aprendizaje (fase de entrenamiento), y memoria (fase de recuperación). Los resultados de las revisiones sistemáticas nos muestran que los sinéstetas, al momento de aprender nueva información que tiene que ver con su dominio en lo que concierne a su propio fenómeno sinestésico, tienden a adquirir esta información con mayor rapidez, en comparación con los no sinéstetas; a pesar de ello, estas ventaja no se distingue como estadísticamente significativa. Watson et al. (2014) sugiere que estas ventajas en velocidad de adquisición de información se puede manifestar siempre y cuando esta información coincida con una asociación pre existente para cada característica personal sinestésica.
Un claro ejemplo, son los resultados de Bankieris & Aslin (2016) donde el grupo sinésteta obtiene resultados contrarios. Esto, debido a que se le pide realizar una nueva asociación diferente a la pre establecida por experiencia propia a lo largo de la vida de la persona (color – forma o color – morfema). Postulando la hipótesis que esta desventaja puede deberse a que la asociación color – forma pre establecida previa al estudio actúa como un interferente para realizar una nueva asociación (Bankieris y Aslin, 2016; Watson et al., 2014). Como consecuencia, realiza una adquisición de información menos eficiente que el grupo control.

Aprendizaje (fase de entrenamiento)

Profundizando más en esta fase de adquisición de información, Watson et al. indagan dos tipos de aprendizaje, el primer tipo de aprendizaje es el implícito. En este caso la información externa es internalizada de manera pasiva en la persona, sin esfuerzos consciente; se postula que las asociaciones sinestésicas pueden ser las bases del aprendizaje implícito (Watson et al., 2014). Sin embargo, con lo dicho anteriormente en los estudios de Bankieris & Aslin (2016), las personas sinestésicas pueden encontrar obstáculos en este tipo de aprendizaje si la calidad de la asociación no coincide con las características pre establecida de la sinestesia.
El otro tipo de aprendizaje hace referencia a la integración activa de información, llamándola explícita. En este caso, se hace evidente un desempeño eficiente en los sinéstetas; con una mayor cantidad de respuestas y mejor calidad de información aprendida a comparación del grupo control; y sin embargo estas evidencias no denotan una ventaja significativa con el grupo control, pero aluden a las hipótesis de todos los estudios previos.

Memoria (Fase de recuperación)

La memoria es otro proceso cognitivo estudiado en este ámbito. Se muestra una clara eficiencia en personas sinestésicas para recordar información asociada con colores, indicando mejores rendimientos a la hora de medir la memoria a largo plazo. Un nivel de análisis novedoso nos aporta los experimentos de Pfeifer et al. (2016) utilizando técnicas de fMRI (resonancia magnética funcional). Ellos exploraron estos procesos en un nivel funcional neuronal, llegando a la conclusión de que las personas sinestésicas y no sinestésicas utilizan de igual manera los procesos básicos de reconocimiento y recuperación de información. Esto evidenció en los mismos niveles de activación en estructuras meso encefálicas, pero lo que hace eficiente el desempeño de los sinéstetas es la manera en la que utilizan la información perceptiva, realizando mejores estrategias de manipulación de información visual. Esto se puede observar en la diferencia de activación en zonas visuales de la corteza occipital, teniendo en los grupos de sinéstetas menor magnitud de activación funcional que los grupos controles, indicando una mayor eficiencia de manipulación de esta información, manifestándose en un mejor desempeño de estrategias mnemotécnicas a nivel conductual.

Conclusiones

Para finalizar, se puede concluir que pueden existir ventajas probables en el aprendizaje de las personas sinéstetas en comparación con personas no sinéstetas. Sin embargo, existen limitaciones hasta el presente para determinar si estas diferencias son significativas.

Referencias Bibliográficas

Bankieris, K. R., y Aslin, R. N. (2016). Explicit Associative Learning and Memory in Synesthetes and Nonsynesthetes. I-Perception, 7(5), 204166951665848. https://doi.org/10.1177/2041669516658488
Deroy, O., y Spence, C. (2013). Are we all born synaesthetic? Examining the neonatal synaesthesia hypothesis. Neuroscience & Biobehavioral Reviews, 37(7), 1240-1253. https://doi.org/10.1016/j.neubiorev.2013.04.001
Jäncke, L. (2014a). The brain of synesthetes. Rendiconti Lincei, 25(3), 309-316. https://doi.org/10.1007/s12210-014-0323-z
Pfeifer, G., Ward, J., Chan, D., y Sigala, N. (2016). Representational Account of Memory: Insights from Aging and Synesthesia. Journal of Cognitive Neuroscience, 28(12), 1987-2002. https://doi.org/10.1162/jocn_a_01014
Shriki, O., Sadeh, Y., y Ward, J. (2016). The Emergence of Synaesthesia in a Neuronal Network Model via Changes in Perceptual Sensitivity and Plasticity. PLOS Computational Biology,12(7), e1004959. https://doi.org/10.1371/journal.pcbi.1004959
Ward, J. (2013a). Synesthesia. Annual Review of Psychology, 64(1), 49-75. https://doi.org/10.1146/annurev-psych-113011-143840
Ward, J., y Banissy, M. J. (2017). From mirror-touch synesthesia to models of vicarious experience: A reply to commentaries. Cognitive Neuroscience, 8(4), 224-227. https://doi.org/10.1080/17588928.2017.1332020
Watson, M. R., Akins, K. A., Spiker, C., Crawford, L., y Enns, J. T. (2014). Synesthesia and learning: a critical review and novel theory. Frontiers in Human Neuroscience, 8. https://doi.org/10.3389/fnhum.2014.00098
Watson, M. R., Chromý, J., Crawford, L., Eagleman, D. M., Enns, J. T., y Akins, K. A. (2017). The prevalence of synaesthesia depends on early language learning. Consciousness and Cognition, 48, 212-231. https://doi.org/10.1016/j.concog.2016.12.004
Yon, D., y Press, C. (2014). Back to the future: synaesthesia could be due to associative learning. Frontiers in Psychology,5. https://doi.org/10.3389/fpsyg.2014.00702

https://neuro-class.com/sinestesia-y-aprendizaje/?fbclid=IwAR0TWWTy3gdrvczuVoY742fIYv7LAXCWh4ubGZ7HtfSqF_wqB_qpvbsPHoQ

http://www.psicologosmontevideo.com/lic-psic-gonzalo-cosenza

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