Reducir los conflictos con la escucha activa

La escucha activa nos ayuda a ser más sociables.


La escucha activa es un modo de relacionarnos con los 
demás para interactuar de manera responsable y sana.
Se trata de prestar atención a lo que la otra persona dice y es muy útil para reducir los conflictos (laborales, personales), mejorar nuestra vida en pareja y desarrollar unas relaciones sociales sanas y saludables. Hay estudios, como el que ha dirigido el Dr. Zimmerman, de la Universidad de Colorado, que incluso afirman que la escucha activa ayuda a disminuir problemas emocionales asociados a trastornos como la depresión y la ansiedad, ya que frente al «yo» y al individualismo propio de la sociedad en la que vivimos se apuesta por el «nosotros», lo cual ayuda a establecer unos límites sociales saludables y una salud mental estable. Este especialista señala que mientras que el individualismo que conlleva usar constantemente el «yo» nos aísla, por cuanto nos diferencia como una entidad social distinta, emplear continuamente el «nosotros» hace que nos sintamos parte de la sociedad, nos hace partícipes de las relaciones con los demás. Y ello contribuye a reducir problemas como la depresión y la ansiedad.
La psicóloga italiana Simona Lauri lo tiene claro: la escucha activa reduce la tensión que se produce en una discusión y mejora el diálogo, lo que contribuye a tener una mejor relación con los demás.  Para ilustrarlo, pone un ejemplo muy claro: cuando discutimos, la mayoría de nosotros tendemos a interrumpir a la otra persona. En lugar de centrarnos en escuchar con atención lo que nos dice, nos ponemos a pensar en todo lo que queremos decirle para invalidar sus argumentos y afirmar nuestra postura. Por tanto, pensamos solo en nosotros, no en lo que necesita la otra persona. Con ello lo que conseguimos es incrementar aún más la tensión. Para reducir el conflicto, para que este disminuya de intensidad, es necesario que escuchemos lo que tiene que decir la otra parte y valoremos qué hay de verdad en lo que afirma.
Como vemos, el «nosotros» sigue siendo el elemento importante: dejar de pensar en lo que queremos decir y centrarnos en lo que dice el otro beneficia nuestras relaciones y, a la larga, también nuestra estabilidad emocional.
La escucha activa sirve para solventar problemas no solo de pareja; también laborales, familiares y personales. Aprender a escuchar con atención al otro es indispensable para disfrutar de una vida social plena y sana. De hecho, es un elemento básico en la comunicación, puesto que es necesario prestar atención a lo que dice la otra persona para plantear una negociación. Pero, además, mejora nuestra empatía, nos ayuda a comprender otros puntos de vista, a conocer las necesidades de los demás y a expresarnos con mayor seguridad.
¿Cómo escuchar de verdad?
La escucha activa no se trata solo de una expresión verbal, sino que también hay que trabajar la comunicación no verbal, es decir, los gestos, las miradas. Para conseguir comunicarnos con seguridad es necesario que aprendamos a cambiar algunos comportamientos.
  • Darle importancia a la otra persona. Para que la persona con la que discutimos se sienta escuchada es necesario que trabajemos la mirada y la respuesta de nuestro cuerpo. Para ello, los expertos aconsejan mirar a los ojos, asentir mientras la otra persona nos cuenta sus diferencias para hacerle saber que le estamos escuchando o repetir lo que acaba de decir, y mostrar un semblante atento y relajado. Es decir, hay que evitar interrumpir al que habla y poner cara de cansancio o de enfado cuando interactuemos.
  • Evita emitir juicios de valor y dar opiniones. No hay que cuestionar lo que la otra persona nos está contando, ni dar consejos como si lo que propusiéramos fuera la verdad suprema o la solución al problema. Para reducir el conflicto y llegar a un entendimiento es necesario que tratemos de comprender su problema sin criticar lo que nos dice.  
  • Respeta su tiempo y sus sentimientos. No hay que tratar de presionarla para que nos cuente algo que no quiere, ni hacerle ver que lo que nos dice es una nimiedad. Todo lo contrario: debemos mostrar empatía, comprender lo que siente y dejarle tiempo para que se exprese y lo asimile. 
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