La importancia de las expectativas en la psicoterapia
Las expectativas son importantes en la vida: pueden condicionar que interpretemos un evento como un éxito o como un fracaso, o que valoremos en mayor o menor medida a los que nos rodean.
Las expectativas, por supuesto, también juegan un rol destacado en la
psicoterapia, como ha demostrado la ya larga lista de estudios al respecto.
Tradicionalmente se ha considerado que existen dos clases principales. Por un
lado, las expectativas respecto a los resultados de la psicoterapia (¿será
efectiva? ¿hasta qué punto y cuándo?) y, por otro, las expectativas en torno al
proceso. Por ejemplo, respecto a las actitudes de los pacientes
(responsabilidad, franqueza o motivación), a las actitudes y características
del psicoterapeuta (aceptación, confrontación, autenticidad, empatía...), a los procesos terapéuticos
(catarsis, resolución de problemas, introspección o aumento de la capacidad de
autodefensa), a las características de dichos procesos (que sean activos,
pasivos, dolorosos, costosos, concretos...), o a la relación a entablar con el
psicoterapeuta (consejo, relación, aprovación o audiencia).
Sabemos que todas estas expectativas van evolucionando a lo largo de las
sesiones y que son un buen predictor respecto al resultado final del proceso.
Esta sorprendente capacidad predictiva suele atribuirse al relevante papel que
juega la satisfacción de las expectativas en la formación de la denominada
“alianza terapéutica”, que constituye un actor importante en el éxito de la
psicoterapia - aunque no es ni mucho menos el único factor implicado. Sin
embargo, los estudios demuestran que una parte sustancial de los pacientes
sostienen expectativas poco realistas respecto a la psicoterapia, algo que
puede relacionarse con el nivel de alfabetización respecto a la salud mental, a
la presencia de conceptos erróneos respecto a la psicología (muchos de ellos
analizados por Scott Lilienfeld en su libro “50 Grandes Mitos de la Psicología
Popular”), o incluso pueden deberse a cuestiones ideológicas relacionadas con
una actitud escéptica respecto a la psicología o, en general, hacia la ciencia.
Por ejemplo, los pacientes pueden esperar desarrollar una relación poco
realista con el psicólogo o pueden esperar recibir un determinado tratamiento
en base a una visión estereotipada de la psicoterapia. Esta falta de adecuación
en sus expectativas no sólo afecta de forma negativa a la alianza terapéutica:
puede causar también el abandono del tratamiento y el consecuente empeoramiento
o alargamiento de los síntomas.Existe una cuestión adicional que ha sido poco examinada por los investigadores. Sabemos que las expectativas guían las preferencias y que influyen en el abandono y en el nivel de compromiso con tratamiento, sin embargo, ¿hasta qué punto no condicionan también la elección misma del enfoque psicoterapéutico, independientemente de su idoneidad? O, lo que resulta aún más alarmante, ¿hasta qué punto no podrían condicionar también el abandono de la psicología en favor de prácticas sin aval evidencial y que, además, pueden acarrear efectos negativos bien documentados?
Además de satisfacer, en la medida de lo posible y necesario, las expectativas de sus pacientes, es también responsabilidad del psicoterapeuta que dichas expectativas resulten realistas y que se adecuen a la práctica profesional y a la ética de la psicología. Ello no sólo afectará a la correcta toma de decisiones durante el proceso, sino también al resultado final del mismo.
https://www.mundopsicologos.com/articulos/la-importancia-de-las-expectativas-en-la-psicoterapia
http://www.psicologosmontevideo.com/lic-psic-gonzalo-cosenza
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