La mentira de que la mala gestión de emociones es la causa del cáncer


La realidad es que la ciencia sí ha estudiado si existe relación entre un golpe emocional -lo que algunos denominan mala gestión de emociones, ya que si se gestionaran bien no provocarían dicho golpe- y la aparición de tumores malignos, pero siempre ha concluido igual, que este nexo es inexistente.
En 2004, Bert Garssen, investigador del Helen Dowling Institute Bert Garssen en Holanda, firmaba el estudio Factores psicológicos y desarrollo del cáncer: evidencia tras 30 años de investigación, publicado en la revista Clinical Psychology Review. “La cuestión de si los factores psicológicos afectan al desarrollo del cáncer ha intrigado tanto a investigadores como a pacientes”, se inicia el trabajo.
Pero, tras revisar 70 estudios que analizaban la cuestión concluye que “no hay suficiente evidencia de que ningún factor psicológico contribuya de forma irrefutable al desarrollo del cáncer”. Y afirma también el autor que “es dudoso” el papel de los acontecimientos vitales (en general), el estrés, los problemas psicológicos o un diagnóstico psiquiátrico, el espíritu luchador, la aceptación estoica o el fatalismo, el enfrentarse activamente a las cosas, los factores asociados a la personalidad y la capacidad de control en particular.
Doce años después, en 2016, la revista Psycho Oncology publicaba una nueva revisión, que abordaba específicamente si las personas depresivas eran más proclives a padecer cáncer. Nueve trabajos escrutados escrupulosamente para concluir lo mismo que el anterior metanálisis, que no hay relación.
Los metanálisis (estudios de varias investigaciones) demuestran que las emociones ni el estilo de personalidad, ni el estrés son causantes del cáncer. Entonces, ¿por qué las personas siguen creyendo lo contrario? La explicación más plausible es que estás creencias incrementan la sensación de control de las personas y creen que al evitar el estrés o haciendo una buena catársis podrán prevenir un cáncer de estómago o de colón por ejemplo. Este tipo de explicaciones han sido explotadas por todo tipo de patrañas y pseudociencias inescrupulosas — es contigo bioneuroemoción — que venden historias de éxito de supuestas personas que se curaron gracias a que aprendieron a gestionar bien sus emociones.
Ainhoa Ireberri escribe para la web:
Para los interesados, aquí les dejo las referencias a los estudios mencionados en el artículo:
  1. Garssen, B. (2004). Psychological factors and cancer development: Evidence after 30 years of research. Clinical Psychology Review, 24(3), 315-338. doi:10.1016/j.cpr.2004.01.002
  2. Ahn, H. K., Bae, J. H., Ahn, H. Y., and Hwang, I. C. (2016) Risk of cancer among patients with depressive disorder: a meta‐analysis and implications. Psycho‐Oncology, 25: 1393–1399. doi: 10.1002/pon.4084.

http://www.psicologosmontevideo.com/lic-psic-gonzalo-cosenza

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