Una perspectiva psicológica del amor


        

El tema del amor está inmerso en nuestra cultura y por consecuencia en nuestra psique, lo vemos en todas partes en películas, canciones, libros, revistas, videos y recientemente en conferencias y estudios científicos. Aún así las personas sufren para sostener una experiencia de amor real que les elude. Ann Swidler (2001) intenta entender como la cultura determina nuestras expectativas acerca del amor y como a la vez conseguimos en realidad otra cosa. El problema con esto es que las personas no viven sobre una cultura única, sino diversa, con múltiples perspectivas. Existe la paradoja de que por un lado la cultura sugiere que el amor es algo perfecto e instantáneo pero al mismo tiempo promueve una necesidad constante de mejorar las relaciones amorosas.
Intentamos entender el amor porque es algo profundamente inherente a nuestra naturaleza humana y se le ha descrito como una emoción, un instinto o un constructo, con el fin de iluminar las conceptualizaciones del mismo para beneficio de las personas en el difícil propósito de encontrar la felicidad.


En este ensayo echamos un vistazo a una teoría de la psicología, que ve el amor desde una perspectiva cultural.

Psicología cultural del amor

La psicología cultural es un enfoque teórico-metodológico para estudiar la psicología humana, que intenta demostrar que la cultura y la historia determinan los estados mentales y procesos psicológicos de las personas. El postulado del cual parte la psicología cultural consiste en afirmar que la psicología humana no corresponde sólo al fundamento fisiológico de las personas, de modo que el saber no está limitado al espacio interior cerebral, sino distribuido en un contexto socio-cultural (Sampson, 2010). Desde esta perspectiva se afirma que la evolución cultural ha sustituido a la evolución biológica y logrado así eludir las constricciones selectivas de orden orgánico (Ruffié, J., en Sampson, A. 2010).


Es ese sentido, podemos afirmar, que la cultura determina en parte importante la psicología de las personas.Desde la psicología cultural, la dimensión lingüística del ser humano ocupa un lugar central, no hay psicología sino de un ser hablante (Sampson, 2010).
Por otro lado, la teoría de la epigénesis, apoya los argumentos de la psicología cultural, pues afirma que el genoma humano interactúa con el medio físico en el transcurso de su desarrollo. Esta teoría ha contribuido para superar las concepciones dicotómicas del organismo y el medio, estableciendo que los factores individuales tienen que ver con procesos de autorregulación que dependen de su adaptación al medio físico, tanto como a las interacciones interindividuales.
la cultura determina en parte importante la psicología de las personas
En esas interacciones, el lenguaje es un factor determinante. Vigotsky señala que el ámbito histórico sociocultural humano genera sistemas complejos que regulan la conducta social (Carrera y Mazzarella, 2001). Esas interacciones y sistemas que llamamos cultura, influyen para la acción y la conducta de las personas, como dice Swidler (1986), no porque les proveen los valores que dan dirección, sino porque forman el repertorio de hábitos, habilidades y estilos con los que las personas construyen estrategias de acción.
En cierta forma, la cultura precede a la acción.
Así también, la cultura se forma con símbolos de significado, como creencias, rituales, arte y ceremonias, y prácticas como el lenguaje, el chisme y las historias. A estos ensamblajes se les llama Estrategias de Acción (Swidler, 1986). Estas incorporan y dependen de los hábitos, estados de ánimo, sensibilidades y puntos de vista (Geertz, 1973, en Swidler, 1986).
Según Swidler (1986), usamos la cultura para explicar por qué diferentes grupos se comportan de forma distinta en una situación similar, y también para asumir que la cultura explica cualquier continuidad en el modo de vida de ciertos grupos en particular.

Tipos de amor desde la perspectiva cultural

Swidler (2001) concibe el amor romántico como una mitología que data de finales del siglo XI en Europa, sobre la poesía del amor cortesano, de caballeros heroicos y doncellas nobles. Ese amor romántico difiere de otras concepciones de amor al valorar la pasión como algo noble, en lugar de algo peligroso como lo veía la iglesia cristiana o la cultura greco-romana antes de ellos.


Pero el siglo XVII cambió las cosas para esa noción de amor romántico, haciendo posible que esa pasión peligrosa floreciera en el noble arreglo del matrimonio (Swidler, 2001).
Esa cultura de amor romántico persiste hasta nuestros días, a pesar de que otra cultura más realista intenta desmitificarla con conceptos que muestran que el amor no es repentino (a primera vista) sino gradual; no hay un sólo amor, sino varios y diferentes; un amor en contra de todo tiene más posibilidades de fracasar que uno que se basa en aspectos prácticos que hacen a dos personas compatibles y con intereses en común, también tienen menos dificultades que enfrentar; y que el amor no necesariamente dura para siempre (Swidler, 2001).
Uno de los estados míticos del amor romántico es la estructura del matrimonio. Incluso las parejas que no se pueden casar legalmente como las homosexuales1, ven en el matrimonio el perfeccionamiento de esa perspectiva de amor aún incluso cuando domina la prevalencia del divorcio (Swidler, 2001).
Swidler (2001) identifica dos concepciones del amor en su estudio: el amor romántico y el amor prosaico. El primero es mítico y el segundo realista.
Es evidente como ambas concepciones de amor son contradictorias, pero se les puede encontrar entrelazadas en el discurso de las parejas en nuestra sociedad. ¿Quién no ha escuchado declaraciones como “fue amor a primera vista” (romántico) y “vamos a estar bien porque somos compatibles” (prosaico)?
El amor romántico, de acuerdo con Balstrup (2012), “se ha convertido en la ‘religión no declarada’ de occidente”. Aún así, el amor romántico, como estado emocional, ha sido tópico importante de investigación filosófica, religiosa y psicológica.
En esas investigaciones, los académicos se refieren a alguna categoría de amor como ágape, eros o fraterno, pero la forma contemporánea de amor que sea ha idealizado en aumento puede ser definida más precisamente como amor romántico, un constructo cultural cuya historia la podemos remontar a la Europa del siglo XII, cuando la poesía de los trovadores empezó a expresar un amor noble y divino entre hombre y mujer, opuesto a lo práctico de los matrimonios arreglados. Esta clase de amor, a veces adúltero y no consumado, se basa en sentimientos apasionados hacia otra persona, idealizándola e involucrando una actitud auto-sacrificada de devoción hacia ella (Balstrup, 2012).
Balstrup (2012) concluye que el amor romántico es el dios de la cultura occidental moderna. No es difícil estar de acuerdo con esa declaración ya que en la actualidad, las personas depositan en el amor romántico expectativas altas de autorealización y trascendencia, al creer que encontrar el amor implica completarse y quedar unidos incluso después de la muerte.
El amor romántico tiene su origen en la cultura que lleva su nombre y se originó en el siglo XII. Desde entonces el amor romántico ha ido evolucionando principalmente en el occidente, gracias a su atractivo místico, y ha permeado profundamente las relaciones de pareja y la forma como las personas concebimos el amor. El amor romántico por otro lado es ginocéntrico y pone a la mujer en el centro de la atención, mientras que al hombre lo coloca en la posición de salvador, conquistador y protector que debe ganarse el afecto y aprobación de la mujer.

Las metáforas del amor

En lo cultural, el lenguaje y el amor, como otras emociones, siempre están ligados. Manifestándose como modelos, repertorios, metáforas o relatos. Hay una determinación lingüística del amor. La cultura se transmite a través de formas lingüísticas que guían el pensamiento y la acción (Rodríguez, 2012).
Una metáfora recurrente del amor, lo presenta como un viaje en el que los amantes son viajeros con metas de vida comprendidas como destinos que pueden ser alcanzados. La relación de pareja es el vehículo que los transporta. El viaje no es fácil pues tiene impedimentos y caminos que se decide tomar (Lakoff, 1993, en Rodríguez, 2012).
La gente se está casando a mayor edad que como era usual; la edad media es ahora de 28 años para los hombres y 26 para las mujeres, comparado con 23 y 20 respectivamente en 1960.
Otra metáfora del amor que se identifica en la lingüística, es la de que el amor es un negocio de dos, describiendo a los amantes como socios que establecen un contrato que puede ser matrimonial. En él, se establecen las responsabilidades y beneficios que cada uno tiene en la relación (Rodríguez, 2012).
Kövecses (1991, en Rodríguez, 2012) ha identificado en la lengua inglesa metáforas del amor en las que se presenta a este como un fuego, una unidad, una fuerza, un juego de azar o una locura, describiendo con ellas las distintas facetas del amor.

Impacto del amor romántico sobre la salud psicológica

“En los Estados Unidos, el matrimonio ha sido históricamente una importante y estimada institución social. Pero hoy en día, casi la mitad de los matrimonios terminan en divorcio. La gente se está casando a mayor edad que como era usual; la edad media es ahora de 28 años para los hombres y 26 para las mujeres, comparado con 23 y 20 respectivamente en 1960. La proporción de adultos que nunca se casan va en aumento: 19% de hombres y 13% de mujeres entre los 40 y 44 años de edad nunca se han casado. Alrededor de un tercio de los nacimientos son de parejas no casadas y el cohabitar sin casarse, que antes era estigmatizado, ahora es una etapa normal en el curso de la vida adulta.” (Hull et al, 2010).
Aunque algunos autores han enfatizado los beneficios de adoptar una inclinación de amor prosaico para formar sus vínculos de pareja, el amor romántico sigue arraigado en nuestra naturaleza, producto tal vez del refuerzo comercial del que ha sido objeto. Esto ha producido una serie de problemas de identidad y de conducta de las personas. La frustración de ver un sueño truncado porque no es lo que se esperaba (el amor romántico es iluso) es causa de diversos conflictos de carácter psicológico.
El amor romántico ha tenido un impacto devastador en la habilidad de la gente común para llevar vidas emocionales exitosas
Según contenido publicado por The School of Life (2016), el amor romántico ha tenido un impacto devastador en la habilidad de la gente común para llevar vidas emocionales exitosas. Algunos de sus efectos que persisten en nuestra cultura son ideas de:
  1. Que el amor verdadero es el final de la soledad
  2. Que nuestra pareja nos debe entender sin necesidad de hablar
  3. Que la elección de una pareja debe hacerse guiados por sentimientos y
  4. Que el amor verdadero es aceptar todo lo de la otra persona.
También, el romanticismo elevó a nivel sublime el matrimonio y lo unió con la pasión y el sexo, que se convirtieron en el indicador de salud de una relación.

Desarrollo psicoterapéutico ante problemas amorosos

Bellah y Col (1989) ven la terapia de pareja como un fenómeno cultural más que como una técnica clínica, más como una manera de pensar que como una vía para curar los trastornos psíquicos. Describen también la terapia como un proceso de autoclarificación que interpreta el compromiso en términos de elección personal y de acuerdo interpersonal. Lo “interpersonal parece ser la clave de muchos aspectos de la vida” (Bellah y Col., 1989).
De acuerdo con Bellah y Col (1989), conocerse a uno mismo permite a los individuos relacionarse eficazmente con otras personas. Tienes que saber qué piensas, conocer tus valores y la relación que tienen con tus sentimientos, aunque no sean coherentes. Luego analizar cuál es tu orden de prioridades y generar muchas posibles alternativas, a diferencia de una actitud de todo o nada. La terapia debe ayudarte así a elegir la alternativa más constructiva para ti en ese momento.
Basándose en el interés interpersonal, los terapeutas culturales defienden el amor y la intimidad a favor de buscar la autorealización a través de terapias cuyo individualismo se apoya en ideas ingenuas de autosuficiencia. Por el contrario, estos terapeutas, con mayor orientación hacia la comunidad, exigen redes de apoyo, familia, amigos y comunidad, necesarios para establecer y sostener sentimientos de pertenencia que hoy en día hacen tanta falta (Bellah y Col., 1989).
“Reconocer el amplio potencial del matrimonio no depende de tu habilidad para atraer a la pareja perfecta, sino de tu disposición para entender las partes escondidas de tu ser” (Hendrix, 1988).
Bellah y Col (1989) ven la terapia de pareja como un fenómeno cultural más que como una técnica clínica, más como una manera de pensar que como una vía para curar los trastornos psíquicos.
Hendrix (1988) escribió su libro siendo terapeuta de parejas, habiendo fracasado como tal años antes, intentando un enfoque contractual en su práctica.
Fue a raíz de su fuerte compromiso por ayudar a las parejas a formar uniones exitosas, su experiencia y estudios en la materia, que desarrolló la ´Terapia Imago de Parejas´. Su enfoque integra varias perspectivas de la psicología y las ciencias de la conducta. Podríamos decir que es una terapia cultural, en el sentido en que reúne las formas distintas de percibir la vivencia humana actual de occidente, dando prioridad a resolver los conflictos de pareja en un contexto práctico y contemporáneo. Su enfoque terapéutico es tendiente en gran parte a la teoría cognitiva.
Hendrix (1988) profundiza considerablemente en el aspecto de la atracción entre las parejas, concluyendo que el camino al fracaso de la unión, es la atracción, luego el amor romántico y finalmente la lucha de poder. Es esta triada la que se debe comprender para formar parejas más exitosas, pero está tan arraigada en nuestra cultura que resulta útil, al parecer, sólo para entender la naturaleza de los conflictos y buscar su causa en el yo personal, más que en la pareja como unidad, haciéndose presente cada uno de sus conflictos internos personales y resolviéndolos, para presentarse mutuamente el uno al otro en la pareja, como una mejor persona dispuesta a aportar valor a la unión.

Conclusiones

El amor es un aspecto sumamente complejo de las interacciones humanas. Sin embargo es un elemento importante del desarrollo de las personas y les afecta profundamente en sus estados de ánimo, sus prospectos de vida y en general, su realización personal.
Y es esto último en lo que podemos enfocar nuestra atención a través de las posturas teóricas expresadas en este ensayo, la realización individual, definida comúnmente también como felicidad o plenitud.
El amor en pareja, como vimos, es una consecuencia de las motivaciones o tendencias personales. Todas las posturas concluyen en algún punto que el amor debe comprenderse a nivel individual. Tal es el caso de Hendrix (1988), quien decidió una aproximación personalizada en su método de terapia, a los problemas de pareja.
El mensaje es: conócete a ti mismo, se mejor persona y júntate con otro individuo igual de consciente para formar una pareja funcional que pueda enfrentar la vida de forma productiva y lograr propósitos significativos.
Para lo anterior, las distintas visiones teóricas sirven como fundamentos para terapia eficaz personal o de pareja. No es una en particular la que tendrá el éxito necesario, sino una aproximación integrativa que pueda actuar de forma integral en las personas de modo que resuelva su problemática para establecerlos como individuos que puedan formar uniones de amor.
Lo anterior es en cierto modo una motivación a lograr un nivel de humanidad más elevado. Alejándonos de las determinaciones biológicas y las concepciones románticas para converger en un estado más evolucionado como personas.


Referencias bibliográficas
Bellah, R., Madsen, R., Sullivan, W.M., Swidler, A. y Tepton, S.M. (1989). Hábitos del corazón. Editorial Alianza.Balstrup, S. (2012). To believe in love, the religious significance of the romantic love myth in western modernity. (Tesis inédita de licenciatura). Universidad de Sydney. Australia.
Carrera, B. y Mazzarella, C. (2001). Vigotsky: enfoque sociocultural. Educere, vol. 5, núm. 13. Universidad de los Andes. Venezuela. Recuperado de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=35601309
Hendrix, H. (1988). Getting the Love You Want, A Guide for Couples. Henry Holt and Company. New York.
Hull, K., Meier, A. y Ortyl, T. (2010). The changing lanscape of love and marriage. Revista Context, de la Asociación Sociológica de América. Recuperado de https://contexts.org/
Rodríguez, T. (2012) El amor en las ciencias sociales: cuatro visiones teóricas. Revista Culturales, Vol. VIII, Num. 15. Universidad de Guadalajara.
Sampson, A. (2010). ¿Qué es la Psicología Cultural? Psicología Cultural. Universidad del Valle. Colombia. Recuperado de: http://psicologiacultural.org/Pdfs/Materiales/Que%20es%20la%20Psicologia%20Cultural.pdf
Swidler, A. (1986). Culture in Action: Symbols and Strategies. American Sociological Review. Vol. 51, No. 2. Recuperdo de: http://links.jstor.org/sici?sici=0003-1224%28198604%2951%3A2%3C273%3ACIASAS%3E2.0.CO%3B2-B
Swidler, A. (2001). Talk of love: how culture matters. University of Chicago Press. Chicago
The school of life (2016). How Romanticism Ruined Love. Recuperado de: https://www.youtube.com/channel/UC7IcJI8PUf5Z3zKxnZvTBog
  1. En países donde todavía no es legal.
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FUENTE: https://www.psyciencia.com/psicologia-amor-perspectiva/?utm_source=Suscriptores+Psyciencia&utm_campaign=5f8b3e87f2-Resumen+Semanal+Psyciencia+2&utm_medium=email&utm_term=0_1aaa9dbe90-5f8b3e87f2-174791773
http://www.psicologosmontevideo.com/lic-psic-gonzalo-cosenza

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