Fundamentación de la Terapia Centrada en Soluciones en postulados de Guillermo de Ockham
Introducción
La obra de Guillermo de Ockham (1285-1347) se caracteriza por un profundo desarrollo de la filosofía del lenguaje, que conduce a la crítica y reformulación de la ontología y la epistemología imperantes (Melina, 2012). Dadas ciertas similitudes entre la terapia centrada en soluciones podemos identificar coincidencias epistemológicas y metodológicas con los principios propuestos por Ockham especialmente aquellos relacionados con la conceptualización de los particulares sobre los universales, el uso del lenguaje como forma de construcción de la realidad, la importancia de la simplificación de los conceptos y la relevancia de la experiencia concreta.
Desarrollo
Guillermo de Ockham busca la simplificación a través de lo que se conoce como la “navaja de Ockham”, consistente en no multiplicar los entes más allá de lo necesario. Ockham dice que sólo es demostrable aquello que se puede reducir a alguna proposición evidente y que además se pueda probar por la experiencia (Beuchot, 2013).
La terapia centrada en soluciones (TCS) retoma dicho supuesto; De Shazer (1995), uno de sus principales teóricos, postula la idea de que sólo se necesita un cambio pequeño, y de que por lo tanto sólo es necesaria una meta pequeña y razonable, lo que facilita el desarrollo de una relación cooperativa entre terapeuta y cliente; además de que un pequeño cambio en la conducta puede generar diferencias profundas y de largo alcance en la conducta de todas las personas involucradas.
Para Ockham los conceptos son signos o términos mentales, los universales son hechos por la mente, pero no les corresponde nada fuera de ella, en la realidad, son representaciones más debilitadas que los conceptos particulares (Beuchot, 2013).
Los universales existen en nuestra mente, y los usamos, pero están vacíos, no encierran ninguna esencia, son prácticos. Pero la mera semejanza no da ninguna esencia, la existencia del universal consiste sólo en un acto del entendimiento; no hay realidad que corresponda al universal como tal (Domínguez, 2004).
Ockham (como se citó en Beuchot, 2013) desarrolla una ontología del singular, éste no tiene esencia, porque eso sería tener algo universal en él. Y ya que, el individuo no tiene esencia, el problema de la distinción entre esencia y existencia es falso. Sólo se da el individuo como tal; en todo caso, la esencia de una cosa es la misma cosa individual, y no tiene nada en común con las esencias de las otras cosas .
Otro de los supuestos de la terapia centrada en soluciones refiere a que cada cliente es único, esta proposición se relaciona con la teoría de que los sistemas vivientes (los clientes) están determinados por su estructura (Lipchik, 2002).
Lo que permite resistir la tentación natural del terapeuta de creerse conocedor de la solución para el problema de un cliente determinado porque se trata de una solución que funcionó en un caso similar. Así como cada cliente es único, también lo es cada relación.
Así mismo, Ockham se dedicó a estudiar las propiedades de los términos, estos tenían por sí mismos la propiedad de la significación (o sentido), y dentro del enunciado, tenían suposición (o referencia). La suposición podría ser material (metalingüística o referida a las palabras) y formal (referida a las cosas) (Beuchot, 2013).
La terapia centrada en soluciones (TCS) plantea que para buscar la intervención adecuada es necesario comprender la significación que el individuo otorga a través del lenguaje utilizado; facilitando así la creación de una intervención isomórfica; esto facilita el trabajo terapéutico ya que el lenguaje se considera parte de la estructura individual de la persona, pero también una acción mutuamente dependiente por medio de las interacciones lingüísticas (Lipchik, 2002), es decir, el lenguaje es un acto de adaptación mutua sobre el significado entre el individuo y los grupos sociales.
Ockham es consciente de que las palabras también pueden cambiar su significado según el deseo de aquel que las utiliza. De este modo, la imposición originaria no determina irrevocablemente una significación específica para una palabra porque la misma puede cambiar en diferentes contextos (Melina, 2012).
En la TCS no se pretende que el lenguaje consista tan sólo en las palabras pronunciadas por las personas, ni siquiera la descripción amplia del lenguaje logra servir de guía a los terapeutas cuando se trata de usarlo para ayudar a los clientes a hallar soluciones a las quejas que involucran conductas generadas por la visión del mundo que tiene el cliente y que es expresada a través de todas las formas del lenguaje (de Shazer, 1995).
Los trabajos de Ockham también enfatizan no sólo la naturaleza de los elementos que entran en relación, bajo el nombre de conceptos, palabras y cosas sino que cuestionan las características mismas de su interrelación (Melina, 2012).
Para Lipchik (2002) los seres humanos son únicos en lo concerniente a su herencia genética y su desarrollo social. Su capacidad de cambiar está determinada por estos factores y por sus interacciones con los demás.
Los problemas son situaciones de la vida actual experimentados como insatisfacción emocional con uno mismo y en relación con los otros. El cambio se produce por medio del lenguaje cuando el reconocimiento de las excepciones y de los puntos fuertes existentes y potenciales da origen a nuevas acciones.
El conocimiento de algo no nos da sin más el conocimiento de su causa: la intuición de una cosa no es la intuición de otra. Pero, dada la realidad empírica es posible descubrir nexos causales. Podemos predecir que los nexos causales detectados en el pasado se darán en el futuro aunque no tenemos la seguridad absoluta de ello (Manzano, 2001).
Según de Shazer (1995) los clientes que generalmente se sienten atrapados en una queja tienen una noción de certeza respecto a la misma viéndola como perturbadora, fija e inflexible por lo que no pueden expresar con claridad sus pensamientos ni describir el problema, pero se encuentran seguros de sus propios encuadres, definiciones y significados; por lo que para la búsqueda de la solución será necesario adoptar dicha ausencia de seguridad absoluta y dirigirse hacia cualquier conducta realmente diferente alterando dichos nexos causales.
Conclusión
Se observa una fuerte influencia de Guillermo de Ockham en los principios generales en la Terapia centrada en soluciones (TCS) especialmente en aquellos puntos en los que se presta una mayor relevancia a los aspectos particulares del individuo sobre aquellas nociones universales o generales del mismo, especialmente en la forma de abordar una queja o problemática y la consiguiente búsqueda y ejecución de la solución más eficiente y práctica.
Destacan otros aspectos como lo es la importancia del lenguaje dadas las diversas connotaciones que puede adquirir y que dependerán de la significación que le brinde el individuo y los juegos de interrelación en los que se ve inmerso.
La relación entre los planteamientos de Guillermo de Ockham y la terapia centrada en soluciones permiten identificar planteamientos novedosos y útiles en el trabajo en busca de soluciones así como marcar una clara diferenciación con otras nociones epistemológicas y metodológicas por lo que dicha distinción le brinda originalidad y aplicabilidad a diversas problemáticas presentadas en el marco de la psicoterapia.
Referencias
- Beuchot, M. (2013). Historia de la filosofía medieval. Ciudad de México, México: Fondo de cultura económica.
- De Shazer, S. (1995). Claves para la solución en terapia breve. Barcelona, España: Paidós.
- Domínguez, F. (2004). Naturaleza y libertad en Guillermo de Ockham. Excerpta E Dissertationibus In Philosophia, (14), 181-249.
- Lipchik, E. (2002) Terapia centrada en la solución: Más allá de la técnica. Buenos Aires, Madrid: Amorrortu.
- Manzano, J. (2001). La navaja de Guillermo. Xipe Totek, 10(3), 270-287.
- Melina, N. (2012). Conceptos, palabras y cosas en Guillermo de Ockham y Juan Buridan. Córdoba, Argentina: Brujas.
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