"Deporte ¿De recreación o de competición?"

Riesgos de la educación deportiva en categorías de iniciación.


A menudo oímos hablar de que el deporte es la mejor herramienta para el fortalecimiento y el desarrollo personal, para que los niños/as crezcan fuertes y sanos. Pero los que luchamos por conseguir esto, debemos preguntarnos: Qué es deporte, actividad física, ejercicio físico? Rendimiento o recreación? Competitivo o no competitivo? Diversidad o especialización?
Antes de nada, debemos contextualizar la práctica deportiva diferenciando entre deporte escolar, deporte de recreación, y deporte de competición:
El escolar se da dentro del horario escolar como una actividad obligatoria del centro educativo y su objetivo fundamental es educativo, del desarrollo personal y armónico potenciando los valores del individuo.
El de recreación, se puede dar dentro o fuera de un centro escolar, pero como una actividad en horario extraescolar, a menudo se da en las escuelas deportivas de los ayuntamientos de nuestro entorno. Su objetivo se centra en el aprendizaje de habilidades físico-deportivas y es practicado por placer, sin ninguna intención de competir ni superar adversarios.
El deporte de competición, se da lugar en los clubes de los diferentes deportes, donde se forma parte de la dinámica habitual de entrenamiento y de un equipo que compite periódicamente. Es practicado por aquellos/as con la intención de vencer a un adversario o superarse a uno mismo.
El niño/a, pasa de uno a otro llegando a practicar múltiples deportes y pasando por diferentes etapas evolutivas y madurativas, hasta llegar al deporte de competición donde se determina la preferencia por uno o varios deportes. De esta forma, durante estas etapas, normalmente se llega a practicar una actividad físico- deportiva entre 6 y 9 horas a la semana.
RIESGOS:
A pesar de que el deporte tenga infinidad de aspectos positivos y de beneficios, es inevitable que existan ciertos componentes que condicionan el correcto desarrollo del niño/a y de su práctica deportiva. Algunos de estos pueden ser:
La presión sobre los jóvenes talentos para conseguir la excelencia
La orientación sobre los niños/as a las metas, logros y objetivos
La falta de iniciativa personal y toma de decisiones en el juego
El posible aumento de la violencia en el contexto competitivo
El uso abusivo del elemento “competición”, podría convertir el juego en trabajo, y trasponer la pirámide necesidades priorizando otros aspectos que no son coherentes en estas edades. Al mismo tiempo, deja de tener valor el componente de recreación, ocio y diversión, y adquiere mayor importancia el factor de competencia individual, de autoexigencia, autosuperación, que poco a poco podría amedrentarse y convertirse en algo excesivo si no se controla adecuadamente, lo que daría lugar a la aparición de frustración por la dificultad en conseguir objetivos y la pérdida de motivación y gusto por entrenar.
COMPETICIÓN EDUCATIVA
La competición deportiva no tiene sólo el objetivo de “ganar” o de “crear campeones”, si no que nosotros los/as entrenadores, y también los padres/madres, tenemos la responsabilidad de orientar y guiar a los niños/as a través de un correcto método de trabajo basado en el aprendizaje, establecer los objetivos de forma adecuada, formar en valores básicos de fair-play cómo el compañerismo, trabajo en equipo, juego limpio, y otros no menos importantes como la superación, la perseverancia, la disciplina, teniendo como elemento fundamental que es más importante los logros obtenidos a través del esfuerzo, del proceso, del rendimiento, y darle menor valor al resultado final, fomentando el ser menos “resultadista”. Debemos tener en cuenta que:
El entrenamiento es el medio para conseguir el fin, y que el fin no debe orientarse al resultado, si no al proceso.
El entrenamiento debe estar orientado al objetivo de aprendizaje, de convivencia y de perfeccionamiento de las habilidades físico-deportivas. La valoración del esfuerzo es el camino adecuado hacia la búsqueda de la excelencia. El correcto desarrollo y funcionamiento a través del método de enseñanza-aprendizaje, y la labor de los distintos agentes deportivos y educativos, desde centros escolares, escuelas deportivas, clubes e instituciones deportivas, favorecerá que el niño/a se desarrolle adecuadamente al pasar por las distintas etapas, fases y contextos, previniendo un posible “burnout” (agotamiento o retirada deportiva). No debemos olvidarnos que tanto entrenadores, monitores, profesores, nuestra primera labor es educar, pues somos el futuro de estas generaciones.                
Equipo: UPCD-Libredón
 

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