#FF: El Factor Felicidad


La Felicidad en los últimos tiempos se ha vuelto un tema de gran interés y controversia. Mientras que algunas personas insisten en que es algo inalcanzable, y acusan a la ciencia de la felicidad de una estafa, cientos de estudios se realizan hoy en las principales universidades del mundo sobre el tema.
Y es que la Felicidad puede ser fácil o difícil de alcanzar, según el ángulo del cual se le observe. Dolores Avia y Carmelo Vázquez, investigadores señalan que
La felicidad tiene mala prensa... reconocer la propia felicidad es motivo de sospecha, muestra de una intolerable simpleza, propia de necios...
Por el contrario, dicen, citando a Bertrand Russell, sentirse infeliz o desgraciado pareciera motivo de orgullo
Los hombres desgraciados, como los que duermen mal, se muestran siempre orgullosos de ello... Están orgullosos de su desgracia, que atribuyen a la naturaleza del universo y consideran que su actitud es la única para un hombre culto
Pero es realmente la Felicidad contraria a la Inteligencia? No. En un artículo reciente, Daniel Goleman se refiere precisamente a la importancia del optimismo, un elemento asociado con frecuencia a la felicidad, como una de las doce competencias claves dentro de su modelo de Inteligencia Emocional.
Refiriéndose al extenso trabajo de Martin Seligman al respecto, Goleman señala que las personas inteligentes, lejos de culparse de sus fracasos y autocondenarse (pensar que la mala suerte los persigue y los atormentará siempre) los ven como circunstancias o situaciones temporales y consideran que ELLOS tienen la capacidad para cambiarlas. Son RESILIENTES frente a la adversidad.
Otro estudio, dice Goleman, muestra que una visión positiva conduce a emociones positivas, lo cual a su vez tiene una consecuencia inevitable en los negocios, pues conduce a un mejor desempeño, lealtad, motivación y servicio al cliente.
Los líderes más exitosos en los negocios, señala, tienen una Visión Positiva Realista, es decir, que reconocen las dificultades y advierten los riesgos, sin caer en una visión pesimista, lo cual los llevaría a no asumir riesgo alguno.
Tener esta visión optimista/positiva es clave en cualquier profesión - por ejemplo, los psicólogos somos optimistas y apostamos a la capacidad de cambio de la persona, ya que de no hacerlo, nuestra intervención no tendría ningún sentido-.
Pero de dónde surge y cómo podemos potenciar este optimismo o visión positiva, la cual como dijimos es un elemento importante para nuestra felicidad, que a su vez resulta un factor clave para el éxito en los negocios y la vida personal?
Un estudio hecho por la Universidad de Harvard, arroja las siguientes conclusiones:
Una infancia feliz tiene efectos a largo plazo
Tener unos padres afectuosos y cálidos parece ser un buen predictor de qué tan afectuosos y cálidos seremos en nuestra vida adulta así como nuestra seguridad para establecer relaciones cercanas, incluso en la adultez; asimismo, parece predecir nuestro grado de salud física en la tercera edad. Sorprendente no? Pero no solo los padres: tener una relación cercana con un hermano (a) reduce la probabilidad de caer en depresión alrededor de los 50 años.


Aún si no se tuvo una infancia feliz, es posible realizar ajustes
Boris Cyrulnik, autor de Los Patitos Feos decía que una infancia infeliz no determina el destino de nadie pero de acuerdo al estudio de Harvard, crecer en situaciones adversas como una familia caótica o pobreza puede tener efectos sobre nuestra felicidad. No obstante, si alrededor de los 50 años las personas desarrollan algo que el psicólogo Erik Erikson llamó "generatividad" que tiene que ver con el interés de establecer y guiar a la siguiente generación, hay una probabilidad mayor de ser felices que aquellos que no lo hacen. Esto no tiene que ver necesariamente con tener hijos, sino que es una tendencia que pueden desarrollar quienes adoptan el rol de mentores.
Aprender a manejar el estrés tiene una recompensa en el largo plazo
En este estudio se establece la diferencia entre las estrategias adaptativas y desadaptativas para manejar el estrés. Las primeras, señala, tendrían mayores beneficios a largo plazo que las segundas. Dentro de las estrategias adaptativas estarían la sublimación, por ejemplo, haber sido maltratado injustamente por un empleador y reorientar esa experiencia hacia una iniciativa para proteger los derechos de los trabajadores; el altruismo - ayudar a otros que están en la misma situación - y la supresión - sacar de nuestra mente algo hasta que estemos en condiciones de afrontarlo.
Por otro lado, dentro de las estrategias desadaptativas estarían la negación, la proyección -proyectar en otros nuestros errores o limitaciones o la actuación - actuar nuestros impulsos en lugar de tomar conciencia de ellos.
Las estrategias adaptativas, señala el estudio, nos ayudan a construir mejores relaciones, gozar de mejor salud en la vejez y a mantener nuestro cerebro en mejor forma.


*En la foto arriba, Matthieu Ricard, el hombre más feliz del mundo, de acuerdo a escáneres cerebrales
Pasar tiempo con otros nos protege de los altibajos de la vida
La cantidad y calidad de amigos parece tener efecto sobre nuestro bienestar a largo plazo: pasar tiempo con otros, de manera regular, parece hacernos más felices, así como el tiempo que pasamos con la pareja, parece ayudarnos a lidiar mejor con el dolor y la enfermedad.

Qué otras cosas elevan nuestra visión positiva y nuestro sentido de felicidad? Aquí algunas de ellas:
  • Dejar de compararnos con otras personas. Lo que puede traer felicidad para unos, no lo hará para otros
  • Hacer ejercicio y alimentarnos adecuadamente. La falta de actividad física y malos hábitos alimenticios pueden tener un efecto importante en nuestro estado de ánimo: el autocuidado, eleva nuestra satisfacción con nosotros mismos y contribuye a elevar nuestra felicidad, además también de contribuir al buen funcionamiento cerebral.
  • Concentrarnos en el PRESENTE. Como dijimos arriba, una infancia infeliz puede tener efectos a largo plazo, pero si la persona emplea sus recursos en hacer algo por los demás (y por ella misma) enfocándose no en lo que pasó sino lo que puede pasar, su visión de sí mismo mejora significativamente.
  • Concentrarnos en nuestras fortalezas, y no en nuestras debilidades. Mirar solo lo que nos falta o en lo que no somos "buenos" afecta nuestra autoestima y visión de nosotros mismos. Tener una visión realista, justa, de nuestras áreas de oportunidad pero más aún, de nuestras fortalezas, elevará nuestra confianza, satisfacción con nosotros mismos y la vida en general.
  • Hacer lo que nos gusta. Estar "a disgusto" en un trabajo, en una relación o en una cualquier circunstancia acarrea sentimientos de frustración y amargura. Si bien debemos aprender a ser tolerantes en las situaciones difíciles, encontrar lo que nos gusta, y hacerlo, es un elemento esencial para alcanzar la felicidad.
  • Proponernos ser felices a pesar de los problemas. Lo cual no quiere decir que neguemos otro tipo de emociones como el enojo o la tristeza, pero si que nos enfoquemos y cultivemos las emociones positivas. Ser resiliente, implica ser capaz de enfrentar la adversidad, algo que difícilmente las personas infelices pueden lograr.
  • Recibir ayuda profesional. Como siempre menciono, ir al psicólogo no es signo de locura, sino de inteligencia, de querer estar y sentirnos mejor, y sentirnos mejor con nosotros mismos y con la vida en general, es a fin de cuentas, la esencia de la felicidad.
 Por Claudia Juarez

FUENTE: https://www.linkedin.com/pulse/ff-el-factor-felicidad-claudia-juarez-lcp-msc
http://www.psicologosmontevideo.com/lic-psic-gonzalo-cosenza

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