Cinco alimentos para tu autoestima
La autoestima se forma a partir de los
estímulos que recibimos principalmente en nuestra infancia. La necesidad
de ser vistos, reconocidos y validados por parte de nuestros padres, no
puede ser cubierta cuando queremos ni de la manera que necesitamos.
Otras veces, nuestros padres no son
modelos en los que inspirarnos por tener una autoestima baja. Aunque en
la infancia no nos hayan dado la suficiente valoración, autonomía o unos
buenos modelos a seguir, de adultos es necesario recuperar la responsabilidad de validarnos y reconocernos a nosotros mismos en vez de continuar en la actitud infantil de buscar la aprobación en los demás.
La auténtica autoestima va más allá de verme bien en el aspecto externo, darme caprichos o realizar actividades placenteras.
Tiene que ver con conocerme bien, saber qué necesito y qué no, qué me
sienta bien y qué me daña, y sobre todo, contactar con mis verdaderas
necesidades y atenderlas.
A continuación encontrarás una pequeña
introducción a algunas de las actitudes que más dañan la relación que
tienes contigo mismo:
Baja el nivel de auto-exigencia
- Aprende a reconocer al personaje exigente dentro de ti. Empieza a hacerle menos caso y a ser más tolerante contigo mismo.
Cuando tenemos una imagen de cómo deberíamos ser (para cumplir con lo que creemos que se espera de nosotros, por ejemplo) estamos creando un “yo” ideal, un personaje tan perfecto como irreal con el que compararnos constantemente (y siempre salir perdiendo, claro!).
Cuanta más expectativa tengamos en ser o
hacer algo de una determinada manera, mayor será la frustración al
ver que no podemos cumplir con esa meta inalcanzable.
Esa exigencia se convierte en una voz interna que nos juzga y nos critica sin piedad. Con un discurso lleno de “tendrías que” y de “deberías”, no permite que nos aceptemos tal y como somos, produciendo una sensación permanente de imperfección, de no ser o hacer suficiente.
Tener una actitud más amorosa y
respetuosa con nosotros mismos, e ir desmontando ese personaje
idealizado, hará que conectemos más con nuestro yo verdadero y fomentará
nuestra autoestima a nivel profundo.
Conócete mejor
- Sé curioso, cuestiónate, investígate, haz alguna actividad que ayude a aumentar tu autoconocimiento.
Aunque tengamos la sensación de que nos
conocemos bien, en realidad sólo somos capaces de darnos cuenta
de algunas cosas de nosotros mismos, por lo que normalmente acabamos
definiéndonos con etiquetas que nos han ido poniendo los demás.
Como si fuera un iceberg, lo que
conocemos sólo es una pequeña parte que queda al descubierto y bajo la
que se esconden un sinfín de creencias, motivaciones, emociones y patrones totalmente ocultos que nos hacen actuar de forma poco sana y sin que nos demos cuenta.
Junto a todo este contenido más negativo también se encuentran muchas otras virtudes y valiosos recursos aún por descubrir.
Si no me conozco demasiado, difícilmente sabré qué necesito, siento, pienso y deseo de verdad, por lo que no podré atender a estas necesidades ni tampoco tendré la oportunidad de descubrir o desarrollar cualidades nuevas.
Trabaja la culpa
- Suelta el pasado, perdónate a ti mismo.
La culpa puede llegar a ser una carga muy pesada que justifique el comportarse de forma poco amable con unomismo. Culparnos por algo nos encadena permanentemente al pasado y nos hace caer en la nociva trampa de juzgarnos por comportamientos del ayer.
Es muy importante ver que las
circunstancias, sentimientos y motivaciones que teníamos en ese
momento son distintas de las de hoy, por lo que cualquier juicio sólo va
a provocar sufrimiento y dolor.
Acéptate
- Acepta y ten paciencia con lo que no te gusta de ti, todos los cambios importantes requieren tiempo y trabajo.
Tan sencillo y tan difícil…! Es fácil
admitir y reconocer nuestras virtudes, pero no lo es tanto hacerlo
con nuestros defectos y debilidades… La autoestima de verdad pasa por aceptarnos en todo nuestro ser, con nuestras luces y sombras.
Todos tenemos emociones, reacciones y
pensamientos que no nos hacen sentir bien, y admitirlos es el primer
paso para poder iniciar los cambios que nos lleven a un mayor
equilibrio.
La aceptación de cada uno de ellos es imprescindible para dejar de estar en lucha con nosotros mismos, en conflicto entre lo que somos y lo que nos gustaría ser.
En relación con el primer punto, no
dejamos espacio a la autoestima si nos esforzamos por ser como los demás
esperan que seamos o estamos constantemente exigiéndonos ser distintos
de como en realidad somos.
Apláudete más
- Reconoce tus virtudes, cualidades y logros, por pequeños que sean.
Las personas con baja autoestima tienen
dificultades para ver sus cualidades. También suelen tener problemas
para reconocer sus logros, creyendo que cualquiera puede conseguir lo
que ellas consiguen.
Esa actitud les lleva a subestimarse a
sí mismas y a menospreciar cada vez más sus capacidades y
cualidades. Pon atención a lo que haces para estar bien y agradécetelo.
Pon atención en los pequeños logros del día a día y reconócetelos. Pon atención a tus virtudes, recursos y cualidades, y recuérdatelos siempre que puedas.
Aunque es necesario un trabajo más profundo y continuado para
desarrollar recursos que fomenten tu autoestima, con estas reflexiones
podrás empezar a poner conciencia a las actitudes que la dañan.Por Clara Dini Llobet
FUENTE: http://psicopedia.org/5549/cinco-alimentos-para-tu-autoestima/
http://www.psicologosmontevideo.com/lic-psic-gonzalo-cosenza
Comentarios