Sobre los aplausos
En 1894 Sigmund Freud comienza a teorizar respecto a una serie de conductas físicas que son iguales en todos los seres humanos, de ellas destaca la risa, la tristeza y el llanto, los rostros de las personas cuando son felices o cuando están en agonía, en este sentido el padre del psicoanalisis encontraba un lazo muy real entre el espíritu y el cuerpo físico.
Los aplausos son también una conducta muy humana y que se ve arraigada en infinidad de culturas, creemos realmente que no existe una comunidad que no tenga incorporada el gesto del aplauso. Y este está realmente ligado a un sentimiento espiritual ya que aplaudimos cuando sentimos que debemos hacerlo, cuando algo que vemos en el mundo exterior nos parece realmente impresionante o que simplemente nos conmueve. Hemos visto oportunidades donde las personas han estado aplaudiendo entre lagrimas.
Al igual que otros gestos muy humanos, los aplausos no solo revelan lo que se da en el espíritu sino que también es una actitud de la conducta masiva ya que la mayoría de las veces que aplaudimos lo hacemos junto a más personas, en masa, pensando que seguramente muchos seguirán el impulso y también comenzaran a aplaudir.
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