Origen Mental de las Enfermedades Crónicas

Cuando luchamos por recuperar la salud perdida, a menudo solemos prestar mayor atención al poder avasallador de la enfermedad en lugar de concentrarnos plenamente en la posibilidad de sanar; en esta forma, permitimos que la enfermedad corporal se convierta en un hábito tanto mental como físico.
Este fenómeno se manifiesta especialmente en las personas tensas y aprensivas. Todo pensamiento depresivo, todo pensamiento de felicidad, de irritabilidad o de calma, graba su surco sutil en las células cerebrales, fortaleciendo nuestras tendencias ya sea hacia la enfermedad o hacia el
bienestar.
Nuestras subconscientes "ideas-hábitos", ya sea de salud o de enfermedad, ejercen una poderosa influencia sobre nuestro ser. Las enfermedades rebeldes - tanto mentales como físicas- poseen siempre una profunda raíz en la mente subconsciente.
Para eliminar la enfermedad es necesario arrancar estas ocultas raíces.
Es por ello que toda afirmación consciente debe ser practicada con la fuerza suficiente como para que sea capaz de imprimir [su verdad] en la mente subconsciente; entonces esta última influirá a su vez en forma automática sobre la conciencia.
Así pues,. las afirmaciones vigorosas que se practican en forma consciente, actúan tanto sobre la mente como sobre el cuerpo a través de la mediación de la mente subconsciente. Las afirmaciones efectuadas con una fuerza aún mayor, alcanzan no sólo a la mente subconsciente sino también a la
supraconsciente, mágica surtidora de poderes milagrosos.

Toda afirmación de una Verdad debe ser practicada aplicando en ella la voluntad, el sentimiento, la inteligencia y la devoción. No debe permitirse que la atención se distraiga. Es necesario entrenar la atención cual si se tratase de un niño travieso; cada
vez que se desvía de su objetivo, se le debe traer de regreso y enseñarle, una y otra vez, en forma repetida y paciente, a concentrarse en la tarea que se le ha asignado

Técnica de las Afirmaciones

Reglas Preliminares

1)      Sentarse enfrentando el Norte o el Este. Escójase una silla de respaldo recto, desprovista de soportes para los brazos, y cúbrase a silla con una manta de lana. La lana sirve al propósito de aislar el cuerpo de las corrientes magnéticas de la tierra, las cuales tienden a ligar a la mente a las percepciones materiales.

2)       Ciérrense los ojos y concéntrese la atención en la región del bulbo       
            raquídeo      (en laparte posterior del cuello)  Manténgase la espalda                   recta, el pecho erguido, el abdomen retraído pero relajado. Inhálase                 profundamente, exhalando luego el aliento; repítase esta operación                tres veces.

3)       Relájese el cuerpo, y manténgase inmóvil. Desalójense de la mente                     todos los pensamientos inquietos, y retírese la atención de toda                             sensación corporal, sea ésta térmica, auditiva, etc.

4)       No debe pensarse en el tipo particular de curación que se necesita.

5)       Deséchese toda ansiedad, toda falta de confianza, toda                                           preocupación. Tómese conciencia, en forma serena y confiada, de que             la divina ley opera efectivamente, y es omnipotente. Se debe impedir            que la duda o la desconfianza hagan presa de la mente la fe y la                      concentración permiten que la ley opere sin ningún obstáculo.                              Imprímase en la mente el pensamiento de que todos los estados                          corporales están sujetos al cambio y son
           curables, y de que la sola idea de la existencia de una enfermedad                    crónica constituye una ilusión.

 TIEMPO: Las afirmaciones deberían aplicarse en el momento de despertar, en la mañana, o durante el período de somnolencia que precede al sueño, por la noche
LUGAR: En lo posible debe elegirse un sitio silencioso y tranquilo. Si es necesario reunirse en un local ruidoso, deben ignorarse los ruidos y dedicar toda la atención a la devota práctica de las afirmaciones.
MÉTODO: Antes de comenzar a practicar las afirmaciones, debe limpiarse la mente de toda inquietud y de toda preocupación. Elíjase la afirmación que se necesita, y repítasela en forma completa, comenzando en voz alta y bajando progresivamente la voz - mientras la repetición se hace a su vez más lenta- hasta acabar en un murmullo.
Entonces deberá continuarse repitiendo la afirmación en forma mental solamente, sin mover los labios ni la lengua, hasta que se sienta que se ha alcanzado una profunda e ininterrumpida concentración. En este período no debe caerse en un estado de sopor, sino que debe existir una profunda continuidad de pensamiento, un pensamiento que fluye sin interrupción.
Si se continúa con la afirmación mental, ahondando aún más, surgirá una sensación de paz y de dicha crecientes. Durante el estado de honda concentración, nuestras afirmaciones mentales se sumergen en la corriente del subconsciente, para retornar
posteriormente a la esfera de la conciencia reforzadas con el poder de influir sobre la mente consciente a través de la ley del hábito.
En aquel período de la práctica en el cual se experimenta una creciente paz, vuestras afirmaciones llegan aún más hondo, penetrando en el reino de la supraconciencia desde dicho reino regresan a la conciencia dotadas esta vez de un poder ilimitado para influir sobre la mente consciente, para satisfacer vuestros deseos. No alberguéis duda alguna, y os será posible comprobar el milagro de esta fe científica.

Las cinco etapas a seguir en la repetición de las afirmaciones son: repetición consciente en alta voz, repetición en un susurro, repetición mental, repetición subconsciente. Y repetición supraconsciente.

Afirmaciones Breves

La Energía Dadora de Vida renueva y fortalece mi Ser.

El poder terapéutico del Espíritu fluye a través de todas las células de mi cuerpo.

Afirmación para Aplicar el Poder del Pensamiento
Concéntrese el pensamiento en la frente, mientras se repite lo siguiente:
Pienso y sé que mi vida fluye, pienso y sé que mi vida fluye del cerebro mío
a todo mi cuerpo, fluye. . .
Luminosas centellas atraviesan las entrañas de mis tejidos.
A través de la médula espinal, por mi columna dorsal veloz se despeña, en rocío y espuma, la corriente vital...
Todas las pequeñas células beben de ella; sus diminutas bocas destellan.
Todas las pequeñas células beben de ella; sus diminutas bocas destellan.

Afirmación para Aplicar el Poder de la Voluntad
Concéntrese la voluntad simultáneamente en la región del bulbo raquídeo y en el punto
medio entre las cejas, mientras se repite lo siguiente (primero en alta voz y luego en
forma cada vez más suave, hasta acabar en un murmullo):
Que la energía vital llene mi cuerpo, yo quiero.
Con divina voluntad yo quiero
que la energía vital revivifique,
a través de mis nervios y mis músculos todos,
con su hormigueante fuego vibrante,
que revivifique quiero
mis miembros y mis tejidos todos,
con su ardiente poder regocijante.
En mis glándulas y sistema circulatorio,
fluir te ordeno, a mi mandato soberano.
A mi mandato soberano, arder te ordeno,
arder te ordeno, a mi mandato soberano.



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