Estrés laboral: síntomas y consecuencias

Alberto, de 39 años, arquitecto, se hallaba sentado en el sofá de mi consulta aquella lluviosa tarde, porque hacía varias semanas que andaba muy estresado ya que estaba absoluta y totalmente convencido, por alguna extraña razón, de que le iban a despedir a pesar de que todo continuaba con absoluta normalidad. Sus preguntas se agolpaban una detrás de otra “¿y qué voy a hacer ahora, con mi edad? ¿dónde encontraré trabajo? ¿por qué me tiene que ocurrir a mí?” Pero, veamos, Alberto, ¿te ha ocurrido? ¿te han despedido? ¿tu jefe ha hablado contigo?”
El estrés se asocia, en la actualidad, con diversas connotaciones negativas que puede acabar produciendo en el organismo. Pero, para empezar, situémonos.

¿A qué llamamos estrés?

Situación en que el sujeto percibe dificultades o incapacidad en sus recursos para superar ciertas demandas, externas o internas, y que conlleva una activación conductual característica. Si la demanda es excesiva para los recursos de afrontamiento que posee el individuo, se generan emociones negativas y, en especial, ansiedad, depresión e ira.
Tradicionalmente, se ha considerado estresante cualquier situación que implique un cambio al cual debe adaptarse el organismo. Por tanto, como la vida misma es un compendio sucesivo de cambios, las fuentes potenciales de estrés se hallan en la naturaleza misma de encontrarnos vivos. Una conocida cita de Selye dice “stress is life and life is stress” (El estrés es la vida y la vida es estrés).
Los elementos que forman parte de una interacción potencialmente estresante son: situación – como el trabajo – variables de la persona enfrentada al estrés y las consecuencias de dicha situación.

¿Cuál es la diferencia entre ansiedad y estrés?

La mayoría de las personas usan de forma indistinta ansiedad y estrés como si fueran la misma cosa, aunque es incorrecto.
En el caso del estrés, hay un proceso mayor de adaptación al medio. Sin embargo, la ansiedad funciona como reacción de alerta ante posibles riesgos, amenazas o peligros, produciendo una emocionalidad mucho más intensa.
Diversos estímulos, circunstancias y situaciones pueden producir que el individuo tenga la necesidad de movilizar sus recursos de afrontamiento para hacerles frente o para retornar a su estado inicial de equilibrio. A cualquiera de esos estímulos se les llamas estresores. 

¿Qué es el estrés laboral?

La Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y Trabajo (1999) realizó un estudio acerca del estrés laboral, concluyendo que el 28% de los trabajadores de Europa padece estrés y el 20% síndrome de burnout(“estar quemado”), siendo los sectores más afectados: los trabajos manuales especializados, transporte, restauración y metalurgia.
Por todo ello, tanto la OMS como la misma Unión Europea han insistido en la importancia de hacer programas de prevención y control de estrés laboral.

Por qué fases se pasa ante la pérdida del trabajo

La pérdida del trabajo – o tan sólo la amenaza de perderlo- es habitual y se convierte en una experiencia terrible y muy estresante para aquel quien la vive. Para muchos expertos, esta pérdida se puede asemejar a la de otras pérdidas vitales importantes como la muerte de alguien a quien queríamoso, también, la pérdida por ruptura de una relación. Por tanto, pasa por varias fases, igual que si se tratara de un duelo.
  • Sorpresa y negación. Tras oír la noticia, la mayoría de la gente se queda muy impresionada aunque fuese algo esperado. Aun así, les es difícil entender qué y porqué ha pasado y es necesario algunos momentos para procesar lo ocurrido.
  • Enfado. El trabajador empieza a sentir ira contra la empresa a la cual percibe como culpable de lo que le está ocurriendo. Al mismo tiempo, pueden estar enfadados con su familia, sus amigos, el mundo entero y, en realidad, están enfadados contra ellos mismos.
  • Resistencia. Cierto tiempo después, el trabajador se sigue resistiendo a la idea de la pérdida del trabajo. Aparece la actitud al cambio, aunque está pueda ser negativa “podría aceptar un puesto de menor categoría”, “aceptaría cobrar menos o trabajar media jornada”. Sin embargo, al iniciar las entrevistas de trabajo el trabajador ve como el resultado es inviable.
  • Tristeza. Al observar la realidad el trabajador entra en un profundo período de tristeza, apatía, cambios de humor.
  • Aceptación. Período largo que llevará al trabajador a darse cuenta de que no puede volver atrás y que deberá aceptar propuestas que quizás no se hallan dentro de su zona de confort pero a partir de las cuales poder progresar de nuevo.
Como en cualquier duelo por alguien o algo perdido, no todas las personas pasan por las mismas etapas ni en el mismo orden e, incluso, muchas personas van y vienen por diferentes de estas etapas hasta llegar a la aceptación.

Qué síntomas produce el estrés laboral

Como reacción compleja sociopsicobiológica que es, el estrés puede producir cambios a tres niveles. Los cambios biológicos producidos no son visibles, si no se usan determinados procesos diagnósticos. Ocurre lo contrario con los cambios psicólogicos que dan lugar a un torrente de síntomas, fácilmente identificables por quien lo está sufriendo. Así, se producen cambios:
A nivel cognitivo-subjetivo:
  • preocupación
  • inseguridad
  • indecisión
  • miedo
  • pensamientos negativos sobre uno mismo y sobre los demás
  • temor a que se den cuenta de nuestras dificultades, a la pérdida de control
  • hipoprosexia
  • dificultades para pensar, estudiar
A nivel fisiológico:
  • sudoración
  • tensión muscular
  • taquicardia
  • temblor de acción
  • disnea
  • sequedad de boca
  • dificultades para tragar
  • dolores de cabeza
  • mareo
  • náuseas
  • molestias en el estómago
A nivel motor:
  • evitación de situaciones temidas
  • fumar, comer o beber en exceso
  • estereotipias
  • inquietud, agitación
  • tartamudear
  • llanto profuso
  • parestesia
El estrés, además, puede producir ansiedad, enfado, ira, irritabilidad, tristeza, depresión, …
Si el estrés es muy intenso y prolongado, puede producir  algunas enfermedades físicas y trastornos psicólogicos que vamos a ver a continuación. 


Qué consecuencias produce el estrés laboral

A pesar de que en una fase inicial el estrés nos sirve para incrementar nuestros recursos en cuánto a atención, memoria, rendimiento… lo cual nos lleva a un aumento de la activación fisiológica y, por tanto, a un aumento de la productividad, podría ocurrir que este proceso fuera excesivamente intenso, lo cual llevaría a un rápido agotamiento de los recursos y, por ello, a una disminución de la propia productividad y rendimiento laboral. Para realizar nuestro trabajo de forma adecuada es necesario cierto grado de activación fisiológica pero sin que llegue a ser excesiva para no entrar en un efecto paradójico.
Las consecuencias del estrés son diversas y, como ya hemos visto, la más importante de ellas es su negativa influencia en nuestro estado de salud. Sin embargo, también, podemos hablar de otras consecuencias negativas:
  • Variaciones en nuestros hábitos cotidianos lo cual puede acabar incidiendo en nuestra salud.
  • Alteraciones en el SNA y en el sistema inmunológico, especialmente, aunque también, se pueden observar en otros sistemas.
  • Cambios cognitivos, es decir, en el pensamiento, que influyen sobre las emociones y sobre la conducta.

Qué hacer si nos enfrentamos a una situación de estrés laboral

Aunque sufras de mucho estrés, existen muchas cosas a hacer para intentar superar esta difícil situación, desde cuando sólo es un miedo hasta si acaba siendo una realidad. Algunas de las cosas que podemos hacer son:
  • Enfréntate a tus emociones. Especialmente el miedo, la rabia, la tristeza  y la ansiedad. Suele ser una buena idea escribir cartas terapéuticas en las que digas a tu jefe, a tus compañeros,… todo aquello que te hubiera gustado haberles dicho y no les has dicho, lo que tienes necesidad de decirle, cómo te sientes ahora, lo que podrían haber hecho para prevenir llegar hasta aquí,… todo lo que se te pase por la cabeza. De una forma inmediata, parece que te enfada o te entristece más, pero después podrás ver cómo has conseguido aceptar la situación.
Sé proactivo. Comunica a tu entorno cómo te encuentras si ya no tienes trabajo. Aparte de ser una oportunidad de buscar trabajo a través del “boca a boca”, las muestras de apoyo tampoco te vienen nada mal.
Explícale claramente a tu familia nuclear tu nueva situación. Mantenerlo en secreto sólo servirá para aumentar tu estrés, aumentar las posibilidades de tener un problema de salud y empeorar la situación para todos.
Actitud positiva. Dedica tus fuerzas a todo aquello que puedas controlar y no a lo que está fuera de control. Por ejemplo, está fuera de tu control si aquella empresa a la que fuiste a hacer una entrevista y te dijeron “ te llamamos”, lo hará o no. Deja de preocuparte todo el día y sobresaltarte cada vez que suena el teléfono porque tu estrés empeora. Dedica tu tiempo a cosas que puedas controlar: preparar un nuevo CV con un diseño más moderno y elegante, una carta de presentación más atractiva, networking con contactos…
No dejes de comer Debes tener una dieta rica, saludable y suficiente. No tomes alcohol ni cafeína.
Dormir es importante. Nos ayuda a procesar la información y funcionar efectivamente durante el día. Aunque los patrones de sueño suelen quedar interrumpidos en personas con estrés, sería necesario dormir de 6-8 horas diarias.
Ejercicio físico. El ejercicio ayuda a las personas a sobrellevar el estrés y existen pruebas que el ejercicio puede ayudar al funcionamiento cerebral,haciendo que las personas se sientas más satisfechas tras una sesión. De esta manera, si estabas haciendo ejercicio antes de perder el trabajo, debes continuar, aunque no tengas ganas. Si nunca antes has hecho ejercicio, consulta antes con tu médico, que te haga una valoración del estado general, y empieza lentamente.
Mantén una buena red social. En estos momentos estresantes, te pueden servir de apoyo. Debe ser gente con actitud positiva, que os animéis a esforzaros y a mirar siempre hacia adelante, recordando que esto es un pequeño revolcón que os ha dado la vida pero que hay que levantarse y seguir para delante.
Riesgos económicos asociados a la pérdida o al miedo a la pérdida del trabajo. Causan un estrés muy intenso que conduce a trastornos reactivos – tanto ansiosos como depresivos- y problemas psicosomáticos. Mantener un enfoque proactivo de la planificación económica puede servir para controlar el gasto y reducir la tensión procedente de esta fuente.
Apoyo profesional. En cuanto aparezcan los primeros síntomas de trastornos reactivos y/o adaptativos u otros de los trastornos mencionados anteriormente, es importante buscar ayuda profesional. No todos los psicólogos son caros y, tampoco es cierto que sólo los caros son buenos. Lo que sí es cierto es que de salud – tanto física como emocional- sólo tenemos una y nos debe durar toda la vida.
¿Atraviesas una situación como la descrita? Pide apoyo a un psicólogo especialista en estrés y ansiedad o escribe personalmente a la autora del artículo.
Por María Dolors Mas es psicóloga en Barcelona

http://www.psicologosmontevideo.com/lic-psic-gonzalo-cosenza

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Qué es el fotolenguaje?

FODA Matemático: Cómo funciona , paso a paso

La diferencia entre adular y alabar