DIFERENCIAS ENTRE EL TRASTORNO BIPOLAR Y EL TRASTORNO LIMITE DE LA PERSONALIDAD.-

El Trastorno Límite de la Personalidad  es a menudo sobre-diagnosticado o sub-diagnosticado (por clínicos que “no entienden” el diagnóstico). Se lo suele asociar con otras patologías, sobre todo con la depresión y especialmente se confunde con el Trastorno Bipolar. La confusión es entendible porque ambas patologías se caracterizan por cambios de humor, irritabilidad y conducta errática.
A medida que sabemos más acerca de la neurobiología de ambas enfermedades encontramos similitudes fisiológicas pero  la 3º, la 4º y la 5º edición del DSM, en los últimos 30 años , distingue claramente ambos diagnósticos.
Hay tres diferencias básicas:
1) El trastorno límite produce ciclos más rápidos que el trastorno bipolar, a veces hasta varias veces en un día
2) El estado de ánimo en el trastorno límite es más dependiente-tanto para bien como para mal- de lo que pasa en la vida del paciente en ese momento. Cualquier situación que sea vivida como un abandono ( aunque sea descabellado) es un detonante importante.
3) En el trastorno límite hay más variedad de sentimientos en juego. Mientras que en el trastorno bipolar los cambios desde la manía a la depresión son claramente visibles; en el trastorno límite el paciente “tiene miedo o deja de tenerlo”, “tristeza o deja de tenerla” o ira,  o disgusto o amor, todo aumentando y disminuyendo sin ritmo predecible.
En el trastorno límite, las variaciones de humor pueden durar horas,  en el trastorno bipolar los cambios suelen durar días, incluso semanas y meses.
Las reacciones en el TL siempre están asociadas a un estresor ambiental ( una pelea con la pareja, una larga espera en la cola del banco, un problema en el trabajo),  en el TB ocurren inesperadamente. Los pacientes con TL suelen pasar de la depresión y la ansiedad a la ira pero raramente a la euforia, los cambios van de sentirse enojados a simplemente sentirse “OK”. Por otra parte, la ansiedad o irritabilidad en el TL no debe confundirse con la manía o hipomanía del TB, que generalmente supone un estado de ánimo más expansivo o elevado que lo lleva a planear y realizar acciones como gastos desmedidos, proyectos faraónicos, juego compulsivo, etc…-
Los pacientes afectado por TL -sobre todo los más jóvenes – a menudo luchan con sentimientos de vacío y baja autoestima, dificultades en la imagen personal y sentimientos de abandono. Estos sentimientos no son tan frecuentes en el TB, donde la grandiosidad y el ego son comunes, sobre todo en la etapa maníaca.
Y,  aunque ambas condiciones pueden incluir un historial de relaciones personales caóticas, un paciente con TL describe esas dificultades como la única razón de su sufrimiento, mientras que el paciente con TB puede llegar a entender estos fracasos como una consecuencia de su conducta.
Un patrón de conductas autolesivas o suicidas también es un indicador para diagnosticar TL, pero no es algo excluyente, porque también pueden darse en el TB. En el TL, los intentos de suicidio pueden ocurrir en un contexto de ira o enojo si suponen que serán abandonados. Los pacientes a menudo explican estos implsos de auto lesión como una forma de dejar de sufrir o dejar de pensar, más que como un intento de acabar con sus vidas.(Gunderson JG et al, Am J Psychiatry 2006;163(7):1173–1178).
Los pacientes con TL pueden sufrir experiencias de corta duración (horas o días) de tipo psicótico – alucinaciones auditivas, paranoia o despersonalización-. Pero, a diferencia de otros síndromes delirantes, se dan cuenta de que “algo raro pasa”. Cuando los síntomas psicóticos aparecen en el TB, se dan en un contexto de alteración del humor -depresivo o maníaco- duran más tiempo y los pacientes no son capaces de reflexionar sobre lo que les pasa.
Un diagnóstico preciso, certero y riguroso tanto del TL como del TB puede ser difícil pero es básico para obtener resultados del tratamiento. Las tasas de remisión en el TL pueden ser mayores a 85% en 10 años (Gunderson et alt, Arch Gen Psychiatry 2011;68:827-837), sobre todo si se indica el tratamiento psicoterapeutico adecuado .
En general se prescribe medicación, generalmente, Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (SSRI) para la impulsividad, la depresión persistentes y la conducta suicida o antipsicóticos atípicos para la desinhibición y los síntomas disociativos. No obstante hay consenso en que la medicación debe siempre acompañar a la psicoterapia (Silk KR, J Pediatric Practice 2011; 17(5):311-319).
El diagnóstico diferencias entre TL y TB es un desafío pero es importante que se realice. Si estás obteniendo distintos diagnósticos de distintos médicos, trata de lograr que te digan POR QUE apuntan en una dirección o en otra. Esta bien que expreses tus dudas y que pidas información y si tu médico no parece dispuesto a tener esa conversación, considera cambiar de médico o de psicoterapeuta. Tienes el derecho a entender tu diagnóstico y obtener respuestas a tus preguntas.-
Notas:
TL : Trastorno límite de la personalidad
TB : Trastorno Bipolar

Fuente:
 https://rferrari.wordpress.com/2015/01/20/trastorno-limite-o-trastorno-bipolar-cual-es-la-diferencia/

http://www.psicologosmontevideo.com/lic-psic-gonzalo-cosenza

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