La histeria, conceptos básicos
La palabra histeria deriva del griego hyaterá, que significa
matriz, ya que los antiguos asociaron esta enfermedad con el útero de la
mujer y, por tanto, con el sexo femenino, descuidándose la observación de
fenómenos
histéricos en el hombre, que también existen.
Con el nombre de histeria se conoce desde la antigüedad la
aparición de síntomas objetivos importantes sin lesión que los justifique,
por ejemplo, una parálisis sin lesión en los nervios ni músculos, una
ceguera sin anomalías en el ojo ni de los componentes del sistema óptico.
En todos
estos casos de aparente enfermedad orgánica se supone que la causa es
un conflicto psicológico que se convierte en un síntoma orgánico que lo
simboliza, por eso también se denomina neurosis de conversión o alteraciones somatomórficas.
Existe una forma de histeria en que el problema psicológico no
se simboliza a través de la imitación de una enfermedad corporal
sino de una enfermedad psíquica, en estos casos se habla de trastornos disociativos, pues la identidad
está disociada, por ejemplo,
una amnesia histérica con la que el sujeto olvida quién es, y
en algunos casos altera su propia identidad con la de nuevos personajes
que va creando o que acepta, son los casos de múltiple personalidad.
Síntomas más comunes
Los síntomas histéricos son un intento de defensa en una situación que
no se sabe cómo resolver.
Suelen aparecer síntomas asociados de
cualquier tipo, pero son exagerados y pintorescos. Imitan
enfermedades, por lo que
pueden dar lugar a confusiones.
El gran ataque histérico es una tempestad de movimientos
con una teatralidad suprema, en que el paciente grita, se
revuelca
en el suelo, se desgarra las ropas, araña o golpea de modo incordiando
y no específicamente intencional a los que intentan
sujetarle, alterna movimientos de contracción tónica generalizada, en
los cuales se tiende a mover en semicírculo sobre la nuca y
los talones, con otros movimientos y espasmos desordenados e
intermitentes que recuerdan un ataque epiléptico. Lo que
caracteriza al histérico de otras patologías es que éste sufre las
crisis tras un disgusto o contrariedad y
ocurre cuando hay delante personas que le interesen.
Otras formas de tempestad de movimientos o de síndromes motores
son los temblores, los tics, los espasmos
musculares y los movimientos atetoides o creiformes (como el “baile
de San Vito”). Todos suelen ser de gran amplitud
y espectacularidad y no corresponden exactamente a las enfermedades
que imitan (en eso se apoya el diagnóstico
diferencial).
También utilizan estos pacientes un tipo de reacción de
inmovilización corporal como modo de llamar la atención. Pueden
aparecer parálisis histéricas de todo el cuerpo, sin respuesta
a ningún estímulo (catalepsia), o parálisis localizadas en medio cuerpo
(de las dos piernas, de la parte derecha o izquierda…), de una
extremidad, mano, dedo, etc.
Otra forma de manifestaciones histéricas es padecer
síndromes
sensoriales concretos, como la anestesia histérica en que
no sienten el dolor, frío o calor, carecen de tacto, etc. pudiendo
afectar a todo el cuerpo o a una parte de él. Las anestesias
histéricas no siguen los esquemas anatómico-neurológicos, sino que son
de distribución arbitraria. También pueden quedarse ciegos
o sordos sin causa aparente.
El histérico no es un simulador. El simulador quiere
parecer
enfermo, hacerse pasar por
enfermo. El histérico de modo
inconsciente quiere estar enfermo, y lo
consigue. Es la transformación de un
conflicto emocional en síntomas
somáticos o psíquicos.
Concepto de ganancia en la Histeria
El concepto que estos enfermos tienen de ganancia por
la enfermedad es fundamental. Estos pacientes obtienen dos
tipos de ganancias:
·
Para resolver un conflicto o frustración
·
Simbólicamente apoya la represión de dicho
·
conflicto al subconsciente.
Los síntomas histéricos no sólo existen por algo, sino también
para algo. El enfermo tiene un claro desinterés por
sus síntomas y su posible curación. Si los síntomas desaparecen el
paciente queda privado de su defensa psicógena y a merced de los sentimientos de culpa. Por eso la ganancia de
la enfermedad en el presente es tan importante para el enfermo y se acaba
convirtiendo en un obstáculo para su curación.
Tratamiento
La mejor técnica de tratamiento es el psicoanálisis. El histérico tiene
un carácter enfermizo, que es el que le ha provocado la aparición de los
síntomas a través de su modo de reacción anómalo. Por tanto se precisa una
reestructuración total del carácter y la conformación de nuevos modos de
reacción. Aunque los síntomas teatrales desaparezcan
de forma rápida durante las primeras sesiones, no hay que olvidar que el
individuo sigue siendo histérico y puede recaer en con los mismos síntomas
o con otros simbólicamente equivalentes si no se realiza una psicoterapia
con reeducación del carácter.
Marta Guerri Pons
FUENTE: www.psicoactiva.com
http://www.adoos.com.uy/post/17041332/psicologo
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