Epistemología de la Psicología: cuestión de paradigmas

La teoría de los fundamentos y métodos del conocimiento científico, la epistemología (definición DRAE), también tiene cabida en la Psicología. Kuhn (2005) [1962] considera a las ciencias sociales como un estatuto multiparadigmático (en una revisión de 1969): no existe una sola epistemología abarcadora aplicada a la ciencia del comportamiento. Se verá a continuación qué enfoque se considera en la actualidad para generar y validar el conocimiento en esta ciencia que nos ocupa.

De los modelos biológico, dinámico/psicoanalítico, conductista, cognitivista, humanista/fenomenológico, cognitivo-conductual y biopsicosocial, se consideran realmente como paradigmas al conductismo y al cognitivismo. Si se considera hoy a la Psicología como una ciencia es porque en su día, dentro del paradigma conductista, bebió del positivismo; es decir, que se regía por un sistema que solo admitía el método experimental de la ciencia (con normas del tipo: observaciones empíricas y replicables, hechos neutrales e independientes de la teoría, etc.). Pero en la actualidad, las verdades antes asumidas como inamovibles por la ciencia también han evolucionado (Romo, 2008):



– El tema de la causalidad. Lo que antes era lineal y unívoco, donde a un fenómeno antecedente le seguía otro consecuente, ya no se sostiene en la era de la complejidad y del caos: ahora las relaciones causales en un sistema pueden ajenas a una secuencia temporal de los fenómenos. Se supera el esquema estímulo (E) → respuesta (R): la conducta ya no es respuesta sino propuesta.

– La revisión de la noción de hecho. La observación está cargada de teoría: se destruye el mito inductivista (que parte de los datos hacia la teoría) porque los hechos se convierten en datos al perder su objetividad.

– Se rechaza el operacionismo. No existe ninguna teoría donde todas sus aseveraciones sean operativas, aplicables (Einstein, 1959).

– Ya no se formalizan teorías científicas. Es el final de los grandes principios: resulta inviable de la misma manera que la axiomatización de todos los términos teóricos se reconoce como imposible. Nadie intenta ya lo que quiso conseguir Hull en su día.

Gracias al cognitivismo, la Psicología ha tenido que abandonar el mito de la ciencia puramente experimental y ha recuperado a la mente, la caja negra, como objeto de estudio; analizándola con todas sus consecuencias. Se ha pasado del E → R al E → M (procesos mentales) → R. Esto tiene como consecuencia que el método se vuelva más flexible mediante el retorno de la introspección, el uso de método clínico de Piaget o la simulación de procesos por ordenador. También es destacable que la persona vuelve a tener un rol activo al tomar conciencia de sus procesos cognitivos y poder modificarlos, ya no está a merced de los estímulos del ambiente.

Pero este paradigma tiene sus limitaciones: el exceso de micromodelos para problemas concretos hace que no haya modelos generales explicativos; la metáfora del ordenador es demasiado reduccionista: la mente es –afortunadamente– mucho más rica y compleja; se excluyen las relaciones entre emociones y conducta.

En el modelo cognitivo-conductual se ve que el aprendizaje está mediado cognitivamente; no existe una relación lineal entre cognición, emoción y conducta, y se hace hincapié en la verificación empírica. Este modelo, junto al biológico (empleado por los psiquiatras), el humanista (del que bebe mucho el coaching) y el biopsicosocial (que trata los trastornos desde diferentes perspectivas), es de los que más se utiliza en la actualidad y se enseña en las universidades públicas españolas. Es muy útil en terapia y su epistemología integra tanto elementos del conductismo, como del cognitivismo, creando una síntesis muy interesante. No obstante no es perfecto: relega a un segundo plano las emociones y no integra de forma suficiente las variables biológicas (orígenes físicos de enfermedades, influencia de los genes, etc.).

Por tanto, la epistemología de la Psicología es multiparadigmática, pero cada vez que surge un modelo explicativo, o perspectiva de la comprensión del conocimiento, los demás modelos se benefician  (por ejemplo, el psicoanálisis toma elementos de la medicina). En el ámbito clínico, el terapeuta debe actuar sin prejuicios teóricos a la hora de abordar a un paciente con su problemática concreta y ayudarlo siguiendo el modelo más adecuado para este. Conocer los porqués ayuda a comprender los paraqués y a proceder con los cómos adecuados.


Referencias bibliográficas:

Einstein, A. (1959). Remarks on the essays appearing in the collective volume. En P. Schlipp: Albert Einstein: Philosopher-Scientist. Nueva York: Harper and Row.
Kuhn, T. S. (2005) [1962]. La estructura de las revoluciones científicas. Madrid: Fondo de Cultura Económica de España.
Romo, M. (2008). Epistemología y Psicología. Madrid: Pirámide.

FUENTE: http://sabioplacer.blogspot.com.uy/2016/03/epistemologia-de-la-psicologia-cuestion.html?sthash.1AaBltI2.mjjo

http://www.adoos.com.uy/post/17041332/psicologo

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