¿Por qué hay personas que odian la Navidad? – Cuida tu Salud Emocional

Como cada año por estas fechas, llega el momento en el que se supone que debemos desempolvar los adornos, poner el árbol de Navidad, entonar los típicos villancicos y dejarse llevar por el espíritu navideño. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce y, aunque la Navidad es una fiesta que muchas personas asocian con momentos gratos, compartidos especialmente en familia, para otras muchas es una de las épocas más tristes del año. De hecho, frases tales como “odio la Navidad” o “me gustaría desaparecer hasta enero” son bastante comunes en estas fechas.

Este estado anímico de melancolía se conoce como depresión navideña o fenómeno Grinch (en honor al famoso duende cascarrabias del Dr. Seuss que trata de acabar con la Navidad). Pero, ¿a qué es debido este sentimiento de tristeza que a algunas personas nos invade durante la Navidad? Y más importante: ¿cómo podemos atenuarlo?

# 1.- Menos luz

odio la navidad
Este factor es inevitable, ya lo hemos notado con la llegada del otoño pero con el invierno acentúa aún más la sensación. Y es que está científicamente comprobado que la falta de luz solar tiene consecuencias negativas en nuestra salud tales como depresión, tristeza, falta de energía o de concentración así como alteración del sueño. Además el invierno aumenta nuestro apetito y sobre todo la necesidad de ingerir de carbohidratos y azúcares, lo cual unido a una menor actividad física influye en variaciones en nuestro peso.

→ ¿Qué hacer?

Como dice el refrán popular “al mal tiempo, buena cara”. Es necesario buscar el lado positivo de esta estación, piensa en lo agradable que es ver una película los domingos en casa o ir al cine, la ventajas de tomar una bebida caliente en vez de una fría o en lo ricas que están las castañas asadas… que no te guste este tiempo no va a hacer que dure menos sino que al revés, la estación se te puede hacer eterna. Por ello, trata de no 'hibernar', procura practicar algún deporte y socializarte con tus amigos.

# 2.- Las 'almibaradas' películas navideñas

En esta época se proyectan gran cantidad de películas llenas de motivos navideños y de apasionados besos bajo el muérdago, donde todos son felices y se producen los más insólitos milagros. Este tipo de películas nos hace crear expectativas muy altas y desear unas “navidades de película”, lo cual nos llevará a compararlo con la realidad y sentirnos desencantados.

→ ¿Qué hacer?

La Navidad es únicamente una fecha en el calendario, recuerda cuando te agobies que cada uno le da la importancia que quiere. Si notas que no te atrapa el espíritu navideño porque tu estado emocional no acompaña, trata de mentalizarte ya que, como Calvin Coolidge decía, “La Navidad no es un momento ni una estación, sino un estado de la mente”.

# 3.- El sentimiento de hipocresía

Miles de mensajes navideños inundan nuestra televisión y nuestros teléfonos, amigos, vecinos o familiares con los que no hablamos el resto del año nos envían palabras emotivas y en muchos casos totalmente impersonales. Y es que estar felices, lucir una radiante sonrisa y ser amable parece de obligado cumplimiento en Navidad y, si eso no coincide con nuestro estado anímico, se produce un sentimiento de frustración que afecta a nuestra estabilidad emocional.

→ ¿Qué hacer?

No te dejes afectar por la hipocresía ni te amargues con las contradicciones de la época. Es más, esta situación nos debe hacer pensar por qué hoy se es amable y se desea “felices fiestas” a todo el mundo cuando el resto del año no les decimos ni los “buenos días”. Dedicar unos minutos de tiempo a la gente que nos rodea debería ser una costumbre a mantener en el tiempo y no un hecho puntual propio de la Navidad. Porque como decía Charles Dickens “Honraré la Navidad en mi corazón y procuraré conservarla durante todo el año”

# 4.- El consumismo

La Navidad se convierte en un período del año donde se gasta más dinero en regalos, ropa, comida y bebida. Los medios de comunicación nos bombardean con imágenes de lujo que asocian a la consecución de la felicidad, así pues nos sentimos obligados a lucir nuestros mejores galas, comprar exquisitos manjares, decorar la casa o comprar los regalos caros que nos venden los grandes almacenes. No cumplir con ello puede hacernos sentir fracasados y tristes como si no estuviésemos a la altura de las circunstancias.

→ ¿Qué hacer?

Piensa que el mejor regalo que puedes hacer a una persona no es algo material. Disfruta con los tuyos y no hagas caso de la exagerada publicidad que nos incita al consumo. Una solución cada vez más común en las familias es ponerse un límite de presupuesto o juntarse con el resto de familiares para realizar regalos conjuntos. Verás cómo, además, así la tediosa tarea de elegir los regalos se convierte en algo mucho más entretenido si lo haces en grupo.


# 5.- Estrés por el exceso de celebraciones, comidas, cenas...

Lo sufren en mayor medida las mujeres, ya que son todavía las que suelen encargarse de cocinar y organizarlo todo. Además se ven muy presionadas para conseguir agradar a todo el mundo. Este exceso de presión puede desencadenar en mal humor debido al propio cansancio y llevar a discusiones.

→ ¿Qué hacer?

Si te toca preparar todo este año, trata de no perder la cabeza: "casi siempre lo mejor es enemigo de lo bueno". Para preparar una buena cena de Navidad no es necesario arruinarse. Busca alternativas más asequibles y aprovecha para presentar los platos de manera apetecible y decorar la mesa. Además las cenas copiosas no son muy recomendables para conciliar el sueño. No dudes en pedir ayuda en la cocina, además compartirás momentos muy agradables en familia y estar rodeado de gente seguro que te relajará. Eso sí, no cargues tus nervios contra los que te están ayudando ni te muestres irritable porque os sentareis a la mesa ya enfadados y de mal humor.

# 6.- Exceso de tráfico y aglomeraciones

Es un hecho que las calles y grandes almacenes están a rebosar: la gente tiene que hacer muchas compras para preparar comidas y cenas navideñas, regalar a los niños y también a los mayores, desea ver el árbol que han puesto en el Ayuntamiento, la exposición de belenes o acercarse a las casas de amigos o familiares a desearse felices fiestas.

→ ¿Qué hacer?

No podrás cambiar eso, lo que sí podrás hacer es tomarte las cosas con otra actitud más positiva. Procura no salir con el tiempo justo para llegar a los sitios o incluso dejar el coche en casa para evitar los atascos y hacer los recados dando un paseo.

# 7.- Hacer balance del año

“La vida no se mide en minutos, se mide en momentos”. La Navidad se convierte en una época de reflexión y es muy común, coincidiendo con el cierre del año, hacer un balance del mismo y comprobar si hemos alcanzado las metas o proyectos. Si el balance no ha sido positivo, nos encontraremos reviviendo el pasado (fracasos laborales o académicos, rupturas amorosas, dificultades económicas...) y pasándolo mal nuevamente.

→ ¿Qué hacer?

Analiza la situación y valora cuánto de negativo hay realmente en ella y cuánto de positivo, intenta no focalizarte en los puntos negativos y busca el lado bueno de las cosas, seguro que lo encuentras.

# 8.- Buenos propósitos de Año Nuevo

La llegada del nuevo año siempre viene marcada de nuevas metas que nos disponemos a alcanzar. Eso nos lleva a pasar revista de las que propusimos el año anterior y muchas veces nos damos cuenta de que no hemos cumplido con nuestras expectativas.

→ ¿Qué hacer?

Trata de ser realista y no ponerte propósitos fuera de tu alcance. No te propongas apuntarte al gimnasio si no tienes tiempo disponible o dejar de fumar si no te ves capaz, ya que sólo conseguirás sentirte mal contigo mismo al siguiente año.

# 9.- Disputas familiares

A veces las reuniones familiares propias de la Navidad distan mucho de las imágenes idílicas que vemos en la televisión. Los malos rollos familiares a menudo se acompañan de envidias o de celos que producen mucha incomodidad. A estos sentimientos enquistados, se une el hecho de que en estas fechas nuestras emociones están a “flor de piel”. Este es uno de los principales motivos por el que muchas personas odian la Navidad.

→ ¿Qué hacer?

No te desesperes, piensa que la cena familiar sólo dura unas cuantas horas. No “entres al trapo” ante las provocaciones e indirectas, sólo te va a servir para entablar discusiones que podrían acabar volviéndose en tu contra. Demuestra que tú eres más maduro que la persona que te ataca, trata de sonreír como si no te afectase lo más mínimo, piensa que tal y como indica un refrán popular “no hay mayor desprecio que no hacer aprecio”, tu salud física y mental te lo agradecerá. Si eres tú quien ha iniciado una discusión o molestado a alguien, no dudes en disculparte y pedir perdón.

También es aconsejable evitar conversaciones que sabes que pueden volverse espinosas, temas como el fútbol, la política o la economía pueden acabar en una batalla campal. Lo mismo sucede con juegos que generen mucho afán de competitividad, porque no todo el mundo tiene “buen perder”.

Otro gran problema suele ser el control del mando a distancia en estas fechas en las que nos juntamos mucha gente frente al televisor. Identifica los momentos de conflicto y anticípate a que se produzcan.


# 10.- Consumo excesivo de alcohol

Esta claro que es una época de mucho brindis: quedamos con nuestros compañeros del trabajo, con gente de nuestro antiguo colegio, de la universidad… y en todas estas reuniones el alcohol está muy presente. Además sentimos que las copas nos animan y relajan; y esto puede ser así al principio, pero en exceso se pierden esas primeras sensaciones agradables.

→ ¿Qué hacer?

Nunca debes sentarte a la mesa con tu familia con “copas de más”. Procura controlarte en las celebraciones anticipadas con tus amigos, ya que el consumo de alcohol aumenta la agresividad, lo cual unido a las tensiones propias de las fechas puede producir una combinación peligrosa que actúa como detonante de rencillas familiares.

# 11.- Navidad en pareja: ¿con tu familia o con la mía?

A menudo la Navidad pone a prueba la estabilidad de la pareja a la hora de decidir dónde y cómo pasar las fiestas. Es natural que cada uno se sienta más a gusto con su respectiva familia.

→ ¿Qué hacer?

Establece un programa navideño alterno cada año. Procura ser flexible ya que en casos excepcionales puede que tu pareja necesite acompañar a los suyos en esas fechas tan especiales. Habla con los tuyos si notas que tu pareja se vuelve el centro de las críticas de tus familiares y se siente incómoda, recuérdales que vosotros sois los que decidís vuestra forma de vida. Cuando estéis en casa de tus familiares, procura buscar algún rato para estar a solas con tu pareja; así seguro que se sentirá menos agobiada.

# 12.-  Pérdidas de seres queridos

“El recuerdo, como una vela, brilla más en Navidad”, Charles Dickens. La ausencia de nuestros seres queridos se hace más evidente en estas fechas. Esto se conoce como “síndrome de la silla vacía”. Los recuerdos de las personas que han muerto o que se encuentran lejos inundan nuestra mente y empañan las celebraciones quitándonos las ganas de fiesta. Echamos de menos a esa persona y nuestra mente se llena de recuerdos irrepetibles con ella.

→ ¿Qué hacer?

No debemos focalizar toda nuestra atención en las personas ausentes, es injusto para los que sí que están. Cada celebración está llena de momentos y situaciones nuevas y positivas, etc.

En vez de ponerte triste pensando que el pasado te gustaba más, rememora anécdotas divertidas de esa persona con los demás, seguro que hablarlo con el resto servirá para aliviar tu tristeza y el resto recordará al ausente con alegría. Piensa lo afortunado que has sido por haber tenido a esa persona en tu vida.

# 13.- Sentimiento de soledad

“Este es el mensaje de Navidad: nunca estamos solos”, Taylor Caldwell. Si estas lejos de casa en otra ciudad ya sea viviendo o trabajando y no puedes volver en estas fechas, seguro que te sentirás apenado e incluso solo.

→ ¿Qué hacer?

Trata de aprovechar las posibilidades que de la ciudad donde te encuentras. La situación no va a cambiar y pensar en negativo sólo te deprimirá. Además, relativiza la situación, no debes sentirte desgraciado por no poder compartir unos días con tu familia o amigos. Que ellos te quieren es un hecho; únicamente por circunstancias no habéis podido coincidir esta vez, pero eso no significa que tú estés solo o que no les importes.

Si tú no te encuentras solo pero tienes algún familiar, amigo, vecino o conocido que se encuentre aislado en Navidad, aprovecha a visitarlo o a invitarlo con los tuyos.

# 14.- Navidad con niños todo el día

Los más pequeños son sin duda los reyes de la casa en estas fechas y los que más disfrutan del ambiente navideño. Tienen muchos días de vacaciones y esperan con ilusión todos los juguetes que les van a traer Papá Noel y los Reyes Magos. Para ellos todo es pura magia: los árboles llenos de adornos, las luces, las calles rebosantes de gente y la mesa llena de montones de dulces. Pero, ¿cómo lo vivimos los padres?

→ ¿Qué hacer?

Procura no perder el norte con los regalos. Hoy en día los niños tienen muchísimos juguetes y a menudo muchos padres quedan frustrados por no poder cubrir las expectativas de sus hijos o no poder regalar lo mismo que reciben otros niños de su clase. No te compares y recuerda que cada casa tiene su propio nivel económico.

En la otra cara de la moneda, están los padres que se sorprenden con el escaso interés que despiertan los caros regalos en sus hijos. “¡Se ponen a jugar con las cajas de cartón!”, exclaman con estupor sin poder creerlo. Y es que los niños nos sorprenden. Apenas puedo recordar los regalos que recibía de niña, pero siempre recordaré cómo mi padre nos llevaba una tarde de Navidad a mi hermano y a mí a montar en las atracciones navideñas o cómo íbamos la familia entera a ver la cabalgata de Navidad. En realidad, cuando eres un niño, se necesita muy poco para ser feliz. De hecho, ninguno cambiaría nunca a sus padres por el mejor de los regalos materiales.

DOLORES VELÁZQUEZ
Psicoterapeuta


FUENTE: http://www.cuidatusaludemocional.com/2015/12/odio-la-navidad.html
http://www.adoos.com.uy/post/17041332/psicologo

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