CONSEJOS PARA EL MANEJO Y CONTROL DE LA IRA

El sentimiento de ira es difícil de controlar sin las herramientas adecuadas. Muchas veces, lo que hacemos cuando estamos enfadados nos afecta mucho y tomamos decisiones de las que luego nos arrepentimos. No debemos olvidar que la ira es una emoción negativa pero necesaria, ya que nos moviliza para defendernos o luchar en situaciones que nos parecen injustas o que entendemos que no las merecemos.
La Ira, no está asociada a ninguna enfermedad concreta, pero si aparece como indicador relevante en los trastornos afectivos y de la personalidad.Las implicaciones que la alta respuesta de ira tiene, por ejemplo, para la salud han sido identificadas en un amplio número de problemas orgánicos, y de forma más relevante en los trastornos cardiovasculares, pero también acarrea otras enfermedades como ulceras, cáncer, enfermedades de dolor crónico (reuma).
Está demostrado que las técnicas de manejo o control de la ira  ayudan a cambiar la forma en que expresamos nuestra ira o rabia. Mientras un enfado periódico puede ser hasta sano para dejar salir emociones negativas, cuando el enfado se convierte en la principal forma en que expresamos nuestras discrepancias con la forma de actuar o pensar de terceros, puede ser hasta peligroso. Tanto para las relaciones humanas como para la siraalud, pues un estado de irritación constante influye negativamente sobre la tensión y el estado de salud general de una persona.
Algunas de las formas que podemos usar para combatir la ira pueden ser:
Tomarse un “tiempo”: aunque pueda parecer un cliché, contar hasta diez antes de reaccionar realmente puede calmar nuestro temperamento, sobre todo si es una persona compulsiva que suele hablar (o gritar) antes de pensar
Poner un poco de distancia de por medio: es aconsejable tomarse un descanso de la persona con la que estamos enfadados hasta que nuestras frustraciones se disipen un poco. Esto también nos permite planificar mejor cómo abarcar el asunto que nos preocupa o que nos ha causado un disgusto
Expresar de forma clara el motivo de nuestro enfado: es saludable expresar la frustración sin confrontación. No por gritar mas fuerte vayamos a convencer a nadie que tengamos razón. Una argumentación inteligente y honesta suele ser mucho mas eficaz que un enfado monumental. Se convence mucho mas si se identifican problemas y se plantean soluciones.
Hacer algo de ejercicio: la actividad física puede ofrecer una salida a las emociones, especialmente si estamos a punto de estallar. Salir a caminar o a correr, nadar, levantar pesas o simplemente subir y bajar las escaleras varias veces permitirá sacar la adrenalina de la ira sin confrontaciones
Pensar bien las cosas antes de decir nada: de lo contrario, es muy probable que digamos algo de lo que nos arrepentiremos después. Puede ser muy útil escribir lo que queremos decir para ceñirnos al tema o problema actual.
Identificar soluciones para la situación: en lugar de centrarnos en lo que nos hizo estallar, trabajar conjuntamente con la persona que nos enfureció para resolver el asunto en cuestión. Esto quiere decir que también debe estar dispuesto a escuchar la versión de la otra persona. No se puede llegar a acuerdos o soluciones sin antes comprender (no compartir) el argumento del otro
Hablar en primera persona al describir el problema: esto nos ayudará a evitar criticar o culpar a la otra persona, algo que podría hacer que se enfadara más o sintiera resentimiento, aumentando la tensión. Hay que evitar que la otra persona se sienta acusada o criticada para que no se ponga automáticamente a la defensiva. Podemos decir, por ejemplo: “Me siento mal porque he tenido que hacer todas las tareas domésticas esta semana” en vez de “Deberías haberme ayudado” o “Eres un vago y no ayudas nada”.
Utilizar el humor para liberar tensiones: reírse puede ayudar a disipar la tensión. No obstante, no utilizar el sarcasmo; solo logrará herir los sentimientos de la otra persona y empeorar las cosas. Si una risa le parece imposible, intentar al menos una sonrisa.
Practicar técnicas de relajación: aprender habilidades de relajación y desestrés también puede ayudarnos a controlar nuestro genio cuando aparezca. Practicar ejercicios de respiración profunda, visualizar una escena relajante o repetir una palabra o frase para calmarnos, como “Tranquilo”. Otras formas demostradas para aliviar la ira son escuchar música relajante
FUENTE:https://veracelada.wordpress.com/2015/08/11/consejos-para-el-manejo-y-control-de-la-ira/
http://www.adoos.com.uy/post/17041332/psicologo

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