DIEZ CONSEJOS ÚTILES PARA COMBATIR LA PROCRASTINACIÓN Lo que puedes hacer hoy

La procrastinación es un problema cada vez más común. Compartimos diez consejos para combatirlo, y no vale dejarlos para después.




Todos en algún momento dejamos de lado tareas más o menos importantes, aplazándolas para consagrarnos a actividades banales, como navegar en las redes sociales.

En los tiempos de hoy, el mundo cibernético ha dado más armas que nunca al "homo ludens", de manera que cada vez es más fácil encontrar en qué distraerse y matar un tiempo que necesitábamos vivo.

De hecho, si estás leyendo estas palabras desde tu celular, es posible que solamente en ese aparato ya cuentes con una media docena de elementos -Facebook, Twitter, Candy Crush y otros chiches- que te faciliten la distracción.

En realidad, divertirse un rato no está nada de malo, pero cuando la conducta de aplazar nuestras obligaciones para divertirnos es una constante, estamos ante la procastrinación.

Según investigación realizada por el psicólogo Joseph Ferrari, de la Universidad DePaul (EEUU) el 20% de los humanos hacemos eso de manera crónica.

"Ese tipo de comportamiento no tiene nada que ver con la dificultad de gestionar el propio tiempo o con falta de motivación, sino con ausencia de regulación en uno mismo", asegura Ferrari.

Dicho en corto y por derecho, los procastinadores crónicos no logran autodisciplinarse.

Janet Polivy, investigadora de la Universidad de Toronto, Canadá, constató que la excusa número uno de esta personas para su falta de productividad, era la ausencia de inspiración.

Y además, añade una maña noticia: tu cerebro no va a encarrilarse por más si solamente esperas a tener la suficiente fuerza de voluntad.

La mejor manera de llevar a cabo un gran proyecto es, por obvio que parezca, comenzar.

Diversos estudios psicológicos sugieren que podemos aprovechar para eso el llamado "Efecto Zeigarnik", que sugiere que nuestro cerebro se ve impelido a terminar las cosas que ya comenzamos, porque las tareas dejadas por la mitad nos incomodan.

Para el profesor Kentaro Fujita, de la Universidad de Ohio, EEUU, la clave del problema es dividir los proyectos vastos o complejos en tareas menores, para que nuestra mente esté siempre sedienta de terminar algo.

Fujita sostiene que es también muy importante llevar registro de todo lo que hacemos, para tener una noción real de cuánto tiempo dedicamos a las tareas.

"Esta regulación nos permite mirarnos a nosotros mismos y verificar si nos estamos esforzando para alcanzar un objetivo, o simplemente resolviendo problemas del presente de forma automática", explica.

Otra manera de aprovechar la capacidad máxima de nuestro cerebro es cronometrar las actividades del día a día y trabajar de manera enfocada por periodos cortos.

Peretz Lavie, del Instituto de Tecnología de Israel, estudió el comportamiento de los más grandes violinistas del mundo y demostró que se desempeñaban mejor cuando alternaban pausas de quince minutos en sesiones de práctica de noventa.

Además, estos violinistas jamás trabajaban más de que cuatro horas y media al día, de manera que conseguían mantenerse enfocados en lo que estaban haciendo, con niveles altos de energía.

Otro de los grandes problemas de hoy y que favorecen la procastinación, es la multitarea.

Hacer más de una cosa a al mismo tiempo, algo tan valorado por los empleadores, puede ser en verdad un gran enemigo de la productividad.

Esa es la conclusión a la que llegó la investigadora Zheng Wang, también de la Universidad de Ohio, y especialista en los procesos cognitivos del cerebro.

En un artículo sobre el mito del "multitasking", ella relata que los estudiantes suelen demorar hasta 21% más en leer un texto cuando están conectados a aplicaciones de comunicación en tiempo real.

Además de eso, "las personas acostumbradas a trabajar siempre en modo multitarea son más propensas a distraerse con futilidades, y, por increíble que parezca, tienen peor desempeño al alternar una actividad con otra.

¿Por qué entonces nos sentimos tan bien al realizar dos tareas a la vez?

"Probablemente porque hacemos al mismo tiempo algo tedioso, como las tareas domiciliarias, y algo divertido, como ver TV", explica Wang. Así, una actividad compensa la otra.

"Esa conducta nos satisface emocionalmente, pero nos impide producir más y mejor".
Con toda esa información a la vista, el periodista Marco Zanni elaboró una lista de diez consejos básicos para superar la procastinación, lista que fue publicada por el periódico paulista Folha.
1: Haz una lista de las tareas para mañana.
Tendemos a confiar en nuestra memoria y disciplina, pero fallamos si no tenemos un método para organizar el trabajo, revela una investigación de la Kellogg School of Managemente, EEUU
2: La fuerza de voluntad es clave
A la primera dificultad, nuestro cerbro quizá intente abandonar el barco, y es por eso que tendemos a huir de los grandes proyectos. Establezca metas a corto plazo.
3: Divide el tiempo y mantente enfocado.
Permanecer sentado en el escritorio horas y horas es menos productivo que trabajar noventa minutos enfocado y luego descansar.
4: Dile no al perfeccionismo
Los perfeccionistas tienden a no pasar nada del papel a los hechos hasta que no está exactamente como pretenden, y sienten frustración a cada paso.
5: Registra tus actividades
Anotar en un papel lo que hicimos en las últimas horas nos ayuda a ser más realistas sobre nuestra productividad.
6: Basta con empezar
Siempre queremos terminar las tareas. La Universidad de Yale desafió a un grupo a armar un rompecabezas, pero les dio poco tiempo. El 90% continuó hasta terminarlo, incluso luego de vencido el plazo.
7: Define un plazo
Un estudio de la Universidad de Duke, EEUU, comprobó que el cerebro trabaja mejor cuando pesa sobre él la presión de una fecha límite para entregar el trabajo
8: Sólo se trata de esforzarse un poco
El economista italiano Vilfredo Pareto estableció en 1906 una relación usada hasta hoy: el 80% de las actividades exitosas dependen sólo del 20% del esfuerzo.
9: No huyas de los proyectos grandes
Cuando tenemos algo importante que hacer en el trabajo, es común que nos volquemos a actividades banales para aliviar la presión. Procura engañar al cerebro con metas menores dentro del objetivo mayor
10: Sé optimista
Quejarse todo el tiempo puede disminuir la capacidad del hipocampo, parte del cerebro responsable de la resolución de problemas y asociada a la iniciativa, revela una investigación de la Universidad de Stanford.

FUENTE: http://www.montevideo.com.uy/auc.aspx?262268


http://www.adoos.com.uy/post/17041332/psicologo

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