¿Quién es responsable de que tu equipo no esté comprometido?

El compromiso de los miembros de una empresa es lo que determina que se convierta en la mejor versión de sí misma.

ArtÍculo publicado originalmente en la revista de actualidad económica cateconomica.com
¿Sientes que tu equipo no tiene el nivel de compromiso que te gustaría? ¿Los niveles de calidad de su trabajo son bajos? ¿Cumplen su horario de forma radicalmente estricta, sin conceder tiempo extra? ¿No muestran implicación? ¿No puedes contar con ellos cuando más los necesitas? ¿Es legítima esa actitud? ¿Es justa para ti? ¿Y para la empresa? ¿Cuánta responsabilidad tienes sobre todo esto?
Vamos por partes. Que tienes responsabilidad, es evidente. La clave está en qué y en cuánta. La falta de compromiso está estrechamente vinculada a la motivación, aunque es mucho más que esta última. El compromiso de los miembros de una empresa es lo que determina que se convierta en la mejor versión de sí misma. Motivación es aquello que cada mañana minimiza el impacto negativo del odioso sonido del despertador porque tu trabajo te gusta, entendido en sentido amplio –funciones e interacciones con el entorno–. Compromiso es sentir los colores de tu empresa, defenderla, sentirla como una segunda familia, trabajar con alta autoexigencia de calidad para que los clientes y los accionistas quieran continuar comprando e invirtiendo en ella.
Está claro que solo se va a comprometer quien esté predispuesto a hacerlo. Por tanto, no te sientas responsable del compromiso de aquéllos que no tengan esa predisposición. Para muchos directivos y mandos intermedios ésta ha sido y sigue siendo la mayor de las frustraciones: no conseguir que ‘los de actitud negativa’ se comprometan. Pues bórrala de tu lista de obligaciones: no tienes ninguna responsabilidad sobre la falta de compromiso de ese colectivo. De casa se viene con la predisposición puesta. Quizá te preguntes: ‘¿Y si soy yo el causante de la falta de predisposición al compromiso de mis colaboradores?’. No, no lo eres, quítatelo de la cabeza. Tú podrías ser responsable de que algunos miembros de tu equipo hayan perdido su motivación. Pero por ‘actitud negativa’ se entiende algo mucho peor: aquellos profesionales (¿?) que buscan la destrucción, no la construcción. Los conocerás enseguida porque, hagas tú lo que hagas y digas lo que digas, siempre buscarán la manera de autojustificar sus malas conductas y deficientes praxis.
De lo que sí eres responsable es de la contaminación que ese grupúsculo pueda ejercer sobre el resto de tu equipo. Construir cuesta mucho. Destruir es muy sencillo. Por tanto, ojo avizor y toma las medidas que estimes oportunas.
Liberado de ese peso, ahora centrémonos en la gestión que realizas sobre aquellos colaboradores que vienen de casa con la actitud positiva, permeables a la motivación y con ganas de comprometerse. Los identificarás muy fácilmente: son el resto. Y por tu bien espero que también sean la mayoría...
¿Es un signo de falta de compromiso cumplir a rajatabla con el horario laboral, sin extender el tiempo en la empresa? Depende. Conciliar –o, como a mí me gusta más, ‘integrar’– el tiempo personal y el profesional, es una necesidad por salud mental. Pero si ante imprevistos y situaciones no controlables se prioriza de forma habitual la parte personal, eso sí es falta de compromiso. Ahora bien, si esos imprevistos son recurrentes, entonces tú tienes una responsabilidad como responsable para ponerles solución. Si tus colaboradores deben extender su jornada laboral por sistema, es tu obligación averiguar el porqué. Para que se sientan comprometidos deben percibir que les importas, que te preocupas por ellos y que pones soluciones.
¿Es un signo de falta de compromiso realizar el trabajo con calidad insuficiente? Sí. Trabajar bien debe salir de dentro de cada persona. Ahora bien, es tu responsabilidad como directivo/mando intermedio establecer los estándares de calidad exigibles, asegurarte que se han comprendido, y reorientar a quien no lo cumpla. Si dejas de hacer cualquiera de estas cosas estarás transmitiendo el mensaje de que la mediocridad es aceptada. Y para aquellos que desean comprometerse será un jarro de agua fría. El compromiso no tolera la mediocridad. Se marcharán o se quedarán convertidos en zombies profesionales.
¿Es un signo de falta de compromiso el no expresar opinión? Depende. Hay personas más y menos participativas. Mira a tu alrededor y pregúntate: ¿Antes exponían sus puntos de vista y ahora callan? ¿O quizá siempre callaron? ¿Fomentas la participación? ¿Tienes en cuenta sus opiniones y les consultas? Tener en cuenta sus puntos de vista no quiere decir gestionar asambleariamente, sino hacerles sentir útiles y comprendidos, aunque después tomes una decisión en sentido distinto. ¿Hablas siempre el primero, posicionándote sobre cada tema? No lo hagas, déjales hablar primero o les inhibirás. Es probable que no quieran contradecirte porque eres el jefe. Posiciónate, pero siempre tras haber escuchado sus opiniones para no condicionarles ni cohibirles. Recuerda que si tomas todas las decisiones sin escuchar, pensarás que tu equipo es un desastre; pero el desastre eres tú... y después no te quejes de que no obtienes compromiso.
El compromiso es hijo de la Autoridad del líder. El Poder ya lo tienes, te lo da tu empresa y tu posición en ella. La Autoridad te la tienes que ganar, estando delante de tu equipo arrastrando el carro. Digo ‘delante’, no ‘encima’. No es tan difícil, ¿verdad? Te puedes equivocar en tus decisiones y te lo perdonarán. Lo que nunca harán es perdonarte la dejación de tus responsabilidades como jefe.
Por Daniel Sánchez Reina, autor de 'El dilema del directivo' (LID Editorial), nominado a mejor libro de empresa 2014.
FUENTE:https://www.linkedin.com/pulse/qui%C3%A9n-es-responsable-de-que-tu-equipo-est%C3%A9-sanchez-reina-lion-?trk=pulse-det-nav_art
http://www.adoos.com.uy/post/17041332/psicologo

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