¿Por qué mis relaciones de pareja son conflictivas? Una mirada psicoanalista

Por Joaquín Jesús Heredia
Desde la infancia se aprende y en la vida adulta se busca, inconscientemente, un estereotipo de pareja similar a los padres para tratar de reparar huecos  emocionales de la infancia.
No es raro escuchar sobre relaciones conflictivas de parejas, o mejor conocidas como relaciones tóxicas, y más aún cuando uno se encuentra en el medio psicológico.
relaciones de pareja_2
Al acudir con un especialista para tratar problemas de pareja, muchas personas no saben porque se enamoraron de determinada persona, limitándose a responder que sintieron una atracción inexplicable, convirtiéndola en la “persona equivocada”, es decir una relación con matiz de conflicto y mucho dolor, la cual conlleva al rompimiento definitivo. Ahora bien, al terminar una relación conflictiva suele suceder que se inicia otra relación con las mismas características, suscitándose un patrón repetitivo.
Por lo cual surge la pregunta obligatoria ¿A qué se deberá la tendencia de este tipo de patrón conductual?
En este sentido tal vez sonemos freudianos, pero en realidad como lo menciona Mabel IAM (2008):
“Las personas tienden a relacionarse con sus parejas en la edad adulta de modos similares a como aprendieron a relacionarse con sus padres durante su infancia. Si las relaciones con sus padres fueron sanas, equilibradas y satisfactorias, tenderán a buscar parejas similares a sus padres en su modo de relacionarse, con quienes podrán mantener relaciones igualmente satisfactorias, lo cual resulta positivo.
En cambio, cuando las relaciones con los padres fueron insatisfactorias y conflictivas, sigue existiendo la misma tendencia a repetir patrones en futuras relaciones. Eso es debido a que en la relación con los padres se crearon una serie de miedos y necesidades insatisfechas que dejaron lo que podemos llamar “asignaturas pendientes”, temas no resueltos que la persona se ve inconscientemente empujada a revivir en sus relaciones de pareja como un modo de superarlo. Es decir, es como si esta persona buscara una segunda oportunidad para que al fin salieran las cosas de otro modo. Así, eligen inconscientemente parejas con quienes van a vivir situaciones similares a las vividas en su infancia”.  (Mabel, 2008: pp. 37-38).
relaciones de pareja 3
Para entenderlo mejor, planteamos un caso hipotético: Perla tuvo una infancia de rechazo y falta de cariño de sus padres, buscará una pareja que sea diferente a ella, que sea cariñosa y le muestre aceptación. Entonces, conoce a Pedro, en un principio su relación va bien, pero después, por alguna razón, él se muestra distante. Perla, por su infancia vivida, se sentirá rechazada y desarrollará una conducta dependiente, asfixiando a su pareja, quien sólo busca un espacio a solas por determinado momento.
Considérese que, probablemente, Pedro padeció en su infancia a una madre asfixiante y entrometida, por ello tiene miedo a este tipo de conducta. En esta fase se producen conductas que pueden llevar al rompimiento porque Perla persiste en su actitud, y por consiguiente, Pedro se aleja cada vez más al recordar a su madre.
De este modo, los miedos y reacciones mutuos provocan una recreación de la relación con sus padres: Perla se sintió atraída por alguien que parecía diferente a sus padres; indudablemente Pedro tenía algo que le recordaba a ellos, posiblemente una cierta tendencia al distanciamiento, que en un principio no fue problema. Inconscientemente quería revivir el pasado para mejorarlo, y en este intento despertó el miedo hacia Pedro, pasándolo de cariñoso y atento a algo semejante a sus padres. Por su parte, Pedro volvió hacia Perla sus miedos, debido a su actitud asfixiante. En este punto, ambos se encuentran decepcionados, engañados. Son muy diferentes de cómo creyeron al principio.
En realidad, su relación sana se deformó por conductas inadecuadas aprendidas en la niñez. Para salir de este círculo, ambos deben superar sus miedos y aprender a conocerse. Por ejemplo, Perla no debe aterrarse por la idea de abandono, y aceptar que Pedro necesita su espacio, sin que esto le signifique rechazo. Pedro debe aprender que la conducta de Perla muestra que necesita saber que no pasa nada, que todo está bien, mostrándole cariño y conociendo más sobre su infancia.
Es primordial conocer los miedos y patrones de infancia entre la pareja a fin de romper el círculo de la repetición y avanzar en la relación.
Mabel IAM (2008) plantea una serie de preguntas que ayudarán a analizar los patrones de miedo para mejorar la relación entre los demás:
  1. ¿Cómo fue la relación con tu madre en la infancia?
  2. ¿Cómo fue la relación con tu padre en la infancia?
  3. ¿Cómo han sido el resto de tus relaciones y cómo se asemejan con las de tus padres?
  4. ¿Qué conflictos y problemas tiendes a vivir con tu pareja?
  5. ¿Existe algún conflicto o patrón que hayas repetido en varias o todas tus relaciones de pareja?
  6. De acuerdo con tus respuestas, ¿Qué necesitas aprender y hacer para superar tus miedos de relacionarte?
Bibliografía:
Iam. M. (2008). Te amo… ¿para siempre? I love you. Atria Books. E.U. Ver. Es. ISBN 9781416539995.
FUENTE: http://inte360.mx/?p=468
http://www.adoos.com.uy/post/17041332/psicologo

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Qué es el fotolenguaje?

FODA Matemático: Cómo funciona , paso a paso

La diferencia entre adular y alabar