La humanidad de principios del siglo XXI, en tres planos: espiritual, económico y afectivo
En el plano espiritual la humanidad se
preocupa más por lo material, carece de substancia solo es apariencia, carencia
de valores, carencia de creencias firmes, para el no existe ni el bien ni el
mal, todo está permitido, por que se basa al enfoque con que se percibe la
realidad. No acepta que haya una verdad absoluta; falta de
principios y carácter: un hombre sin pecho. No posee un proyecto de vida, ni un
ideal, no sabe a dónde va y que es lo que quiere, personas sin convicciones, ni
creencias religiosas, seres cómodos y mediocre que no busca la
superación.
En el plano económico
vemos una humanidad consumista. Una persona que no ahorra y ni prevee
para el futuro. Se vive en un mundo material en donde no existe la
trascendencia. La prioridad es la ambición por el dinero. No les gusta el
trabajo ya que se rigen por hacer siempre el mínimo esfuerzo para cualquier
trabajo. Tiene un pensamiento negativo el cual se dice que si todo va mal, qué
sentido tendría hacer algo por cambiar el mal. No es honesto.
En el plano afectivo,
no se compromete con amigos, ni con hijos, ni con mujeres. Para él lo único que
tiene valor son las cosas que tienen un precio. Es alguien permisivo (no tiene
sus valores bien definidos) no analiza solo permite. No es fiel. Es una persona
hedonista, lo cual es que las personas ponen como prioridad el placer. Pone
como el bien superior al que siempre tiene que aspirar a conseguir. Tendencia
al hedonismo: pasarla bien a costa de lo que sea, arriesgándose incluso a
morir.
Hedonismo: pasarla bien sea como sea
Hedonismo: pasarla bien sea como sea
Consumismo: gasta en cosas innecesarias
Es una persona infiel: No se compromete con nada
Sin convicciones ni creencias religiosas
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