¿Qué es el Trastorno por Déficit de Atención?
Este trastorno se denomina oficialmente Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), aunque en general es conocido por algunos profesionales como TDA ó TDAH.
Los investigadores poseen ahora evidencias suficientes como para definir su posición en cuanto a que tanto el TDA como el TDAH, como nos referiremos a partir de ahora, no es un trastorno específico con diferentes variaciones. Siguiendo dicha evidencia, lo dividiremos en tres subtipos, de acuerdo a las características principales asociadas al mismo: falta de atención, impulsividad e hiperactividad:
Tipo Combinado –síntomas múltiples de falta de atención, impulsividad e hiperactividad.
Tipo con predominio de déficit de atención – M últiples síntomas de falta de atención con poca, si hay, hiperactividad-impulsividad
Tipo con predominio hiperactivo-impulsivo —síntomas múltiples de hiperactividad-impulsividad con poca, si hay, falta de atención.
Estos subtipos se refieren a que algunos niños con TDAH no tienen problema en permanecer quietos en una silla o en seguir comportamientos de inhibición, pero pueden tener problemas de falta de atención y como resultado de ello grandes dificultades en concentrarse en una tarea o actividad determinada. Otros, pueden no tener problemas en prestar la debida atención, pero pierden concentración debido a una hiperactividad-impulsividad predominante sin controlar su impulso y actividad. El más frecuente suele ser el Tipo Combinado. Esos niños tendrán síntomas significativos de las tres características.
¿Cuáles son las señales más evidentes del TDAH?
Las características básicas asociadas al trastorno son la falta de atención, hiperactividad, así como la impulsividad. Los profesionales que diagnostican estos tipos de trastornos utilizan los criterios establecidos por la Asociación Americana de Psiquiatría-1994 cuyos síntomas se relacionan en el DS M -IV ( M anual de Estadística y Diagnóstico para Trastornos M entales).
Déficit de atención
Se describe el TDAH como una atención un tanto precaria y una actitud distraída por parte del niño. Actualmente, la distracción y la falta de atención no se consideran sinónimos. La primera, se refiere a la brevedad en cuanto a la calidad de atención y la facilidad con la que algunos niños pueden perderla. La segunda, es un proceso que consta de diferentes partes: la dirigimos (hacia algo en lo que poner la atención), la seleccionamos (algo que requiere nuestra atención en aquel momento) y la mantenemos (ponemos atención durante el tiempo necesario). También nos resistimos (evitamos cosas que inhiben nuestra atención) y la cambiamos (pasamos nuestra atención a otra cosa, si es preciso).
Cuando nos referimos a alguien como distraído, estamos diciendo que una parte de su proceso de atención se ha interrumpido. Los niños con TDAH es posible que tengan dificultad con una o todas las partes del proceso de atención. Algunos niños pueden tener dificultades en la concentración sobre una tarea (particularmente en labores rutinarias o aburridas), en empezar una tarea e incluso otros pueden perderse en las directrices durante proceso. Un observador cuidadoso puede apreciar dónde se rompe este proceso para un niño en particular.
Los síntomas del déficit de atención relacionados en el DS M -IV son:
Falta de la debida atención a los detalles o caer en errores irreflexivos en las tareas escolares u otras actividades.
Dificultad en mantener la atención en las tareas o en los juegos.
Parecer no escuchar cuando se les habla directamente.
Tener conflicto en seguir las instrucciones dadas y en acabar las tareas escolares, domésticas, etc. (no debidas a oposición o a dificultad en entender las instrucciones).
Mostrar dificultad en organizar tareas y actividades.
Evitar, les disgusta o son reacios a empezar una tarea que requiere cierto esfuerzo mental continuado (como tareas escolares).
Perder a menudo cosas necesarias para realizar sus tareas o actividades (juguetes, lápices, libros o herramientas escolares).
Distraerse con estímulos externos.
Olvidarse a menudo de las actividades diarias.
Hiperactividad
La excesiva actividad es el signo más visible del TDAH. La hiperactividad en preescolar se describe generalmente como el típico niño que está “siempre en movimiento”. Con los años, los niveles de actividad pueden disminuir.
Durante la adolescencia y durante el principio de la edad adulta la hiperactividad puede aparecer como un comportamiento agitado o intranquilo.
Los síntomas de hiperactividad relacionados en el DS M -IV son:
Realizar movimientos continuos de manos o pies o mostrarse inquieto al estar sentados.
Estos niños suelen levantarse de su silla en clase o en otras situaciones en las que se espera que permanezcan sentados.
Se mueven arriba y abajo continuamente y en situaciones inapropiadas (en la adolescencia o en la edad adulta pueden limitarse a experimentar sentimientos subjetivos de intranquilidad).
Tener dificultades en jugar o elegir actividades lúdicas que requieren cierta tranquilidad.
A menudo están “en marcha” o son demasiado dinámicos en su actuación.
Hablar en exceso.
Impulsividad
Cuando la gente piensa en impulsividad, a menudo lo hace como impulsividad cognitiva, que es actuar sin pensar. La impulsividad en los niños con TDAH es algo diferente. Esos niños actúan antes de pensar, debido a que tienen dificultad en esperar o retrasar su gratificación. Les fuerza a hablar fuera de turno, interrumpir a los demás e involucrarse en comportamientos de riesgo. El niño puede cruzar la calle sin mirar o escalar a árboles demasiado altos. Aunque este comportamiento sea de riesgo, el niño realmente no es temerario, sino que tiene gran dificultad en controlar sus impulsos. En ocasiones, son los primeros en sorprenderse al descubrir que se han expuesto a una situación de peligro y no tienen idea de cómo salirse de ella.
Los síntomas de impulsividad relacionados en el DS M -IV son:
Responder antes de haber completado la pregunta.
Interrumpir o entrometerse en las acciones de los demás (en conversaciones o juegos).
Es importante observar que en el DS M -IV, la hiperactividad y la impulsividad no se consideran características separadas ya que la hiperactividad-impulsividad es un patrón procedente de la dificultad en conseguir un comportamiento de control.
Además de los problemas con la falta de atención o hiperactividad-impulsividad, el trastorno se presenta con características asociadas. Dependiendo de la edad del niño y su desarrollo, los padres y profesores pueden apreciar baja tolerancia a la frustración, arranques de temperamento, despotismo, dificultad en seguir las reglas, falta de organización, exclusión social, autoestima pobre, bajo rendimiento académico y auto aspiraciones inadecuadas.
Otras características de diagnóstico esencial de TDAH incluyen:
Los síntomas de falta de atención, hiperactividad o impulsividad deben persistir al menos durante seis meses y ser inconsistentes con los niveles de desarrollo.
Algunos de los síntomas que ocasionan deterioro deben presentarse antes de los 7 años.
Ciertos deterioros partiendo de los síntomas se presentan en dos o más ambientes (en las tareas escolares y en casa).
La evidencia del deterioro significativo clínicamente está presente en el funcionamiento social, académico u ocupacional.
Los síntomas no suceden exclusivamente durante el curso del Trastorno de Desarrollo Global, Esquizofrenia u otros Trastornos Psicóticos y no son mejor explicados por otro trastorno mental (ejemplo: trastorno del carácter, trastorno de ansiedad, trastorno disociativos o trastorno de la personalidad).
¿Es posible que los niños presenten ocasionalmente estos signos?
De vez en cuando, todos los niños son impulsivos, activos y muestran signos de falta de atención. En el trastorno del TDAH estos comportamientos son la regla, no la excepción. Cuando un niño exterioriza estas actuaciones como sintomáticas, incluso si lo hace de forma consistente, no debe llegarse a la conclusión de que tiene el trastorno. Sólo después de haber realizado una evaluación completa, se puede asumir la existencia del mismo y es preciso realizar un control ya que, a largo plazo, puede ser un factor que redunde en posteriores complicaciones.
Tratamientos
El tratamiento conductual para niños con TDAH implica el ajuste del medio ambiente para gestionar con éxito sus interacciones sociales. Estos ajustes incluyen la creación de una mayor estructura, fomentando rutinas y fijando expectativas beneficiosas como pueden ser:
1.- Entrenamiento en habilidades sociales. Esto puede ayudar a un niño a aprender comportamientos que les ayuden a desarrollar y mantener relaciones sociales.
2.- Intervención de un psicólogo infantil que de pautas a padres y familiares, focalizándose en el tratamiento cognitivo conductual y sistémico del niño.
2.- Asesoramiento individual y capacitación para padres. La educación y apoyo para los padres puede ser una parte integral del tratamiento del TDAH .
Las necesidades de cada niño y su historia personal deben ser cuidadosamente consideradas, por lo que el asesoramiento de un terapeuta especializado es lo más indicado.
MITOS
Mitos sobre el Trastorno por Déficit de Atención :
1.- Todos los niños con Déficit de Atención son hiperactivos .
Algunos niños presentan hiperactividad , pero la mayoría no lo son.
2.- Los niños con Déficit de Atención no prestan atención .
Los niños con este trastorno a menudo sí son capaces de concentrarse en las actividades con las que disfrutan. Aunque lo intenten , tienen problemas para mantener el foco cuando la tarea es aburrida o repetitiva .
3.- Los niños con Déficit de Atención optan por ser difíciles y podrían comportarse mejor si se lo propusieran .
Los niños con el trastorno puede esforzarse , pero son incapaces de quedarse quietos , tranquilos o prestar atención. Parecen desobedientes , pero eso no quiere decir que lo hagan a propósito .
4.- En la edad adulta estos niños superarán el trastorno .
No espere a que el niño crezca para seguir un tratamiento correcto ya que, de hacerlo, estará evitando que aprenda a gestionar y minimizar los síntomas .
5.- Los medicamentos son la mejor opción de tratamiento para el Déficit de Atención.
Si bien es cierto que suelen prescribirse a menudo medicamentos adecuados, pueden no ser la mejor opción para el niño. El tratamiento realmente eficaz para el trastorno también incluye la educación , terapia cognitivo conductual , el apoyo en el hogar y la escuela , el ejercicio y una nutrición adecuada .
En síntesis, la observación conjunta de padres y maestros es de gran valor para establecer un buen criterio a la hora de decidirse por una intervención psicoterapéutica. Pero ante todo hay que tomar conciencia de que la consulta con un profesional es la mejor manera de saber con seguridad si estamos ante un trastorno o, simplemente, ante unos niños con mucha energía y motivaciones diferentes a las previstas por los padres.
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