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¿Qué es la morfopsicología?

La Morfopsicología es una ciencia clínica, humana, que estudia de manera muy precisa, el carácter, el modo de conocer y comprender a las personas, sus actitudes y aptitudes por medio de la observación del rostro y los elementos que lo componen. Se basa en un paciente trabajo de observación que de manera sintética cubre tres campos: la biología, la fisiología y la psicología.
Debe recordarse que no hay ningún ser sin cuerpo, que el cuerpo expresa pues nuestra vitalidad, que el cuerpo se acuerda de todo, que retiene las huellas del pasado y a veces las promesas del porvenir… Así las heridas del cuerpo expresan un trabajo de duelo inacabado, una renuncia insegura que permite abordar nuevos proyectos… Sin embargo, como la ostra que en su herida es portadora de una perla, el individuo al conocer sus puntos perfectibles con sus puntos perfectibles es capaz de mejorar su destino. Dicho esto, el cuerpo no es más que un aspecto de la realidad, la Morfopsicología es pues una herramienta rica pero limitada, como todas las herramientas.
El primer mensaje que quisiera transmitirles es que la Morfopsicología fue creada por el Doctor Corman, psiquiatra infantil, y que el lema de la SFM, sociedad que creó para impartir sus enseñanzas, es: “comprender y no juzgar”. Así pues la Morfopsicología es una herramienta de desarrollo personal y no una herramienta de exclusión, no permitirá nunca conocer nuestros secretos más íntimos. Hay que racionalizar nuestros miedos hacia esta disciplina. La Morfopsicología nos permite conocer nuestras motivaciones, situarnos en un nivel superior, en un conflicto, situarnos a un meta-nivel para no tomar la comunicación con el otro de manera superficial.
El segundo mensaje es que el rostro, al contener la casi totalidad de los órganos de los sentidos, tiene un significado y revela el funcionamiento del ser y sus intercambios con el mundo exterior. Cuerpo y espíritu, fisiología y psicología están animadas por la misma fuerza, desde un punto de vista espiritualista podríamos decir que es como si el individuo se precediera a sí mismo, como si la totalidad de la información se encontrara codificada, de manera cuantitativamente igual, en la parte, según la teoría de los fractales. De esta manera, el rostro nos permite descubrir nuestro interior, nuestros talentos, conduciéndonos hacia un excelente comportamiento si tomamos conciencia de ello o hacia repetidos fracasos si los deseos que nos motivan permanecen en el inconsciente. Esta toma de conciencia se ve favorecida por el hecho de que, a lo largo de nuestra vida, las elecciones son repetitivas y están dictadas por nuestra estructura profunda. El destino no es, en efecto, más que la forma que toman nuestros deseos. Además por la biología sabemos que la forma de cualquier ser vivo, es la consecuencia de la información que le anima.
El tercer mensaje se refiere a que la imagen que nos hacemos del otro nos proporciona un mensaje. Experiencias recientes sobre el estrés subrayan el hecho de que delante de un desconocido, nos preparamos para atacar o para huir y que este tipo de reacción está gravada en nuestro cerebro desde tiempos inmemorables. El rostro es un conjunto de huesos, músculos, nervios y piel. Es la puerta de salida de nuestro cerebro y de nuestra interioridad, de nuestras emociones y de nuestros mecanismos de racionalización.
Pero ¿cómo interpretarla, como esta forma, “esta gestalt”, puede tener sentido? Distinguimos cinco grandes conjuntos significativos, cinco partes a las que atribuiremos un significado:
Esquema 1. La descripción del rostro:
El Marco o esqueleto nos informa de la potencia de la persona (de la fuerza en reposo); pero esa potencia puede estar activada o no.
El Tono que es como la gasolina para un motor o la electricidad para un motor eléctrico, nos informa si la fuerza está activada, si hay un exceso de corriente, si está activada (corriente adecuada) o si está desactivada (poca corriente eléctrica).
El Modelado del rostro, nos indica el grado de socialización y adaptación del sujeto, y cual es su actitud ante la vida, intransigencia o adaptación.
Los Sentidos (ojosnariz y boca) nos informan si somos introvertidos o extrovertidos, la capacidad de concentración, de observación, y si malgastamos las fuerzas o las controlamos.
Seguidamente el rostro nos informa, en sus tres zonas, de cómo son nuestros tres cerebros (primitivo-instintivo o reptil, emocional o neo-primitivo y el moderno pensante) y vemos el que domina o si hay grado de armonía entre los tres: en estas tres zonas veremos las competencias o capacidades preponderantes y puntos “perfectibles” o menos desarrollados.
  • La Zona baja (boca, mandíbula y mentón), corresponde metafóricamente, al funcionamiento del sistema nervioso reptil que está unido al centro del encéfalo, el cerebro reptil, vinculado al sistema nervioso endocrino, es el centro de los instintos primordiales.
  • A través de su receptor comunica con el sistema digestivo y reproductivo que están estrechamente unidos. De esta manera, en la zona inferior, localizamos la fuerza de los impulsos, es decir, el anclaje con lo real y la ambición de realizarse.
  • La Zona media está constituida por la masa facial (hueso maxilar superior) pómulos, y por la anchura y profundidad de la nariz. Esta zona, en los mamíferos, corresponde metafóricamente al desarrollo del sistema límbico (alrededor del precedente, el cerebro límbico o inframamaliano, vinculado al sistema vegetativo es el centro de las emociones y afectos). Esta zona comunica a través de sus receptores con el sistema respiratorio y olfativo que condicionan la expresión de las emociones.
  • La Zona superior está formada por la frente que es la parte anterior de la caja craniana. Esta zona nos da información sobre la vida mental.
De esta manera, el rostro es el resumen del cuerpo. Sus tres zonas representan las tres grandes funciones biológicas de digestión, respiración y cerebralización, que, por predominancia, nos orientan, a tres tipos de temperamentos (digestivo, respiratorio y cerebral) y tres formas de inteligencia (concreta, relacional y abstracta).
No obstante, no se trata de correlación sino de simultaneidad de fuerzas y funciones. En resumen, no existe relación simple entre la forma y la función ya que habrá que observar si la dominancia es cualitativa o cuantitativa, dependiendo del modelado y la vivacidad del receptor situado en esta zona, así como de la armonía de las tres zonas.
El morfopsicólogo está capacitado para ver nuestras tendencias y competencias naturales y los puntos perfectibles, siendo una ciencia pluridisciplinar para orientar hacia los estudios y profesiones donde la persona desarrollará al máximo sus capacidades y competencias, en el campo de la orientación profesional; en la mediación de conflictos, como herramienta para la detección y orientación de problemas estructurales de la personalidad, conflictos relacionales padres-hijos, asesoramiento pre-conyugal, problemas y conflictos de pareja; como coach, en la evaluación, configuración y cohesión de equipos de trabajo y competitivos, en la identificación de talentos dentro y fuera de la empresa. Al ser un conocimiento integral de la persona éste, se convierte en una herramienta pluridisciplinar para identificar el consciente e inconsciente de las personas y para orientarlas en este mundo cada vez más complejo. Igualmente para diagnosticar psicopatologías y para avizorar tendencias del individuo y orientarle en lo que debe hacer para erradicar los trastornos que le causan su estructura o cómo mejorarlos.
Hasta ahora, la Morfopsicología había sido cuestionada porque se decía que era poco científica y porque era difícil someterla al método estadístico y es cierto puesto que, como se ha dicho más arriba, no es una ciencia matemática, pero es que lo humano, afortunadamente, no es matemático, es infinito, y por ello se deben conocer las reglas o principios que lo animan, aunque el rostro no es un rasgo o una suma de rasgos, es una composición que interactúa sincrónicamente en cada uno de nosotros con matices diferentes. En el libro El Rostro y la Personalidad 4ª Edición se demuestran las conexiones entre cerebro, rostro y conducta.
Esta concepción negativa que la psicología oficialista y tradicional tiene de la Morfopsicología se debe a que, tanto la medicina occidental como la psicología, se inspiran en el principio filosófico de Descartes, el cual sostiene que cuerpo y alma (cuerpo y mente) son diferentes y la Morfopsicología, está inspirada en la filosofía de Spinoza para quien cuerpo y mente (cuerpo y alma) forman una única realidad.
No es la psicología tradicional, algo acomplejada, la que está confirmando las leyes, fundamentos y estudios empíricos de la Morfopsicología, es la moderna neurociencia y neuroimágen las que están dando unas conclusiones irrefutables de la validez de la Morfopsicología, y ello la hace una herramienta trascendente en el autoconocimiento, diagnóstico y consejo para todo lo relacionado con lo humano, convirtiéndola en un conocimiento aplicado pluridisciplinar.
En tiempos recientes, la gente vivía sin sentir la necesidad de la psicología, se casaba, tenía hijos, y sobre todo, vivía según las convenciones sociales.
La introducción del divorcio en la sociedad actual ha representado un terremoto del cual no hemos valorado los efectos, todas las seguridades interiores se han derrumbado: ahora una pareja permanece unida si lo desea.
En consecuencia, muchas familias se dividen y los hijos crecen en estructuras donde puede faltar el equilibrio. Además, nuestra época tiene otra característica todavía más particular: hace no más de un siglo eran los padres los que elegían la escuela para sus hijos, la profesión, el consorte: el individuo estaba resuelto a ser prisionero del cuerpo.
En el trabajo, con la aparición de las empresas multinacionales y la economía global, el “patrono” tradicional está desapareciendo, con él, desaparece la seguridad, y por lo tanto aparece la inestabilidad y el miedo, ya que perdemos un valor referencial humano con el que podamos establecer una relación de confianza, de admiración o de fidelidad, necesaria para el equilibrio.
Vivimos una revolución radical: una parte de este precio es llegar a un mejor conocimiento de sí mismo. Se trata de una elaboración que considera la toma de conciencia de las propias debilidades a programar, por un lado, y por otro lado, de las fuerzas con las que podemos contar.
Por todos estos motivos, el conocimiento de la psicología es una necesidad fundamental de nuestra época.
No se puede poner en marcha una máquina sin conocer sus mecanismos, por lo cual no podemos seguir una dirección sin entender nuestro funcionamiento.
En este ámbito, la Morfopsicología es una disciplina que permite hacer visible la huella de la “psyche” en el ser y pone el estudio al alcance de todos. Al contrario, la psicología oficial puede resultar, algunas veces, abstracta.
¿Por qué un conocimiento tan trascendental para la humanidad no se ha desarrollado hasta ahora?
¿Porqué siendo un conocimiento trasversal sin igual no ha sido incorporado en el mundo universitario y académico, en el desarrollo psicofísico del niño, en su educación, en su formación, en la superación de trastornos de conducta de los adolescentes y adultos, en la orientación profesional, en la selección, configuración y creación de equipos de trabajo complementarios, en el consejo de pareja y en todo el estudio que la persona sea objeto y sujeto de estudio?
A partir del fracaso de la frenología que pretendía relacionar la psicología de los seres humanos por la forma de las protuberancias craneales, el mundo de la psicología científica, ha considerado que las formas del cuerpo físico no nos podían informar de la psicología del ser, lo cual, evidentemente excluía también las formas del rostro. Se creía desde hace unas cuantas décadas, que las características psicológicas humanas eran casi exclusivamente el resultado de las influencias ambientales. Decir esto equivalía a afirmar que el hecho físico no nos puede informar del hecho psíquico. Esta desvalorización iba en contra de un credo intuitivo público y mayoritario, que nos dice que la cara es el reflejo del alma, entendiendo el alma, como sinónimo de nuestra psyche o si se prefiere, de nuestra conducta.
La aparición de le morfopsicología en el año 1937 junto a la predominancia de lo ambientalista de aquella época, a que el nazismo estaba haciendo mal uso de los conocimientos de la fisonomía y a que el Dr. Córman no tenía ni disponía de los conocimientos de la moderna neurociencia, genética y embriología y por lo tanto, no pudo demostrar científicamente esta concepción dinámica de la morfopsicología, que siempre (sin ningún fundamento) se relaciono con la frenología.
Ahora se sabe que esa creencia científica de la dominancia ambientalista era falsa: la gran mayoría de las características psicológicas cuenta con una contribución genética, en ocasiones a un alto grado; inteligencia, memoria, búsqueda de la novedad y nivel de actividad, la mayoría de enfermedades psiquiátricas e introversión-extroversión, actitudes religiosas, todas, muestran cierto grado de influencia genética.
Las teorias tradicionales del desarrollo sostenían que las influencias genéticas tenían importancia durante la lactancia y la primera infancia, pero que esta relevancia iba disminuyendo de manera importante a medida que el niño maduraba; ahora, las investigaciones muestran que, en el caso de muchos rasgos, los efectos genéticos aumentan a lo largo de la infancia y la adolescencia. Así también, se afirmaba que las influencias ambientales de la conducta (p. ej., nutrición, educación, experiencias), eran compartidas por los miembros de la familia, en lugar de ser experimentadas únicamente por los individuos: ahora se sabe que, al contrario de lo que plantea esta teoría, para muchos rasgos, las influencias ambientales hacen distintos a los miembros de una familia y que nuestra elección, modificación e interpretación de nuestros ambientes se encuentran muy influenciados por nuestra genética.
También sabemos que el fenotipo, es una expresión morfológica del genotipo por las influencias de un determinado ambiente. Los rasgos fenotípicos incluyen tanto rasgos físicos como conductuales. Por lo tanto, si la “forma o estructura” del fenotipo, es el resultado de la interacción genes-ambiente, y “esta forma” nos informa de la psicología del ser humano, indefectiblemente esta forma tiene que tener una representación en la morfología de nuestro cuerpo. Por lo tanto, la estructura morfológica sí que nos informa de nuestra psicología o si se prefiere de nuestra conducta.
Los que relacionaban la morfopsicología (sin conocerla) con el estatismo de la frenología y la fisonomía y la posible mala utilización que hacía la el nazismo ha quedado desdibujado por los estudios de embriología y genética. Hoy nadie piensa que un mundo tan interaccionado y evolucionado va a utilizar sus conocimientos para deshacernos de personas con disminuciones psíquicas o físicas sino todo lo contrario sino para entender y comprender y mejorar un neuro-desarrollo y fisiología de las personas y por lo tanto este aspecto también está superado.
Por lo tanto la morfopsicología es un conocimiento que nos da una información capital para que desde la más tierna infancia podamos comprender y contribuir a un mejor desarrollo psicofísico del niño, a orientarlo en sus estudios y/o profesiones según sus competencias innatas, pero también para ayudar a superar la mayoría de los trastornos psicopatológicos, a sí como para que podamos conocernos, comprendernos, aceptarnos y realizarnos mejor y como consecuencia, para hacer un mundo más sano, justo, más libre y más humano.
El Dr. Gabarre en base a su experiencia empírica e investigación científica y divulgadora, en dirección de empresas, en dirección de personas, en psicopatología, en la educación, estimulación, orientación nutricional y desarrollo psicofisiológico del niño, en la orientación vocacional/profesional y clínica terapéutica con éxitos sin precedentes, ha estudiado la interconexión y desarrollo del cerebro y el rostro desde la embriología, la genética, la neurofisiología y sus significados psicológicos. Está demostrando cómo el rostro es la terminal de nuestra neurofisiología y como consecuencia en él podemos ver la conducta de los seres humanos con una precisión inigualable, con la técnica de análisis científico del rostro que permite determinar  mediante el estudio sistemático  y observación profunda del mismo (al ser el resumen de nuestro cuerpo), la personalidad, conducta e inteligencia, competencias, actitud y aptitud, la mayoría de trastornos psicopatológicos, el pasado emocional y su actualización, fundamentándose en leyes biológicas, fisiológicas y psicológicas, por los principios que establece el Dr. Claude Sigaud, y las leyes biológicas y dinámicas que establece el Doctor Córman de Dilatación-Retracción,  Polaridad del sistema nervioso (Actividad-Receptividad), Equilibrio-Armonía-Inarmonía, Integración o no de las inarmonías, y las antiguas y actuales escuelas biotipológicas.

Julián GabarreTel. 93 487 35 45morfopsicologia@morfopsicologia.es
c/Pau Claris 120 3º 2ª08009 BARCELONA
FUENTE: http://www.morfopsicologia.es/?page_id=7

http://www.adoos.com.uy/post/17041332/psicologo

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