Habilidades blandas.

Una cita utilizada en el mundo de la gestión de personas es la de que “te contratan por tus habilidades duras y te despiden por las blandas”. Yo, esa frase la tornaría al sentido positivo, ya que el que tenga estas habilidades tiene la ocasión de desmarcarse si las utiliza convenientemente.
Las llamadas habilidades duras se relacionan con las condiciones técnicas y profesionales demandados por la empresa: título profesional, formación, requerimientos formales, conocimiento de los procedimientos, capacidad técnica, manejo de herramientas informáticas, idiomas…
Es posible que dos personas, decenas, cientos o miles tengan exactamente esas titulaciones o conocimientos. Hoy en día, (no sé si en un futuro próximo), más o menos todos tenemos la capacidad de estudiar lo que nos propongamos. En la sociedad de la información en la que vivimos tenemos acceso a cualquier conocimiento.
Por tanto, en un mar de curriculums iguales o muy parecidos, ¿Qué distingue al profesional?
Las llamadas habilidades blandas (complementadas con las duras), ya que las empresas requieren profesionales integrales, con la formación y conocimientos que la empresa requiera,  pero con las habilidades sociales que facilite una buena integración en el equipo de trabajo y que otorgue valor día a día. Se identifica con la “inteligencia emocional”
Esta inteligencia emocional nos permite:
  • Tomar conciencia de nuestras emociones.
  • Comprender los sentimientos de los demás.
  • Tolerar las presiones y frustraciones que soportamos en el trabajo.
  • Acentuar nuestra capacidad de trabajar en equipo.
  • Adoptar una actitud empática y social que nos brindara mayores posibilidades de desarrollo personal.
Por lo que estas posibilidades que nos da la inteligencia emocional según Daniel Goleman, nos va dando pistas sobre las cualidades de un profesional con estas habilidades.
Otras habilidades blandas que en condiciones normales otorgarían distinción a nuestro trabajo sería la capacidad de adaptación, tanto a nuevos grupos humanos (en lo que respecta a relaciones interpersonales, respeto a los demás, convivencia, compañerismo, empatía, comunicación efectiva…) como a nuevas “culturas” o formas de hacer en la organización, muy relacionada con el compromiso con ésta.
El saber dialogar, la positividad, la facilidad de comunicarse, la capacidad de liderazgo e innovación y, en definitiva, lo que se representa como profesional es cada vez más valorado, permitiendo una mayor proyección y satisfacción tanto para los demás como para uno mismo.
Tanto las habilidades duras como las blandas se pueden adquirir y desarrollar, si bien la distinción estriba en que a diferencia de las primeras, éstas no se pueden aprender “de un día a otro”, ni estudiando un manual, un curso o un master, sino que en primer lugar dependen de cada persona, de su capacidad de autoanálisis y autocrítica, así como de sus experiencias, y sobre todo de tener voluntad de adquirirlas (el que no las tenga) y de aplicarlas el que sí las posea. Y por su puesto de la capacidad e intención de mejorarlas.
Una buena forma para ello sería aplicar la fuerza de voluntad, el entrenamiento, la puesta en práctica, la asistencia a talleres, el coaching, etc.
Evidentemente según el puesto de trabajo, tendrán mayor importancia algunas habilidades blandas frente a otras, así como en determinados puestos primará absolutamente la habilidad dura sobre la blanda (un programador informático) o viceversa (un comercial).
Carlos Rodríguez

http://www.arhconsultings.com/blog/habilidades-blandas/?goback=%2Egde_1794288_member_5810634217536655362#%21

http://www.adoos.com.uy/post/17041332/psicologo

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Qué es el fotolenguaje?

FODA Matemático: Cómo funciona , paso a paso

La diferencia entre adular y alabar