EL PASO DEL TIEMPO ¿QUE O QUIEN LO MARCA?

Hay un tiempo para crecer en lo pequeño y hay un tiempo para crecer en lo grande. Y hay un tiempo para morir en lo pequeño y un tiempo para morir en lo grande…
El día nace y crece hasta la llegada del mediodía (AM), momento en el que la luz solar llega a su cenit para de-crecer progresivamente hasta la llegada de la medianoche (PM). Lo mismo ocurre en lo que respecta al biorritmo lunar que regula la luminosidad del inconsciente colectivo o luz de las sombras que habitan en la oscuridad de la noche. Y también podemos observar este ciclo de crecer-decrecer en el ciclo anual estacional en el que la luz crece desde el solsticio de invierno hasta la llegada del solsticio de verano y viceversa.
Los equinoccios de primavera y otoño marcan el punto de inflexión en el que la luz que nace en el interior emerge hacia el exterior donde después de transitar durante 6 meses y tras la llegada del otoño se sumerge de nuevo en las profundidades de la tierra.
Para llegar al final del día, del mes, del año y de tu vida con el sentimiento de haber vivido en plenitud es importante tomar conciencia del fluir del tiempo respetando los momentos de transición que nos aporta el elemento tierra, reflejado en los hábitos relacionados con la comida. El reloj biológico que de manera natural regula el fluir del tiempo en las personas es el estómago y, a la par, las relaciones que mantenemos con las personas con las que compartimos mesa son las responsables de ajustar nuestra edad biológica sin importar los «años» que tengamos sino las actitudes compartidas.
Los niños maduran/crecen al calor de sus padres en torno a la mesa familiar en la que se comparten los tiempos/experiencias que cada miembro de la familia aporta. Si las experiencias son positivas, la familia crece de forma conjunta; si, por el contrario, son negativas, el ritmo de maduración de los pequeños disminuye progresivamente. El ambiente familiar que se genera en torno a la mesa es el responsable del balance emocional que cada uno de los miembros de la familia manifiesta, empezando por el eje madre/padre que son los responsables directos de lo que se gesta alrededor de la mesa. A la mesa solo habría que sentarse cuando uno se encuentra en un estado óptimo de humor y es recomendable que los niños no compartan mesa con los adultos hasta que no tienen la pubertad ya que interiorizan con facilidad los estados anímicos de sus mayores.
Cualquier problema relacionado con el tema sabor, comida, apetito, crecimiento, peso, estudios (estudiar es una forma de crecer), etc., hay que buscarlo en torno a la mesa familiar. ¿Comes sol@? ¿Con quién comes diariamente? ¿Comes en familia? ¿Todos los días? ¿Comes en el trabajo? ¿Conoces el protocolo para que el ambiente del comedor laboral no te afecte? ¿Sabes qué relación hay entre hacerse mayor/viejo y las personas con las que creces/comes todos los días? ¿Sabes cuándo es positivo comer en familia y cuándo no? ¿Cómo nos influyen los eventos públicos en los que se nos invita a comer?
Problemas con la comida relacionados con la mesa familiarComer en compañía es toda una declaración de intenciones y cuando accedes a comer junto a otras personas estás «comulgando» con sus ideas y estás escalando tu mapa del mundo con el suyo. La parcela del mundo que se «escala» está en relación al evento-asunto en el que se desenvuelve la comida y, según si te invitan o eres tú el que invita, la regla que se aplica es la suya o la tuya. Asistir a un evento como invitado puede cambiar de un día para otro los parámetros con los que mides-observas el mundo y también es el motivo por el que muchas personas quieren ser invitadas a toda costa por ciertas personas a las que admiran ya que esto les permite posicionarse en una escala diferente/mejor a la suya.
Por ejemplo: si te invitan a un bautizo será tu área de «bautismo» la que se actualiza a los parámetros de la criatura/familia que es bautizada y, en breve, sentirás como una parte tuya renueva su compromiso con la vida aunque de forma inconsciente (que es lo que realmente simboliza el bautismo); de ahí la importancia de no aceptar más que aquellas invitaciones que hagan vibrar tu corazón pues, si asistes por «compromiso», los cambios de parámetros que se aplicarán en tu vida serán vividos en forma de contratiempos.
Si te invitan a una boda, se activarán en tu sentir los votos del matrimonio, si es un cumpleaños el sentimiento de hacerte mayor, y así con cada uno de los eventos a los que te inviten y se celebren con una comida compartida. Si asistes como invitad@ has de saber que son los deseos y necesidades de la persona que celebra el evento los que se activarán en tu mapa emocional y, si en verdad no comulgas con sus ideas, en breve tendrás problemas de identidad personal que se manifestarán en forma de contratiempos en los proyectos que inicies o en los que ya tienes en curso.
Celebrar eventos en torno a una mesa es lo que garantiza/fija nuestro lugar (tiempo/espacio) en el panorama público-social lo que significa que «el paso del tiempo» no va a depender en exclusiva de ti y de lo que hagas sino de con quién y cómo lo celebras.
Con las únicas personas que no hay problema en celebrar comidas familiares, una vez que eres «mayor», es con tus padres o con tu pareja y siempre que el ambiente en torno a la mesa sea respetuoso y no haya conflictos emocionales por resolver.
Si observas este tipo de celebraciones públicas, en ellas se da un repaso al fluir o paso del tiempo: ¡te veo bien! o, ¡qué mayor que estás!, ya que al hacernos presentes en una celebración socio-familiar estas personas se convierten en tus archivos del tiempo evolutivo y conforme ellos se van haciendo mayores tú te haces mayor con ellos. (Y esto sin contar el «repaso» que suele hacerse por detrás en forma de crítica sobre aquellas personas que no se caen bien…).
Los hijos, cuando se hacen mayores y se emparejan, no tienen la necesidad/obligación de comer con sus padres en el día a día; si los padres insisten en mantener los vínculos familiares en el formato infantil, una vez que sus hijos se emparejan, es porque siempre ha sido así y porque las personas inconscientes necesitan fijar sus vidas en otras personas y los hijos son los ficheros más accesibles debido a los lazos emocionales creados en la infancia; lazos que se mantienen de por vida al no resolverse en forma consciente y son los que al fallecer los progenitores necesitan de un periodo de duelo extremadamente largo/doloroso.
Cuando los lazos familiares se resuelven en vida, la muerte no supone una pérdida dolorosa y es vivida como un proceso triste pero natural.
La única relación personal que nos mantiene jóvenes de por vida, siempre que la mantengamos viva y libre de sombras, es la relación de pareja ya que es la única que, de manera natural, está ligada a la calidad de los espacios compartidos y no a la cantidad de tiempo compartido.
Solo el amor (los hechos positivos compartidos) puede mantener viva una relación de pareja, año tras año, pero lo que mantiene viva la relación  entre padres, hijos, hermanos o amigos es la cantidad de tiempo compartido aunque éste no haya sido de calidad ya que la sombra y los conflictos no resueltos unen con tanta fuerza como el amor, aunque este tipo de lazos no nos hacen sentir libres y el amor sí.
Es por esta razón que, para liberar el tiempo compartido mientras crecimos sobre todo si éste fue negativo, es necesario recuperar cada uno de los episodios vividos en el espacio familiar y verlos a la luz del presente. Son las relaciones familiares las que nos hacen «mayores» y si nos descuidamos «viejos». Renovar los vínculos familiares en forma consciente es el secreto de la eterna juventud.
En cuanto te hagas «mayor» deja de considerar a tus padres como «padres» y EMPIEZA a verlos y tratarlos como personas. El vínculo paterno te liga a su experiencia del tiempo que por fuerza será mayor que la tuya y, por tanto, te hace interiormente más grande/pesado. Trátalos con respeto pero con cierta distancia eliminando todo vínculo de carácter emocional ligado a tu infancia.

Ejercicio para eliminar vínculos emocionales: Recuperación de ficheros compartidos

Positivo y negativo de las cosas
Haz una lista de todas las actitudes positivas y negativas que ves en tus padres y haz tuyas estas características. Las positivas (porque suman), son tu herencia activa la que estás disfrutando en estos momentos y las negativas (porque restan),  son la sombra que todavía tienes que neutralizar. Haz esta lista a la llegada de cada nuevo año y repítela todos los años hasta que seas capaz de no ver nada negativo en tus padres. Esto significa que ya no estás supeditado a su campo emocional y eres completamente adulto.También puedes aplicar este ejercicio para eliminar vínculos emocionales con hermanos, amigos y ex parejas.
Mientras tengas disgustos o conflictos con tus padres serás presa de las emociones familiares y tu reloj biológico estará sujeto al relevo generacional. El relevo generacional es lo que hace que a partir de cierta edad, el peso de los años se nos eche encima al tener que asumir la sombra no resuelta de nuestros padres. Esto es como si tuviéramos que ocupar su lugar en el árbol genealógico emocional lo que nos lleva automáticamente al pasado y a lo que vulgarmente se conoce como vejez.
Vivir en forma consciente es vivir en el presente, es romper la vinculación vertical generacional que liga a los padres e hijos desde tiempos inmemoriales y empezar a vivir vinculados horizontalmente en base a la propia identidad que se refleja En el amor de pareja y por extensión a los demás, sin necesidad de estar vinculados emocional/familiarmente.
Artículo recomendado:
Liberando la sombra


Leer más: http://www.saludterapia.com/articulos/articulos-de-interes/el-paso-del-tiempo-que-o-quien-lo-marca.html#ixzz2KXB2bjD4

http://www.adoos.com.uy/post/17041332/psicologo

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