El secreto de los Reyes Magos
El Doctor en Psicología de la Facultad de Medicina de la Universidad CEU San Pablo, especializado en el trabajo con niños, Amable Cima, asegura que el momento más idóneo para desvelar el secreto de Oriente al niño es cuando este es maduro para entenderlo y puedan entender las tradiciones culturales y religiosas en las que está inmerso.
El secreto de los Reyes Magos
Hacerlo lejos de las fechas navideñas, y cuando el niño es maduro para entenderlo, claves esenciales.
Amable Cima es Doctor en Psicología y especialista en trabajo con niños. En la Facultad de Medicina de la Universidad CEU San Pablo, imparte clases de Psicología Clínica Infantil, entre otras asignaturas. Según este psicólogo “hay que entablar una conversación en cualquier otra época del año, enfocada a las tradiciones culturales y religiosas”, y añade además que “para los niños que creen ciegamente en los Reyes Magos, esto supone un mal trago. Pueden interpretarlo incluso como que sus padres le han mentido. Es ahí cuando los padres deben explicar que no es una mentira, ni un engaño, sino una forma de hacer que los niños tengan ilusión”.
“Es importante que los padres trasmitan al niño que -aunque los Reyes Magos como tales no existen- existen todos los días del año, y que, incluso los adultos siguen creyendo en ellos: la bondad, el respeto al otro y todos los aspectos de lo que hoy se conoce como Inteligencia Emocional forman parte de lo que es creer en los Reyes Magos”.
Los padres, víctimas de la ‘Hipertrofia Juguetera’
Ese creer en los Reyes Magos, ese actuar teniendo en cuenta los sentimientos de los demás, produciría un cambio social enorme si se pusiera más veces en práctica, recuerda el profesor Amable Cima, que aboga además por una ‘carta a los Reyes’ más responsable: “hoy en día existe el síndrome de la ‘Hipertrofia Juguetera’, porque los padres piensan que si no le hacen a su hijo los mejores regalos, es como una frustración para el niño, que se va a sentir menos que sus compañeros en el colegio”.
Esto da lugar a una guerra encarnizada entre padres por ver quién es el que da el mejor juguete a su hijo, lo que conlleva a una situación de angustia por las fechas navideñas. “El juguete del niño no tiene que ser caro, tiene que ser seguro y adecuado a su desarrollo físico y emocional. Lo contrario, es meter a los niños en la rueda del consumismo”, subraya Cima, que alerta de la importancia de que los padres aconsejen y colaboren en la redacción de la Carta a los Reyes.
Y es que, si los padres enseñan a los niños a ser coherentes, a saber que no todas las cosas se pueden tener -aunque se pidan a los Reyes Magos- lo que están haciendo es educarles en un espíritu serio respecto al consumismo. Esos niños serán luego adultos responsables con el consumo de energía, el cuidado del Medio Ambiente, el gasto… en definitiva, personas que formen una sociedad más responsable y exigente.
“Es importante que los padres trasmitan al niño que -aunque los Reyes Magos como tales no existen- existen todos los días del año, y que, incluso los adultos siguen creyendo en ellos: la bondad, el respeto al otro y todos los aspectos de lo que hoy se conoce como Inteligencia Emocional forman parte de lo que es creer en los Reyes Magos”.
Los padres, víctimas de la ‘Hipertrofia Juguetera’
Ese creer en los Reyes Magos, ese actuar teniendo en cuenta los sentimientos de los demás, produciría un cambio social enorme si se pusiera más veces en práctica, recuerda el profesor Amable Cima, que aboga además por una ‘carta a los Reyes’ más responsable: “hoy en día existe el síndrome de la ‘Hipertrofia Juguetera’, porque los padres piensan que si no le hacen a su hijo los mejores regalos, es como una frustración para el niño, que se va a sentir menos que sus compañeros en el colegio”.
Esto da lugar a una guerra encarnizada entre padres por ver quién es el que da el mejor juguete a su hijo, lo que conlleva a una situación de angustia por las fechas navideñas. “El juguete del niño no tiene que ser caro, tiene que ser seguro y adecuado a su desarrollo físico y emocional. Lo contrario, es meter a los niños en la rueda del consumismo”, subraya Cima, que alerta de la importancia de que los padres aconsejen y colaboren en la redacción de la Carta a los Reyes.
Y es que, si los padres enseñan a los niños a ser coherentes, a saber que no todas las cosas se pueden tener -aunque se pidan a los Reyes Magos- lo que están haciendo es educarles en un espíritu serio respecto al consumismo. Esos niños serán luego adultos responsables con el consumo de energía, el cuidado del Medio Ambiente, el gasto… en definitiva, personas que formen una sociedad más responsable y exigente.
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