Factores Que Inciden En El “Encendido Y Apagado” De Los Genes:
En una entrevista, Shigeo Nozawa, creador del método agrícola hidropónico, explicó así esta misma idea: “En el caso de los seres humanos, el entorno es el propio estado mental de una persona. Los estados como la felicidad o la salud se originan en la mente. Quizá la gente crea en algún tipo ideal de entorno, pero en realidad cualquier entorno al que un individuo perciba como bueno es benéfico, pues existe una interacción entre el medio ambiente y los procesos de la vida. No existe un entorno absolutamente bueno o malo”.
Los milagros sí ocurren. La mayoría tienen que ver con la realización de algo que los humanos suponen imposible. Desde el punto de vista genético, los milagros forman parte del programa. Todos nacemos con el potencial para convertirnos en milagros vivientes.
Las plantas de tomate:
¿Alguna vez has escuchado sobre plantas de tomate que producen doce mil tomates cada una? Ese tipo de plantas se exhibieron en la Feria de la Ciencia y la Tecnología de Tsukuba en 1985 La mayoría de la gente creía que se trataba de un producto de la biotecnología, pero en realidad se les producía a partir de semillas de una variedad común de tomate que en condiciones normales producía sólo 20 ó 30. Pero si no eran producto de la biotecnología, entonces, ¿cuál era el secreto? Estas plantas se cultivaron por medio de la hidroponía, método que utiliza la luz del sol y agua enriquecida con nutrientes. La única diferencia es que se les sembró en agua, no en tierra.
Por lo general, la tierra es esencial para cultivar vegetales. Las plantas echan sus raíces en el suelo para absorber los nutrientes y la humedad que necesitan para crecer. Claro que también necesitan luz solar y aire, pero a la tierra siempre se le ha considerado uno de los aspectos más importantes para el cultivo.
Sin embargo, el agrónomo Shigeo Nozawa no estaba de acuerdo con esto. Como creía que la capacidad de crecimiento inherente de una planta se inhibía por tener sus raíces en la tierra, empezó a sembrarlas en agua, con lo cual liberó las raíces de su confinamiento y les permitió absorber con libertad los nutrientes de la naturaleza. A esto se le conoce como “método hidropónico”, y el resultado fueron plantas de tomate que producían mil veces más frutos que las convencionales.
Nozawa fue capaz de ver la vida desde la perspectiva de una planta de tomate. Con ese ejemplo, podemos ver que incluso los tomates tienen un potencial mucho mayor del que nunca imaginamos. Si la filosofía de Nozawa ayudó a las plantas a alcanzar su potencial, ¿qué pasaría si la aplicáramos a los seres humanos?
Aunque en verdad luchamos por desarrollar nuestro potencial, quedamos atrapados en nuestra percepción de las limitaciones. Si nuestros padres o maestros nos dicen: “Mejora tus calificaciones”, es probable que les respondamos: “Hice lo mejor que pude”. Estas supuestas limitaciones casi siempre se basan en la comparación con otras personas, lo cual es un punto de vista en extremo pobre.
Aun así, estamos convencidos de que esas limitaciones existen, y vemos nuestra propia experiencia y conocimiento como absolutos. Es una perspectiva muy estrecha.
Nozawa explicó cómo se le ocurrió la idea de producir tomates gigantes: “Las plantas que vemos a nuestro alrededor sólo expresan un potencial limitado en respuesta a ciertas condiciones. Empecé a examinar qué condiciones impedían que lograran un mayor potencial. Mi conclusión fue que la tierra era uno de esos obstáculos”.
Según los conocimientos convencionales, la tierra es necesaria para el cultivo de vegetales, pero Nozawa cuestionó esta idea desde su raíz. Las plantas echan raíces, pero la tierra se les interpone. En la tierra natural, el agua cambia con frecuencia. Además, la tierra obstruye la provisión de enzimas y, de manera directa, expone las plantas a cambios de temperatura. Los cambios fisiológicos son el resultado de reacciones químicas y obstáculos como la tierra interfieren con este proceso. Nozawa concluyó que si se eliminaban estas restricciones, mejoraría la eficiencia de la fotosíntesis y se aceleraría el crecimiento de las plantas. Su teoría quedó demostrada por un aumento de mil veces en la producción de frutos de sus plantas de tomate.
Lo mismo ocurre con los seres humanos. Si eliminamos todos los obstáculos y nos procuramos el entorno apropiado, nuestro potencial de desarrollo será ilimitado. Si los tomates pudieron lograr un aumento de mil veces en su potencial productivo, no sería exagerado esperar un incremento aún mayor en las capacidades de los seres humanos, que son organismos más complejos.
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