Educando con Respeto
por Psic.Vanessa Delpech Zavala
El respeto es la base de las relaciones y como padres es importante cultivarlo en nuestras familias. La mejor forma de enseñarles a los niños el valor e importancia del respeto es, sin duda, practicarlo. Los siguientes son algunos tips que nos pueden ayudar.
1. Acéptalo cómo es. Hazlo sentir amado como es y por lo que es. Esto le dará seguridad y confianza.
2. Obsérvalo y conócelo. Analiza a tu hijo sin expectativas y sin juicios, busca saber qué le gusta y qué se le dificulta.
3. Acepta cada etapa de su desarrollo. Infórmate y comprende el momento que tu hijo está viviendo. Permítele explorar y aprender a su ritmo, estimúlalo y ponle retos, pero no lo satures, déjalo avanzar y aprender por sí solo.
4. Trátalo cómo una persona. Los bebés son personas desde el momento en que nacen (e incluso desde antes). Avísale de tus movimientos, sobretodo cuando lo incluyen a el (cambiarlo, bañarlo, despertarlo, etc.) con esto no solo le transmitirás seguridad y tranquilidad, sino que le darás la oportunidad de prepararse y de estar más dispuesto a ayudar y cooperar.
5. Recuerda que es un niño. No es un adulto pequeño, es un niño. Exígele lo adecuado a su edad y etapa de desarrollo. Toma en cuenta sus características específicas.
6. Velo a los ojos y sonríele. Las miradas dicen mucho de lo que se siente, hacer contacto visual con el niño antes de darle alguna instrucción lo hará sentir valioso, aceptado y querido.
7. Habla con él, no de él. Inclúyelo en la conversación y se sentirá tomado en cuenta. Si te escucha decirle a tu mamá o a tu esposo lo poco que te dejó dormir o lo mal que se portó, se sentirá rechazado y solo. Pedirle que cuente que pasó es mejor que hacerlo por ellos; además, te ayudará a ver su lado de la historia.
8. Hazlo sentir bienvenido. Haz que sienta que te gusta estar con el, que tienes tantas ganas de verlo como el a ti. Utiliza el contacto visual y corporal, abrázalo, cuando puedas ve por el a la escuela, salúdalo cuando despierte o cuando llegue de pasear con papá.
9. Dile qué piensas de él. Es primordial decirle que lo extrañamos y amamos, de esta forma le hacemos sentir parte de nuestra vida, le transmitimos lo importante que es para nosotros.
10. Déjalo hacer las cosas por sí mismo. Permitirle participar en las actividades y ayudarnos con lo que está en sus posibilidades, promueve su aprendizaje y autoconfianza.
11. No lo presiones. Las prisas son el principal enemigo del desarrollo del niño. Si le permitimos intentar algo pero lo presionamos, en vez de conseguir que se sienta útil y competente, lograremos que piense que es poco hábil y que se frustre con facilidad.
12. No interrumpas su juego. El juego es fundamental en su desarrollo, a través de éste logra entender el mundo que le rodea. Interrumpirlo cuando está absorto jugando le da el mensaje de que lo que está haciendo no es importante.
13. Fija límites. Son indispensables para ofrecerle seguridad. Le permiten entender las causas y los efectos; también le enseñan a tomar decisiones. Sí se puede ser amoroso y firme a la vez.
14. Cubre sus necesidades. No las confundas con caprichos, aprende a diferenciar lo que quiere de lo que necesita.
15. Atiende tus propias necesidades. Si tú cuidas y atiendes tus necesidades, a través de la observación, tu hijo poco a poco aprenderá a atender las propias. Además, mientras más atiendas tus necesidades, mejor dispuesta estarás para atender las de él.
El mejor momento para fomentar el respeto es en la infancia; ya que es cuando el niño está formando el concepto de sí mismo; está aprendiendo quién es y cómo es. Si lo respetas, estarás transmitiendo el mensaje de que es único, importante y valioso. No olvides nunca que los padres son las personas más relevantes en la vida de un niño.
http://www.adoos.com.uy/post/17041332/psicologo
El respeto es la base de las relaciones y como padres es importante cultivarlo en nuestras familias. La mejor forma de enseñarles a los niños el valor e importancia del respeto es, sin duda, practicarlo. Los siguientes son algunos tips que nos pueden ayudar.
1. Acéptalo cómo es. Hazlo sentir amado como es y por lo que es. Esto le dará seguridad y confianza.
2. Obsérvalo y conócelo. Analiza a tu hijo sin expectativas y sin juicios, busca saber qué le gusta y qué se le dificulta.
3. Acepta cada etapa de su desarrollo. Infórmate y comprende el momento que tu hijo está viviendo. Permítele explorar y aprender a su ritmo, estimúlalo y ponle retos, pero no lo satures, déjalo avanzar y aprender por sí solo.
4. Trátalo cómo una persona. Los bebés son personas desde el momento en que nacen (e incluso desde antes). Avísale de tus movimientos, sobretodo cuando lo incluyen a el (cambiarlo, bañarlo, despertarlo, etc.) con esto no solo le transmitirás seguridad y tranquilidad, sino que le darás la oportunidad de prepararse y de estar más dispuesto a ayudar y cooperar.
5. Recuerda que es un niño. No es un adulto pequeño, es un niño. Exígele lo adecuado a su edad y etapa de desarrollo. Toma en cuenta sus características específicas.
6. Velo a los ojos y sonríele. Las miradas dicen mucho de lo que se siente, hacer contacto visual con el niño antes de darle alguna instrucción lo hará sentir valioso, aceptado y querido.
7. Habla con él, no de él. Inclúyelo en la conversación y se sentirá tomado en cuenta. Si te escucha decirle a tu mamá o a tu esposo lo poco que te dejó dormir o lo mal que se portó, se sentirá rechazado y solo. Pedirle que cuente que pasó es mejor que hacerlo por ellos; además, te ayudará a ver su lado de la historia.
8. Hazlo sentir bienvenido. Haz que sienta que te gusta estar con el, que tienes tantas ganas de verlo como el a ti. Utiliza el contacto visual y corporal, abrázalo, cuando puedas ve por el a la escuela, salúdalo cuando despierte o cuando llegue de pasear con papá.
9. Dile qué piensas de él. Es primordial decirle que lo extrañamos y amamos, de esta forma le hacemos sentir parte de nuestra vida, le transmitimos lo importante que es para nosotros.
10. Déjalo hacer las cosas por sí mismo. Permitirle participar en las actividades y ayudarnos con lo que está en sus posibilidades, promueve su aprendizaje y autoconfianza.
11. No lo presiones. Las prisas son el principal enemigo del desarrollo del niño. Si le permitimos intentar algo pero lo presionamos, en vez de conseguir que se sienta útil y competente, lograremos que piense que es poco hábil y que se frustre con facilidad.
12. No interrumpas su juego. El juego es fundamental en su desarrollo, a través de éste logra entender el mundo que le rodea. Interrumpirlo cuando está absorto jugando le da el mensaje de que lo que está haciendo no es importante.
13. Fija límites. Son indispensables para ofrecerle seguridad. Le permiten entender las causas y los efectos; también le enseñan a tomar decisiones. Sí se puede ser amoroso y firme a la vez.
14. Cubre sus necesidades. No las confundas con caprichos, aprende a diferenciar lo que quiere de lo que necesita.
15. Atiende tus propias necesidades. Si tú cuidas y atiendes tus necesidades, a través de la observación, tu hijo poco a poco aprenderá a atender las propias. Además, mientras más atiendas tus necesidades, mejor dispuesta estarás para atender las de él.
El mejor momento para fomentar el respeto es en la infancia; ya que es cuando el niño está formando el concepto de sí mismo; está aprendiendo quién es y cómo es. Si lo respetas, estarás transmitiendo el mensaje de que es único, importante y valioso. No olvides nunca que los padres son las personas más relevantes en la vida de un niño.
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