Cirugía en tumor cerebral en paciente despierto

Diario Médico   
viernes, 29 de junio de 2012
El Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) ha presentado los resultados de una intervención con estimulación eléctrica intraoperatoria en un paciente con un tumor cerebral en el lóbulo temporal izquierdo.
La utilización de estimulación eléctrica intraoperatoria o mapeo cortical consigue mejores resultados en el abordaje de los tumores cerebrales frente a cirugía convencional, al permitir resecciones amplias que confieren un mayor margen de seguridad, sin causar déficit neurológico al paciente. El Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) acaba de presentar los resultados de una intervención llevada a cabo con esta técnica en un paciente con un tumor cerebral alojado en el lóbulo temporal izquierdo. La operación fue posible gracias a la participación de un equipo multidisciplinar integrado por especialistas en neurocirugía, neurofisiología, neuropsicología clínica, anestesiología y neurorradiología, además de enfermería especializada.
La intervención presentó la particularidad de no haber utilizado la anestesia general en ningún momento del acto quirúrgico, según ha explicado Marco Antonio Álvarez Vega, adjunto del Servicio de Neurocirugía del HUCA.
La técnica está indicada en el abordaje de tumores cerebrales asentados en zonas del cerebro con una funcionalidad elevada, "dado que mejora la seguridad frente a cirugía convencional", ha explicado Antonio López García, jefe del Servicio de Neurocirugía. Son tumores primarios de grado bajo o medio que suelen debutar con un ataque epiléptico.
La utilización de la neurofisiología intraoperatoria permite registrar la actividad cortical. "Para ello es necesaria la colaboración del paciente, que permanece despierto; estimulando zonas elocuentes de la corteza cerebral, encargadas de la motricidad o del habla, tenemos seguridad sobre si debemos resecar esa zona o no. La estimulación eléctrica intraoperatoria de la corteza cerebral nos permite establecer con seguridad las zonas tumorales que se pueden resecar sin que se produzcan déficits, ha señalado López.
El paciente intervenido fue un varón joven, de 35 años de edad, que ya se recupera en su domicilio y cuya evolución es plenamente satisfactoria.
Tumores de bajo grado
La técnica está indicada en el abordaje de los tumores cerebrales de bajo grado localizados en zonas elocuentes del cerebro, "porque es en las que podemos explorar su funcionalidad con el mapeo cortical, por ejemplo, el habla y la movilidad; quedarían excluidos aquéllos ubicados en zonas silentes, así como en los de regiones profundas y de difícil acceso", ha señalado Álvarez.
La intervención se prolongó durante seis horas, un tiempo durante el cual es clave "mantener al paciente confortable y sin dolor".
Para el desarrollo de la intervención se procede a la colocación de la cabeza del paciente en un soporte que impide su movilidad; a continuación se diseña el colgajo craneal y se procede a la apertura de la cavidad craneal, es decir, la craneotomía. "Cuando nos queda expuesto el cerebro procedemos a estimular la zona que pretendemos resecar con el objetivo de comprobar su funcionalidad", ha resumido el especialista.
Esta información permite al equipo quirúrgico realizar una resección amplia con la seguridad de que no se causará ningún déficit neurológico al paciente. "Con la resección convencional puede quedar sin extirpar un 25 por ciento de la lesión ante el riesgo de dañar una zona elocuente; con esta opción forzamos la resección al máximo", ha indicado López.
Julio Gutiérrez Morales, adjunto del Servicio de Neurocirugía y que también participó en la intervención, ha resaltado que la entrevista previa con el neuropsicólogo es clave para determinar si un paciente es candidato o no a beneficiarse de esta técnica.

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