El divorcio y los hijos

Si bien cada pareja es un mundo y las separaciones son tan variadas como lo sean cada uno de sus protagonistas, lo que tienen todas en común, es la cantidad de cambios y comportamientos que se generan en la estructura familiar. En el consultorio, escuchamos muchas veces a las parejas decir que los hijos son la razón que más los hace titubear o incluso los paraliza a la hora de tomar la decisión de separarse. Obviamente más allá de los temas mas formales como con quién va/n a vivir el /los niños, como se van a organizar, etc, lo que más les preocupa, en última instancia, es que los hijos sufran. Y acá sí podemos todos coincidir en decir que más allá de las mil y una diferencias que tengan estas parejas “al borde del abismo”, en un punto están totalmente de acuerdo: “no queremos que nuestros hijos sufran”. Si bien nuestro deseo sería que los hijos no sufran este cambio y poder evitarles todo tipo de dolor asociado a este evento, sepamos y enfrentemos que eso es un imposible, ya que hay una estructura que se rompe y se producen cambios profundos en la cotidianeidad de esos niños. Sin embargo, lo que sí podemos hacer es ayudarlos a transitar este camino de la manera mas saludable posible, evitando daños, acompañándolos y sosteniéndolos en todo el proceso. Es decir, si bien van a experimentar tristeza, que puedan vivir este cambio de una manera lo mas constructiva y saludable posible, sabiendo que cuenta con sus papás desde la presencia incondicional, estando ahí para ellos, y que los padres acepten que los hijos también están experimentando una pérdida que puede ocasionar desde cambios de humor, negación, alteraciones en el rendimiento escolar, enojos, etc…
Pero convengamos en que a veces es mejor tomar esta decisión a no tomarla y seguir juntos en un hogar en donde los hijos estén viviendo en un clima pesado y tóxico, donde los insultos, llantos y enfrentamientos sean plato de todos los días, es decir, si me doy cuenta que lo mas sano para mí, para mi pareja, y también para mis hijos es que nos separemos, pues entonces, tendrá que ser así… Pensemos que nuestros hijos nos ven, escuchan y cuando no, intuyen todo lo que decimos y hacemos en el hogar, y es nuestra responsabilidad y sobre todo un gran acto de amor, enseñarles a crecer en un hogar en donde reine el respeto y el cariño mutuo entre sus integrantes. Cuando esto ya no es posible porque estos valores empiezan a tambalearse y ya no se puede sostener a pesar de los esfuerzos de la pareja, más vale tomar la difícil decisión. No olvidemos que si sostenemos y fomentamos un hogar en donde se vivan las situaciones mencionadas estamos brindando también a nuestros hijos un modelo de comportamiento y de vinculación familiar errónea que puede ser perjudicial para la construcción de sus vínculos futuros. Es fundamental que la pareja entienda y se enfrente al hecho de que cuando se separan termina la pareja conyugal, pero se inicia la pareja parental y ésta última es para toda la vida!! Por esto es tan importante trabajar en el vínculo con el otro y hacer un esfuerzo porque sea lo mas sano y cordial dentro de lo posible . Porque es un vínculo que nos une de por vida con el otro, no como mi pareja , pero sí como padres, y en función de ello habrán un sinfín de temas a tratar y situaciones compartidas en el futuro. Sin dudas un tema a discutir en estos casos es ¿Cómo les damos la noticia? Acá van algunos tips que espero les sean útiles: - es fundamental que antes de hablar con los hijos la pareja converse y se ponga de acuerdo en lo que les va a decir. Esta bueno que lo transmitan como una decisión tomada de a dos , “nosotros…” - se les puede decir que los dos se amaron mucho pero hoy en día el amor entre ustedes se ha desvanecido y que sería mucho mejor la relación y la convivencia si no viven mas juntos. - que quede claro que se están separando uno del otro pero que no se “divorcian” de el/los. Que lo/s ama/n como siempre y para siempre. - en el discurso, no hablar mal del otro integrante de la pareja ni insultarlo. Contar lo que hayan decidido de la manera mas objetiva y menos poblada de detalles innecesarios y desagradables posibles. - no buscar culpables ni quedarse pegados a la situación( si la hubiere) que fue disparadora de la separación sino focalizarse en el futuro y el bienestar de toda la familia. - no alimentar falsas expectativas de una posible re-unión, que sólo consigue que el niño niegue la situación y le genera la terrible frustración cuando descubre que esto no sucede. - acompañar al niño y apoyarlo en todo momento y en estos momentos mas que nunca tanto en el hogar como en el colegio, estando junto a él cada vez que lo necesite. - no disimular la tristeza, poniendo caras simuladas, sino darse el permiso para estar triste sacándole el dramatismo. Esto habilitará también al niño a expresar sus emociones aprendiendo que es natural estar a veces triste.
Ante todo ya bastante difícil la vivencia de esta situación y el tomar la decisión, por eso, luego que lo hicieron, intenten no vivir esta etapa con culpa, o con la carga de un fracaso agregado, sino que tomen fuerzas para seguir adelante pensando en las cualidades positivas que hicieron falta para tomar esta decisión, como la energía que pusieron y le ponen día a día al hogar, el trabajo y los hijos aún viviendo este proceso. La valentía que sin dudas tienen dentro para enfrentar esto que les ha tocado y la humildad que los hizo darse cuenta que ya no podían seguir así. Hagamos de lo posible, lo mejor posible… ánimo!

Autor:Lic. Rosario López Amado Terapeuta de Parejas Teléfono: 099098939 Fotos: www.freedigitalphotos.net

http://www.mundobebeweb.com/el-divorcio-y-los-hijos/notas_2660/?utm_source=ultima-semana-de-mayo&utm_medium=email&utm_campaign=mailing

http://www.adoos.com.uy/post/17041332/psicologo

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Qué es el fotolenguaje?

FODA Matemático: Cómo funciona , paso a paso

La diferencia entre adular y alabar