Fibromialgia y síndrome de fatiga crónica. Esas grandes incomprendidas
Autora: Yolanda Ruiz Lancina, psicóloga. ASAFA
(Asociación de Fibromialgia y Fatiga Crónica de Aragón)
¿Qué es la fibromialgia?
La Fibromialgia (FM) es una enfermedad crónica
benigna. Actualmente no se conoce la causa que la provoca. Se caracteriza por un
dolor musculoesquelético generalizado, para detectarla es necesario explorar 18
puntos llamados "puntos gatillo", un reumatólogo realizará una presión
equivalente a 4kg de fuerza y es necesario que el paciente refiera dolor ante la
presión para que el punto sea considerado como positivo. Con frecuencia suelen
aparecer cuadros de cansancio, alteraciones del sueño y rigidez matutina.
Aparecen también alteraciones en el estado de ánimo como ansiedad o depresión.
Pueden aparecer cefaleas, problemas menstruales y a veces síndrome del intestino
irritable.
Aunque existe medicación que alivia los síntomas, no existe un tratamiento que ofrezca una garantía de mejoría.
¿Qué es el Síndrome de Fatiga Crónica?
Es una enfermedad crónica benigna que consiste en una
situación de fatigabilidad persistente e inexplicada a pequeños esfuerzos tanto
físicos como mentales que resulta claramente invalidante para el paciente.
Fatiga persistente (6 meses mínimo) que no mejora con el descanso, se acompaña
de trastornos de memoria o concentración, cefaleas, sueño no reparador y
malestar después de hacer un esfuerzo con una duración de más de 24 horas,
odinofagia (sensación dolorosa al tragar el alimento), adenopatías (enfermedades
de los ganglios) y fiebre entre otros síntomas.
¿Cómo lo viven los afectados/as?
En los pacientes que padecen FM y SFC la parte más
afectada viene dada por la gran incomprensión por parte del entorno, familiares,
amigos y en la mayoría de los casos profesionales de la salud que llevan a cabo
una rotación de derivaciones a distintas especialidades, que lejos de ayudar al
paciente le va mermando más por no hallar el apoyo donde verter sus problemas y
sentimientos.
El perfil del paciente con Fibromialgia suele darse por personas que han tenido siempre una gran actividad durante su vida hasta el punto de sobrelimitarse, la pérdida de capacidad física debida al dolor y el cansancio les hacen tener una sensación de inutilidad por no poder seguir el ritmo pasado, esto afecta en gran manera a su autoestima que se ve cada vez más mermada llegando a una gran distorsión de la percepción sobre sí mismo.
Partiendo de la base que la Fibromialgia es una enfermedad crónica, no debemos dejar de aportar recursos para que los afectados/as puedan mejorar en lo posible su calidad de vida reconduciendo su estado de ánimo, reestructurando sus pensamientos por otros más adaptativos y sobre todo aportándoles herramientas para que aprendan a dosificar su energía hasta el punto de obtener una mejor calidad de vida.
La persona afectada de FM o SFC no tiene la certeza de cómo se levantará al día siguiente, le resulta muy complicado hacer planes incluso a corto plazo, si tiene una cena la semana siguiente no sabrá hasta ese mismo día si podrá asistir, a veces esto lleva a un aislamiento y a distorsiones cognitivas del tipo "para qué voy a salír si luego lo voy a pagar" "ya no sé de qué hablar con mis amigos, siempre me estoy quejando", esto es un error porque el aislamiento no es bueno, no conduce más que aun empeoramiento del estado del ánimo, otras veces debido a las limitaciones, se suele cometer otro error muy frecuente, si un día se levantan mejor y con algo más de energía se apresuran a hacer las tareas de ese día y si pueden adelantan lo del siguiente "por si acaso", esto cobra una factura que les cuesta estar con malestar los días posteriores.
¿Cómo ayuda la terapia psicológica?
La Terapia Cognitivo-Conductual es la más utilizada
con las personas que padecen una FM o SFC, suele aplicarse de manera individual
o grupal, en cualquiera de los dos casos se aplican técnicas para aprender a
cambiar esas distorsiones cognitivas o pensamientos erróneos por otros más
adaptativos, por ejemplo, si se utiliza la expresión " no merece la pena salir,
luego estás peor", por medio de un diálogo socrático, el terapeuta explica que
el no salir y el aislarse en casa no garantiza que el dolor desaparezca, cuando
la persona se encuentra en una situación agradable, la hipervigilancia a su
propio cuerpo y al dolor que refiere disminuyen, no es beneficioso dejar de
hacer actividades gratificantes, siempre que estas sean moderadas y adaptadas a
la patología que se padece.
http://www.adoos.com.uy/post/17041332/psicologo
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