Confirman el vínculo entre comida rápida y depresión
jano.es | |
viernes, 30 de marzo de 2012 | |
Un trabajo de la
Universidad de Navarra revela que el consumo de fast food incrementa en un 51%
el riesgo de desarrollar estados depresivos.
El consumo de bollería industrial (magdalenas,
cruasanes, rosquillas y similares) y comida rápida (hamburguesas, salchichas y
pizza) se halla asociado con el diagnóstico médico de depresión, según una
reciente investigación liderada por científicos de la Universidad de Las Palmas
de Gran Canaria y la Universidad de Navarra.
Los resultados, publicados en la revista
Public Health Nutrition, revelan que los consumidores de comida rápida
presentan, respecto a aquellos con un consumo mínimo o nulo, un incremento del
riesgo de desarrollar depresión del 51%.
Además, se observa una relación
dosis–respuesta, es decir, “cuanta más comida rápida se consume, mayor es el
riesgo de depresión”, explica a SINC Almudena Sánchez-Villegas, primera autora
del estudio.
El trabajo expone que los individuos con mayor
ingesta de comida rápida y bollería industrial son más propensos a estar
solteros, ser menos activos y tener un peor patrón dietético, con un consumo
menor de fruta, frutos secos, pescado, verduras y aceite de oliva. Fumar y
trabajar más de 45 horas semanales son otras de las características prevalentes
en este grupo.
Un estudio a largo
plazo
Con respecto al consumo de bollería, los datos
son igualmente concluyentes. “Incluso pequeños consumos se asocian con un riesgo
significativamente mayor de desarrollar depresión”, apunta la investigadora de
la universidad canaria.
La muestra del estudio, perteneciente al
proyecto Seguimiento Universidad de Navarra (SUN), contaba con 8.964
participantes que nunca habían sido diagnosticados de depresión ni habían
referido consumo de antidepresivos. Fueron evaluados durante una media de seis
años, periodo en el cual 493 fueron diagnosticados de depresión o comenzaron a
tomar antidepresivos.
Estos nuevos datos corroboran los resultados
que el proyecto SUN arrojó en 2011, publicados en PLoS One. En aquella
ocasión, analizaron a 12.059 personas durante más de seis años y aparecieron 657
casos nuevos de depresión. Se detectó un incremento del riesgo asociado a la
comida basura del 42%, menor que en el trabajo actual.
“Aunque son necesarios más estudios, debería
controlarse el consumo de este tipo de alimentos debido a su implicación en la
salud tanto física (obesidad, enfermedad cardiovascular) como mental”, concluye
Sánchez-Villegas.
Los beneficios de la dieta en la salud
mental
La depresión afecta a 121 millones de personas
en el mundo, lo que la convierte en una de las principales causas globales de
discapacidad ajustada por años de vida y la principal causa en países con
ingresos altos y medios.
Sin embargo, poco se conoce sobre el papel de
la dieta en el desarrollo de los trastornos depresivos. Anteriores estudios
sugieren un papel preventivo de ciertos nutrientes, como las vitaminas del grupo
B, los ácidos grasos omega-3 y el aceite de oliva. Asimismo, un patrón dietético
saludable, como la dieta mediterránea, se ha relacionado con un menor riesgo de
depresión.
Public Health Nutrition (2012); doi: 10.1017/S1368980011001856 |
http://www.adoos.com.uy/post/17041332/psicologo
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