Manual de experiencias de Juegos Dramáticos para Sala Cuna

Por Sandra Ermann Canifru
Educadora de Párvulos
Magíster en Pedagogía Teatral

Prólogo
“El niño no es una botella que hay que llenar, sino un fuego que hay que encender, una nana que hay que acunar, una danza que debe bailar .” (Michel
Eyquen de Montaigne - Humanista).

Tuve el gran honor de conocer a la señora Sandra
Ermann Canifru durante unos días de estancia en la ciudad
chilena de Concepción durante la impartición de unas clases
en el Magíster en Pedagogía Teatral. Enseguida mis ideas y las
suyas se complementaron a la perfección y coincidieron
plenamente en un tiempo que más que simple exposición, se
convirtió, gozosa y dialécticamente, en un delicioso debate.
Hoy, meses después de este encuentro, celebro ante mí la
concreción de su maravilloso trabajo convertido en este
“Manual de experiencias de Juegos Dramáticos para Sala
Cuna”.

Intentando separar mi lógica y nunca disimulada
afectividad –por esos vínculos de amistad estrechamente
creados-, me propongo –con brevedad y concisión- prologar
su trabajo. Reconozco, desde la más absoluta objetividad, el
alto y considerable valor real del documento, cuyo texto
afirmo y confirmo desde la primera a la última de sus palabras.
Comparto, pues, de entrada, cuanto se vierte en él, y trato de
reprimir mi entusiasmo por todo lo que significa que éste
manual se haya creado para uso y disfrute de los profesionales
de la educación infantil para Sala Cuna y, a la vez, de
cuantos estamos enamorados del uso liberador y constructivo
del lenguaje dramático en todas las etapas educativas.

El presente manual no es tan sólo una investigación
más entre las muchas que educadoras y educadores,
concienciados por la problemática educativa actual, y en un
intento de tratar de resolver cada uno de los retos que la
educación plantea -en todos los niveles – ponen sobre la
mesa o en la estantería de una biblioteca. Este manual
representa, nada más y nada menos, que una clara apuesta,
formal, creativa y científica sobre los valores que los juegos
dramáticos desarrollan en los niños y en las niñas, ya desde las
Sala Cuna, con el consiguiente beneficio lúdico y experiencial,
logrando, sin duda, que esta formación inicial se desarrolle de
una manera más completa, íntegra, global, social y a la vez,
personal, posible.

En un tramo esencial de la vida de los bebés, en una
etapa que proclama intrínsicamente el momento de jugar, de
aprender a hablar, a andar, de familiarizarse con el
movimiento y el control corporal, de descubrir los objetos que
le rodean, su entorno, de encontrar cauces para fomentar la
autonomía personal y la vida social, en relación con otros niños y niñas, este manual viene a concretar una visión nueva
y una forma práctica de abordarla.

No son baladíes los intentos. Muchos educadores e
investigadores (Slade, Tonucci, Alfieri, Ave Fontana,
Mantovani…) hablan actualmente de la importancia del
hecho dramático ya desde los primeros años de la vida de
una persona. A la par, y mucho antes, psicólogos, neurólogos
y psicofisiólogos como Freud, Reich, Gessell, Lézine, Piaget,
Vigotsky Luria, y sobre todo, Wallon, habían hablado de la
noción fundamental de unidad funcional, en donde lo
psíquico y lo motórico dejan de constituir dos mundos distintos
e incluso yuxtapuestos para convertirlos en la expresión de las
relaciones reales entre el ser y el medio.

Tuve la oportunidad de asistir recientemente a unas
exitosas jornadas sobre Educación infantil, enmarcadas bajo el
epígrafe “Una mirada a la educación desde la psicología”
auspiciada por la Universidad de Mondragón, en la
Comunidad Autónoma de Guipuzcoa, España, en donde se
intentó poner de manifiesto la relación existente entre el
comportamiento del niño y de la niña en la primera etapa de
vida (bien sea innato o aprendido) y su desarrollo integral, y el
papel fundamental que tienen los educadores para fomentar
determinados comportamientos. En dichas jornadas, el
pedagogo francés Hubert Montagner, sobre el que recayó
buena parte del peso disciplinar, habló sobre las claves del
desarrollo de los niños en la infancia y sobre la importancia de
respetar los ritmos cognitivo y biológico. En su discurso, no
dejó de exponer la necesidad de potenciar constantemente
esos ritmos con juegos de origen no sólo espacial y
psicomotriz, sino plenamente dramáticos, entendiendo por
ello la asunción de usos y roles que cubren, enmascaren o
proyecten situaciones paralelas a las del propio individuo.

Pero mucho más interesante y motivador, como
destaca la autora de este manual, es comprobar algo
realmente excitante: descubrir y potenciar las capacidades
que poseen los bebés en épocas muy tempranas de su vida,
capacidades innatas y parecidas a la de los adultos, tal y
como postula Chamberlain, psicólogo perinatal, ideas que,
incluso, han volteado teorías y conceptos tan fuertemente
anclados y aceptados como la propia psicología evolutiva.

Por todo ello, el manual retoma las posturas más
vanguardista, científicas y universales sobre cómo servirse de
los juegos de expresión dramática para trabajar y conformar
estos primeros años en la vida de los niños y, de esta forma,
aprovechar mejor las ventajas que los valores del hecho
dramático desarrollan en sus practicantes, aún desde estas
cortas edades. Y lo hace reclamando un lugar preponderante
para los mediadores más directos: adultos y educadores, al
mismo tiempo que impone una llamada de atención hacia las
personas destinadas a trabajar en el entorno de estos niños y niñas (padres y madres, cuidadores, educadoras, personal
auxiliar, parientes cercanos…), mediadores que están
llamados a compartir la propuesta en un intento de
acompañar a los bebés en su descubrimiento del mundo,
facilitándoles entre todos las experiencias necesarias para
desarrollar esta función, así como organizándoles el mejor
ambiente de aprendizaje posible y dejándoles actuar por sí
mismos.

Precisamente una propuesta como ésta incide de
forma transcendente en el rol preponderante que debe
desempeñar la familia, asumiendo desde un primer momento
la responsabilidad de completa integración en la tarea
educativa. Familia y Sala Cuna han de tener un diálogo
permanente puesto que ambos son portadores y receptores
de información, y de una tarea común que tiene que tienen
como felices sujetos protagonistas a los niños y las niñas
receptoras de la propuesta.

En el sentido que acabo de exponer, Loris Malaguzzi,
(gran iniciador e inspirador de la aventura educativa de
Reggio Emilia, en el tramo de 0 a 6 años, extendida y
conocida en todo el mundo por la construcción de una
experiencia de calidad educativa que, a partir de una
enorme escucha, respeto y consideración de las
potencialidades de los niños y niñas, pudiese reconocer el
derecho de éstos a ser educados en contextos dignos,
exigentes y acordes con dichas capacidades, potenciando el
aprendizaje democrático dentro de una Comunidad
Educativa) , llega a decir que la educación sólo existe si hay
un proyecto conjunto y compartido con las familias”. Y
advierte: “Sólo los proyectos que han conseguido hacer
participar activamente a los padres y las madres, generando
una especial sensibilidad educativa en la familia, han
conseguido ofertar un adecuado desarrollo, sostenible a largo
plazo, para el niño o la niña”.

Y es que este manual no olvida la línea básica que del
proyecto clara y esencialmente se deriva: su carácter
educativo, y es que, en este tramo inicial de la vida de un
niño, todo lo que se hace es educativo. La alimentación, el
cambio de pañales, el sueño, el control de los esfínteres, la
adquisición de hábitos, el aprender a andar, a hablar, a
relacionarse con otros niños y niñas y también, con los adultos,
en definitiva, sus rutinas y sus normas tiene que hacerse con
intencionalidad educativa.

Por todo ello, es responsabilidad de las Sala Cuna
asegurar que la totalidad del tiempo que los pequeños pase
en el centro sea con carácter educativo. Esto se logra con un
entorno que les estimule, en el que los espacios y los materiales
respondan a sus necesidad y, como no, teniendo siempre
como referencia a un profesional bien formado que
acompañe y asegure su desarrollo. Éste es el caso de la experiencia que nos ocupa, y del trabajo que, no sé si con
lograda determinación pero sí con total entusiasmo, defiendo.

Para que una experiencia de este tipo pueda ser
llevada a cabo, se necesita sobre todo contar con un
importante banco de actividades y recursos que ayuden a
desarrollar los objetivos proyectados, las metas pretendidas.

Las actividades que plantea el manual son la
adecuada respuesta a estas necesidades. Clasificadas en dos
etapas de intervención que ocupan los dos primeros años de
la vida de los niños –una, la primera, enmarcada y
comprendida entre los tres a once meses (Sala Cuna menor);
la segunda, entre los once a los veinticuatro meses (Sala Cuna
mayor) la autora las agrupa en torno a tres ejes:
· Actividades de Ambientación, que pretenden
generar cambios ambientales en el entorno
cotidiano del aula.
· Actividades de Ritual, que buscarán el tratamiento
sistemático de las rutinas diarias con carácter
estimulante.

Actividades de Juego Dramático, planificadas
para desarrollar objetivos definidos, mediante
elementos temporales y de acción, graduadas y
sistematizadas para buscar la estimulación afectiva,
artística y expresiva corporal, con el fin de fortalecer la
identidad de los bebés – jugadores.
Estas actividades –altamente gratificantes y atractivas,
además de lúdicas y motivadoras- tienen en cuenta los
principios fundamentales que enmarcan estos dos primeros
años de la vida de los niños y las niñas, de forma que con ellas
se trabajan el control corporal el valor social en relación con
otros niños, y la autonomía personal, y todo desde lo
manipulativo, lo experiencial, lo sensorial, motor, activo en
definitiva.

Y lo más interesante es que no se plantean de forma
aleatoria, ni mucho menos indiscriminadamente colectiva. La
socialización es importante. Pero en estas actividades se tiene
en cuenta de manera decisiva la concreción personal de
cada individuo que hace que todo niño o niña sea
considerada una persona única, dotada de unos ritmos
propios, con unas necesidades exclusivas. Observarlo es
básico y esencial para que sea perfectamente atendido y
sean respondidas sus demandas (en muchas ocasiones, no
verbalizadas).

La observación, por lo tanto, da las respuestas de
estimulación y plantea los ejes directrices de la planificación
para que, en todo momento se sepa qué necesitan y que se
les va a ofrecer para que lo consigan.

Precisamente, la base de la propuesta de este manual
esta perfectamente estructurada en el capítulo III titulado
“Planificaciones para Sala Cuna”, lugar y modo en que se
reparten por igual y con equitativa importancia, objetivos,
tiempo, actividades concretas, metodología, recursos y tipos
de evaluación requerida. Hay en ese capítulo toda una
declaración de intenciones y una malla curricular
perfectamente organizada y definida, centrada y exacta,
aplicable y real.

El cuarto capítulo (de los “Recursos pedagógicos” )
contiene una serie de ellos que ayudan gráficamente a
desarrollar el manual, comprendiendo una amplia gama que
va desde las canciones a los cuentos, pasando por la
relajación, los ritmos y equilibrios, a las danzas y rondas,
recursos todos que, sin duda, provocarán gozosamente la
estimulación y el desarrollo integral, y personal de los
pequeños destinatarios.
Desconozco muchos de los poemas, de las canciones
y de las retahílas que se recogen. Pero me he emocionado –a
la par que divertido- con sus letras, a las que, desde la
distancia, he puesto música y he imaginado. Estoy
convencido de que en la Sala Cuna del Jardín Infantil
“Costanera Sur” de Concepción sonarán aún más lindo,
reflejadas en las gargantas y en los rostros de los profesionales
de dicha Sala Cuna que, sin duda, con entusiasmo y
dedicación plena, acunarán los sueños futuros de los niños y
de las niñas que, mágicamente, se dejen envolver por ellos,
dándoles una nueva dimensión a sus vidas, más abiertas, más
libres, más auténticas, más íntegras y personales, más
humanas.

Sólo me resta felicitar a Sandra por este precioso
trabajo, un trabajo que, sin duda, iluminará otras experiencias,
un trabajo que supone un lindo principio.
Estoy seguro que este manual se extenderá y
propagará como se propagan las ideas buenas, aquellas que
sirven para pintar sonrisas en los rostros infantiles, para cantar
bajito y juntos, para sentir y para crecer, para hacer que,
desde pequeños, los niños y las niñas sean verdaderos
protagonistas de sus sueños, para que lleguen muy lejos y
vuelen muy alto, para que notemos que están a nuestro lado,
para que los sintamos y oigamos, para que los tengamos en
cuenta, para que se sienten, sencilla y sutilmente, felices.

José Cañas Torregrosa
Profesor de Expresión Dramática Infantil y Juvenil
España- 2009.

Descargar material en el siguiente link:

http://www.educar.org/articulos/juegosdramaticos.asp

http://www.adoos.com.uy/post/17041332/psicologo

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