Mapas mentales responsables de la felicidad

Por Fernando Iván Castillo


La felicidad es subjetiva y puede ser interpretada por cada persona de diferente manera. El ser humano como sistema de células, y de acuerdo al comportamiento de una sola célula nerviosa que puede cambiar de un estado de inhibición (bajo desempeño) a un estado de excitación (alto desempeño), puedo describir a la felicidad cómo la capacidad de sentir placer y mantener en armonía todas nuestras células la mayor parte del tiempo durante nuestra vida. Debido a que a nivel inconsciente la neurofisiología reacciona a los estímulos sensoriales y a los pensamientos como si todo fuese real, nuestras células responden a la calidad de pensamientos de la persona y como consecuencia a su calidad de experiencias. Estos pensamientos pueden compararse a un edificio que tiene como cimientos mapas mentales de identidad, valores y creencias.

Si los mapas mentales de un ser humano son poco útiles, difícilmente esta persona podrá sentirse bien la mayor parte de su tiempo. Estos mapas mentales son creados como consecuencia de un proceso de eliminación, generalización y distorsión de la información percibida de su entorno durante el transcurso de su vida. Lamentablemente la mayoría de las personas asume esta información como verdades, hechos o leyes, las mismas que defienden ansiosamente, provocando irritación en sus células cuando el entorno y la experiencia percibida no se adapta con sus mapas mentales preconcebidos. Por ejemplo: Si para una persona es un valor muy importante la fidelidad, esta se verá, escuchará y sentirá muy frustrada cuando alguien le sea infiel o si conoce y piensa en una persona que sea infiel. Esto sucede en muchos ámbitos de la vida diaria: la puntualidad, la honestidad, la religión, la política, etc.

Cómo conclusión, para sentirse bien la mayor parte del tiempo es necesario ser flexible, reencuadrar o deshacerse de los mapas mentales poco útiles.

¿Cómo hacerlo? El mejor método que me ha funcionado, como experto en Inteligencia Artificial, es tomar conciencia de cómo se procesa nuestra base de conocimiento ( mapas mentales ). Al tomar conciencia de esto, me doy cuenta fácilmente de que un mapa es sólo una representación interna y que existió un proceso previo de almacenamiento en nuestras experiencias durante el transcurso de la vida.

Mediante una serie de asociaciones internas (premisas) el ser humano concluye sin considerar que gran parte de estas premisas no son “leyes físicas”, las personas presuponemos que nuestra interpretación es una verdad, sin embargo, en nosotros sucede un proceso constante de inferencias con generalización, eliminación y distorsión de información.

No resulta extraño que un personaje importante defienda una teoría y luego de un tiempo descubra, acepte que estaba equivocado y postule otra teoría cómo si fuera verdad. Lo mismo nos sucede constantemente con nuestra filosofía de vida cuando no consideramos que nuestros mapas mentales más importantes (identidad, valores y creencias) no son leyes, son únicamente teorías. La flexibilidad y capacidad de reencuadre de nuestros mapas, nos permitirá ver, escuchar y sentir más placer, durante más tiempo en el transcurso de nuestra vida.

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